Eric Clapton: Una auténtica leyenda  de la guitarra

El aire vibraba con anticipación en el Co-Op Live en la noche del 18 de mayo de 2024. La leyenda viviente del blues y el rock Eric Clapton se preparaba para subir al escenario y regalar a sus fieles una velada inolvidable. Esta noche, el aclamado guitarrista y cantante británico nos llevaría en un viaje a través de las décadas de su carrera, desde sus humildes comienzos en los clubes de blues de Londres hasta convertirse en uno de los iconos más grandes de la música contemporánea.

Con un aforo completo y una multitud expectante, las luces se atenuaron y la música comenzó a sonar. Cuando Eric tocó las primeras notas de su Stratocaster, maqueada con la bandera palestina, estaba claro que la noche iba a ser especial, por su forma de tocar la guitarra, por su voz, por su puesta en escena…

La actuación se dividió en tres partes: eléctrica, acústica y de nuevo eléctrica, con muchos momentos destacados. El espectáculo tuvo un ritmo perfecto, con un setlist bien pensado y equilibrado. La experiencia de escuchar a Eric Clapton y su banda durante hora y media fue intensa, sobre todo porque prácticamente no hubo pausas entre canción y canción: Eric siempre ha sido un hombre de pocas palabras.

Como era de esperar, hubo algunas ausencias notables en la lista como "Layla", "Wonderful Tonight" o "Change The World" por ejemplo, pero no se echaron en falta, porque el concierto estuvo muy bien planteado.

Puede que sea un tópico, pero su música habla por sí sola. La puesta en escena también fue muy sencilla, con seis enormes pantallas sobre el escenario para que el respetable no perdiera detalle y sin más iluminación que prácticamente las luces blancas a modo de farolas que iluminaban a la banda y, en cierta medida, las primeras filas del público.

Tras abrir con la instrumental "Blue Dust", Eric se arrancó con "Key to the Highway", que inmediatamente puso de manifiesto su maravillosa forma de tocar la guitarra, su excelente voz (estuvo muy fino en todo momento) y el talento que derrochaba su banda.

Los solos de Eric fueron muy elegantes y con un punto melódico. Y, por supuesto, tocó solos en la mayoría de las canciones, pero sin eclipsar al resto de acompañantes, en un estilo que a veces daba la impresión de que se trataba de un concierto en un pequeño club de blues/jazz, con los solistas turnándose.

Fue un placer especial ver tocar "Badge" en la primera sección eléctrica, recordando el viejo disco 'Goodbye' de Cream. La calidad del sonido fue excelente durante todo el concierto, con un equilibrio especialmente bueno entre los diferentes instrumentos y voces, sobre todo durante la sección acústica, que incluyó "Nobody Knows You When You're Down and Out", una oda a lo efímero con más de cien años de antigüedad, que fuera inmortalizada por grandes como B.B. King, Janis Joplin o la que fue una de sus formaciones, Derek & the Dominos.

Liquidaría esta sección acústica con una interpretación conmovedora de "Tears in Heaven", acompañado de una introducción especial de "Somewhere". La canción, escrita en memoria de su hijo Conor, tocó los corazones de todos los presentes, nos recordó la profundidad de las emociones que la música de Clapton es capaz de transmitir y nos llevó a una pregunta recurrente: ¿Cómo ha sido hacer ese tema, concierto tras concierto, durante tantos años?

La transición a la sección eléctrica final fue estimulante, con un solo de batería interpretado mientras se retiraba el attrezzo acústico.

La optimista "Got To Get Better in a Little While" hizo vibrar al público, poniéndolo en pie y haciendo que aplaudieran con más entusiasmo que nunca. Más de diez minutos de éxtasis donde se fueron repartiendo protagonismo las guitarras, los teclados y las voces a partes iguales, y donde la conexión con la audiencia fue única. Simplemente brillante.

Esta parte incluyó una excelente versión rockera de "CrossRoads Blues", la vitoreada "Little Queen of Spades" y concluyó con la celebérrima "Cocaine", escrita por J.J. Cale y popularizada por Clapton, haciendo saltar a los presentes de sus asientos y desgañitarse con su estribillo.

La banda volvió para un único bis con "Sunshine of Your Love" antes de abandonar el escenario. Fue en ese momento en el que uno se dio cuenta de que acababa de tener el privilegio de ver a un auténtico grande de la guitarra, todavía en lo más alto de su carrera, respaldado por una banda soberbia.

Eric Clapton, el bluesman legendario, había vuelto a demostrar por qué es uno de los artistas más grandes de todos los tiempos.

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