Crónicas

Gilipojazz: Matrícula de honor

«Iker, Pablo y Ángel conforman un combo en el que todas las piezas encajan a la perfección. Detrás de ello hay cientos de horas en el local y arreglos intrincados que parecen más sencillos si te los regalan con una sonrisa, el virtuosismo no tiene que estar reñido con el sentido del humor»

1 febrero 2025

Sala Dabadaba, Donostia

Texto: Ayar Salazar. Fotos: Hughe Vanhoucke

La originalidad, virtuosismo, humor y locura de Gilipojazz tomó por asalto el escenario de Dabadaba, conocido recinto de capital guipuzcoana, donde aproximadamente un centenar de personas fueron testigos de la descarga ecléctica del trío madrileño que por primera vez tocó en Donostia. Gilipojazz hizo una parada previa en la sala Hell Dorado de Vitoria-Gasteiz para un concierto a la hora del vermut, con lo que el sábado 1 de febrero se presentó como un doblete en tierras vascas.

La presentación de la segunda placa del trío, ‘Progresa adecuadamente’ (2024), ha sido el pretexto para tenerlos por fin en Donostia, pero también se escucharon muchos de los ya "clásicos" de su disco debut, ‘¿Y dónde está el jazz?’ (2022).

Funk, jazz, rock, metal, punk, ska, psicodelia, el combo conformado por Ángel Cáceres (bajo), Iker García (guitarra) y Pablo Levin (batería) no le teme a la fusión y hace de ella su bandera, una montaña rusa de sensaciones donde la música transita por terrenos en los que el virtuosismo, la sorpresa y el humor gamberro son imprescindibles.

A las nueve en punto, tras la intro "A lo loco se vive mejor", subieron al escenario para regalarnos un directo con su repertorio compuesto por 87,92% de música instrumental, humor absurdo y virtuosismo. "Payasos", "Franz Ferdinand", "Metal patitos" y "Jaco Malfoy" son trallazos energéticos que invitan al público ser partícipe de la fiesta. El último tema está inspirado en Jaco Pastorius y Draco Malfoy, según Ángel, quien además de ser un excelente instrumentalista es el encargado de interactuar con el público y con la propia banda, haciendo gala de su faceta actoral.

Además del carisma de los tres músicos, que se complementan a la perfección, hay un trabajo importante en cuanto a la puesta en escena, que por momentos se puede parecer a un show de Les Luthiers, pero también a un concierto de The Aristocrats. Algo de ello hay, y se puede intuir tras ver los divertidos videoclips dirigidos por el propio bajista.

Ángel confesó su admiración por Pantera, se mencionó varias veces a Phil Anselmo, nunca supimos si iba en serio o no; en realidad, en los segmentos más duros se percibe cierta influencia de Rage Against The Machine, y en los pasajes más funk a los Screaming Headless Torsos, no obstante, se puede sentir que, a pesar de su juventud, han mamado la discografía de Frank Zappa y mucho rock progresivo de los 70. De hecho, se animaron a hacer un cover de los holandeses Focus, "Focus II".

Musicalmente, Iker, Pablo y Ángel conforman un combo en el que todas las piezas encajan a la perfección. Detrás de ello hay cientos de horas en el local y arreglos intrincados que parecen más sencillos si te los regalan con una sonrisa, el virtuosismo no tiene que estar reñido con el sentido del humor.

Por "recomendación del cardiólogo" incluyeron un divertido segmento acústico en el que intercambiaron instrumentos y finalizaron con Levin tocando el bajo y la batería al mismo tiempo. "Mi madre es azafata (y viajar me sale a la mitad)" nos llevó por senderos más sosegados. Ángel se animó a agregar silbidos como un elemento musical más.

Otros momentos clave fueron cuando ejecutaron un medley en homenaje a Akira Toriyama, creador de la saga 'Dragon Ball', o el desternillante segmento de comedia donde los tres músicos "pelean" por tocar con un viejo teclado Casio, con alguna que otra dificultad técnica que nunca sabremos si fue parte del show o no.

Además, el bajista nos obsequió con un momento de reflexión con un discurso solemne donde recordó a todas esas personas importantes que nos habían dejado, cambiando drásticamente el tono del concierto. "Plot twist ", se refería a los filósofos clásicos: Sócrates, Platón, Aristóteles… todos ellos fueron ovacionados entre carcajadas, sin embargo, a Savater le dedicaron un aplauso menos efusivo a petición del propio Ángel. El trío jugó constantemente con el público: "Este tema está inspirado en un videojuego de los 90 que aún no se ha inventado". El humor surrealista de Gilipojazz es marca de la casa.

La tanda final del bolo trajo "Aguante y paciencia", uno de los pocos segmentos cantados, un tema con sabor latino para dejar en claro la versatilidad de la banda. Antes de llegar al clímax, tocaron el gamberro "Hasta mañana, si dios quiere". "Somos de un colegio de monjas", afirmó Ángel.

Finalizaron el concierto con el hit que los ha encumbrado en YouTube y que los colocó rápidamente en el panorama musical actual como uno de los grupos más frescos e innovadores, "Iker me debe un café", temazo que puso el Dabadaba patas arriba. Para este momento del show, el público estaba completamente rendido, cantando los pegajosos riffs y el ya mítico estribillo.

Tras el típico "beste bat" ("una más" en euskera), llegaría el bis. Ángel anunció la "reconciliación" con su compañero Iker: "Tras una terapia Gestalt se han limado las asperezas, Iker ya no me debe un café", anunció feliz con el título del tema.

Se echó de menos "Titotitoto", pero seguramente ya habrá oportunidad de volverlos a ver. El primer contacto con el público donostiarra finalizó con un sobresaliente.

Al finalizar el bolo, se acercaron al público para conversar y hacerse unas fotos con los fans que compraron sus vinilos, CDs y camisetas tras una noche que no se olvidará fácilmente.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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