Crónicas
Delpalo: La química de los elegidos
«Volvieron a ratificarnos en nuestra tesis de que se cuece algo muy grande con ellos. Solo el tiempo dirá si se termina sirviendo en grandes salas o festivales. ¿Serán de los elegidos? Yo pienso que sí. Hay canciones y talento para ello más que de sobra»
10 noviembre 2023
Morocco, Madrid
Texto y fotos: Jason Cenador
Nunca me gustó demasiado el estudio de la química, esas fórmulas engorrosas, esos cálculos interminables, ese barullo de átomos, moléculas, compuestos y reacciones. Que sí, que son muy útiles, esenciales, pero no eran lo mío. Siempre fui más de la otra acepción de la química, la humana, ese vínculo emocional entre dos o más sujetos. Me resultaba más inteligible, más bonita, más terrenal. Por eso, cuando una banda la cultiva y la cosecha en sus conciertos como Delpalo hizo en la presentación de su primer LP, ‘Soportales’ en una sala excavada en el corazón del centro de Madrid, formar parte de ella es un placer mundano que eleva su poder de transformación sobre el de todos los elementos de la tabla periódica.
Que el rock en nuestro idioma tiene tantas aristas como bandas conforman su infinita y tupida red es tan cierto como que el rock urbano es un terreno en el que diferenciarse, destacar, es un logro cada vez más meritorio. Delpalo lo ha conseguido sin inventar la rueda, solo con canciones que portan un magnetismo especial, desde su primer EP, ‘La dama y el rey’, que los posicionó en un escalafón nada desdeñable para un grupo que ni siquiera había parido un larga duración. Hasta ahora.
Cinco días antes de que viera la luz su ya publicado ‘Soportales’, volvieron a desbordar la Sala Morocco que habían llenado justo un año antes, éxito que les valió para financiar, precisamente, un disco que destaca, además de por su excelsa colección de canciones que llegan al alma, por una producción límpida y sólida. Eran ya más las canciones publicadas, puesto que vieron la luz un buen puñado de singles antes de la consecución definitiva del álbum, y llamó poderosamente la atención que, además de corear de forma masiva, generalizada y a viva voz todos los temas ya publicados, una parte importante de los presentes se sabían bien sabidas piezas que aún no habían emergido en plataformas.
Tras una agradable entrada en calor musical auspiciada por una joven cantante, Lüco, que se enfrentó ella sola al escenario con un bonito, privilegiado y emotivo torrente vocal sobre una base disparada en clave de pop de autor, aunque portando una camiseta de Led Zeppelin, las pantallas proyectaron el atractivo videoclip de “Soportales”, pieza que da título al disco de Delpalo, al tiempo que los protagonistas iban apareciendo en escena.
Y entonces, eclosionó la química, esa química emocional, divertida, vibrante que se cultiva en un concierto de rock and roll cuando disfrutan tanto los de arriba como los de abajo. La química de las endorfinas, la buena, la fetén. La que está “De parte del diablo”, como reza el título del corte con el que abrieron la veda, coreado por muchos, aunque no hubiera entonces sido publicado oficialmente. Fue sucedido por “Tan chaval”, un temazo de reafirmación, de mantenerse en sus trece preservando la esencia de épocas pretéritas más ingenuas y transformando los palos en aprendizajes.
“Sigo siendo el mismo loco, eh, eh, eh”, cantaba el principal vocalista y también guitarrista, Pablo Finque, cuya voz se antoja considerablemente más ronca, tal vez algo opaca, en vivo que en disco. Él, como el resto de sus compañeros, que también aportan ante el micro con oficio, es pura entrega, pura convicción. Y así, claro, todos caemos.
Con gran cercanía hacia un público más entregado de lo normal, como si en lugar de una sala de unas doscientas personas de aforo estuviéramos en un pabellón viendo uno de esos grupos de cabecera que desatan pasiones por encima de lo normal, dieron paso a “Cuando fuimos felices”, una de esas canciones de rupturas sentimentales que ponen los pelos de punta a cualquiera y que ellos acuñan con un sentimiento y una efectividad apabullantes.
Dejando claro que los complejos no van con ellos, sorprendieron después con una versión de “Fuente de energía”, uno de esos temas guitarreros de Estopa, aunque uno siempre fue más de “Cacho a cacho”. Fue muy bien recibida, al igual que, volviendo a lo más rutilante de su propio repertorio, “Como un pez”, un temazo que, espero, jamás se evapore de sus repertorios, por mucho que vayan engrosándose incluso con temas que ni siquiera han sido aún grabados, caso de “Luci”, que sonó la siguiente, manteniendo esa chispa única en ellos que tal vez habríamos identificado mejor con un sonido más nítido en la sala.
De vuelta a temas que para un servidor ya forman para del catálogo de himnos imprescindibles del rock estatal, “La dama de negro” entusiasmó a todo el personal como solo una canción de superdotado gancho puede conseguir, conformándose como ese acicate inmensamente efectivo para la autoestima de cualquiera que la escucha y reluciendo en vivo al igual que, ya bajando las revoluciones, hizo la deslumbrante “Libertad”, una genialidad de arranque intimista que nos arropó, nos abrazó y nos transportó a ese mundo paralelo en el que las grandes canciones reinan sobre penurias mundanas como la que, de hecho, inspiró su composición. Fue la primera vez que Dani de Pablos salía de su batería, para sentarse al cajón antes de volver corriendo a su instrumento principal para la eléctrica recta final del tema. Por cierto, otra letra de primera división.
Si una escena ha hecho mella en el imaginario musical de Delpalo es la del rock estatal de los noventa, y por eso “Jesucristo García” de Extremoduro es una versión recurrente para ellos, que sorprendieron después con el guitarrero arranque de “Desertor” de Platero y Tú, aunque eché en falta la finura interpretativa de sus artífices. Lo enlazaron con la desinhibida “Mi perdición”, sucedida por “Insolit”, otro tema inédito que comentaron que solo conocerían aquellos y aquellas que hubieran acudido a sus primeros conciertos, y que enlazaron con una cover de "Cicatrices" de los raperos Natos y Waor.
“Niños perdidos” es su tema de hacer piña, y la clavaron con una energía vibrante y contagiosa que mantuvieron en la canción de El libro de la selva, un empujón irresistible de buen rollo para la que invitaron a Lüco, la vocalista que les precedió, que volvió a poner de relieve un estupendo desempeño vocal y una puesta en escena propia de quien supo llenarla entera sin músicos que la flanqueasen apenas una hora antes.
La fábrica de buenas canciones no ha detenido su producción en todo este tiempo de lanzamiento de singles previos a la culminación de ‘Soportales’, y así lo volvieron a exhibir con “Raro”, otro buen corte inédito que dio paso a “Cómo decirte”, nuevo pretexto para bajar las revoluciones y que Dani abandonase las baquetas para, esta vez, echar mano al ukelele. Cotidianeidad, cercanía y magia pura volvieron a fundirse para una canción que nos estrujó el corazón hasta exprimir de él unos coros finales que volvieron a sacar punta a la química y dibujar con ella un momento fantástico en esos coros finales acompañados por todos los presentes.
“¿Qué día es hoy?”, preguntó Pablo para dar paso a “Viernes de resurrección”, un temazo de celebración de la amistad ideal para el directo y con un estribillo de campeonato. Terminó cantándola a capela, seguido con entusiasmo por los presentes, el bajista, Óscar Ortuño, que al igual que el firme guitarrista Julio Morcillo, más este último, no se corta al cantar con solvencia partes de sus temas.
Y es que son una piña, un grupo de amigos que piedra a piedra construyen un sueño germinado, por lo que comentaron acto seguido, en Zamora en 2019. No perderé la ocasión de preguntarles, como zamorano y leonés de origen, en qué lugar de Zamora y cómo se originó Delpalo.
Volvieron a tentar al lagrimal con “Volando solo”, una maravilla muy personal y sentida que nos acercó a la recta final, para la que siempre dejan su tema más aplaudido hasta la fecha, “Como un pirata”, con la que pusieron todo patas arriba. Se emocionó después Pablo al dirigirse a una audiencia que no hace sino crecer en número y entrega antes de poner el broche de oro con “Soportales”, redondeando una actuación en la que volvieron a ratificarnos en nuestra tesis de que se cuece algo muy grande con ellos.
Solo el tiempo dirá si se termina sirviendo en grandes salas o festivales. ¿Serán de los elegidos? Yo pienso que sí. Hay canciones y talento para ello más que de sobra.
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1 comentario
Extenso resumen hacia el rockero concierto que se marcaron DELPALO en la Morocoo madrileña presentando su nuevo álbum y es que esta claro que el tiempo les ha dao la razón y sin duda se estan haciendo un hueco entre las bandas más prometedoras de nuestro Rock.