Crónicas

Cobra Spell + Rabia Pérez en Bilbao: Puestazo de amor

«El puestazo de amor que nos brindaron durante ese breve tiempo fue apabullante, sin mácula a nivel musical y moviendo greñas como no se veía desde el Pleistoceno. Son muy grandes.»

30 abril 2024

Sala Rocket, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Nunca hemos sido un gran tradicionalista, pero hay cosas que desde luego se están perdiendo. Dejando aparte ese aspecto tecnológico que ha conseguido transformar los grupos de colegas de toda la vida en convenciones de móviles, lo cierto es que el agite capilar en conciertos y garitos se está difuminando a pasos agigantados. Hace falta rastrear como si fuera un trébol de cuatro hojas para encontrarse con gente con el hábito de mover la cabeza a ritmo de la música. Tal vez dicha costumbre les parezca caduca a esos modernos que ahora van repartiendo carnets de autenticidad y decidiendo lo que es vanguardista y lo que merece encerrarse en las catacumbas. Por sus mismísimos.

Cobra Spell

Por los motivos expuestos anteriormente debería protegerse cual lince ibérico a los combos tipo Cobra Spell, con una manera característica de hacer las cosas, sin importar si está o no de moda o si queda o no queda bien. Y por supuesto por seguir llevando como bandera el agite capilar en sus shows, la forma más sincera de cohesión y hermanamiento entre metaleros.

Hay grupos que han nacido para ser estrellas. Podría ser el caso de las mexicanas en boga The Warning o de este grupo de chicas fundado por la guitarrista Sonia Anubis que ya vendía en el merchandising su primer EP a precio de coleccionista. Eso sí, si las aztecas en las distancias cortas se antojaban algo así como diosas inaccesibles en su torre de marfil, estas féminas sonreían, alzaban cuernos y hasta dedicaban una cantidad exagerada de su tiempo en conocer a sus fans y hacerse fotos con ellos. Nada de los típicos cinco minutos, aquello era una entrega descomunal. Aplauso perpetuo por tener los pies tan en el suelo.

Quizás fuera la última oportunidad de ver a esta formación en progresión ascendente en un recinto limitado como la bilbaína sala Rocket, pero no se abarrotó hasta los topes, a pesar de que la ocasión bien lo merecía. La multitud congregada una víspera de festivo era en cualquier caso muy respetable, pero me da que pegarán el salto en cuestión de asistencia en la próxima gira.

Rabia Pérez

Amenizaron la velada los madrileños Rabia Pérez, que tampoco desataron un excesivo entusiasmo entre la afición, aunque su metal alternativo con toques a lo In This Moment no estaba nada mal. Temas como “Fénix” o “Premonición” revelaban su amplitud de miras y su voluntad de picotear en diversos ámbitos que iban desde el heavy clásico al metalcore. Tuvieron que decir a la peña que no tenían “la rabia” para que algunos se acercaran, lo que ya daba buena cuenta del muro con el que se toparon.

Como si fueran La Patrulla-X o cualquier otra coalición de seres asombrosos, así se presentaron las chicas de Cobra Spell, seguramente su intención no sea epatar solo a nivel visual, pero era inevitable no maravillarse ante este despliegue de féminas aguerridas que agitaban las melenas como en los videoclips de antaño y punteaban con una destreza estratosférica. En este sentido, la guitarrista Sonia Anubis era algo fuera de lo normal. Nuestro colega Oskar, que luego se hizo fotos con ella y la seguía desde hace tiempo por redes sociales, le dijo que “despedía fuego” y la verdad es que al final del bolo casi nos hicimos tan fan como él de esta auténtica diosa de las seis cuerdas.

Cobra Spell

Porque es que esta virtuosa lo tenía todo, elegancia y glamour para regalar, aparte de una actitud tan salvaje sobre las tablas como la de Chris Holmes en la época gloriosa de W.A.S.P. Verla puntear a escasos metros era todo un espectáculo, se nota que en su personalidad hay cero postureo y pasión por la música a borbotones, le corren notas por las venas. Más gente así en el mundo, por favor.

Y si Sonia Anubis desde una esquina comandaba el cotarro, la labor de Kristina Vega como frontwoman era igualmente impresionante, con unos tonos a la altura de Rob Halford o Bruce Dickinson, sin exagerar lo más mínimo, que me he visto ya unos cuantos bolos de heavy metal. Las demás cumplían su cometido sin estridencias, pero sin hacer de menos a nadie, diría que el peso de la actuación basculaba básicamente entre las dos mencionadas.

Cobra Spell

Con un único larga duración tampoco habría que esperar un repertorio muy extenso, pero emplearon sus cartas con sabiduría para meternos en su show desde que nos cogieran de las solapas metafóricamente con “The Devil Inside of Me” o “Satan Is A Woman”. El culto en torno a la guitarrista parecía muy extendido, y no era para menos, pues regalaba púas con alegría a los aficionados y jamás se le notó rasgo alguno de divismo. Bravo por ella, por dejarse la piel de esa manera en los conciertos.

“Bad Girl Crew” posee el descaro del hard rock angelino, con partes de la canción que incluso suenan a clásico, y en una línea más melódica bordeando el AOR se mueve “You’re A Cheater”, con una influencia brutal de la década de los cardados y las hombreras. Aquí no hay engaño en absoluto, por algo en su Instagram definen su música como heavy rock “atrapado en los ochenta”. El que quiera ver un chándal o un pantalón cagado, a buscar en otra parte.

Cobra Spell

Mandaron agacharse al personal ante “Warrior From Hell” y luego resurgir con fuerza para quedarse todavía más con los emocionados fieles. En un arrebato de sangre fría, Sonia hasta huyo escopetada al camerino para cambiar su guitarra porque se le había roto una cuerda. Son un grupo humilde. Cada una se soluciona sus problemas.

“High On Love” elevó todavía más el nivel de la cita, y como suele ser habitual, cuando mejor lo estábamos pasando, ya había que terminar. Pero Kristina retó a la concurrencia y preguntó si preferían hacerse una foto o que tocaran otra. Sobra decir que ganó por abrumadora mayoría la segunda opción, por lo que recurrieron al himno “Addicted To The Night”, perfecta para despedirse con un inmejorable sabor de boca.

Lamento que no estiraran el chicle con alguna versión ochentera, pues el repertorio se hizo muy corto, como suele suceder con las mejores cosas de la vida. El puestazo de amor que nos brindaron durante ese breve tiempo fue apabullante, sin mácula a nivel musical y moviendo greñas como no se veía desde el Pleistoceno. Son muy grandes.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Buen resumen hacia las cañeras descargas por parte de las bandas metaleras femeninas como las COBRA SPELL y nuestros RABIA PEREZ en dicha sala bilbaina.

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