Crónicas

Carolina Durante en Bilbao: Los mismos que cuando empezaron

«Sigo pensando que el que considera a Carolina Durante una banda comercial en realidad no sabe de lo que habla, jamás ha estado en un concierto suyo o le ciegan erróneas ideas acerca de supuesta autenticidad que en pleno siglo XXI cobran poco sentido. He aquí cuatro chavales que continúan siendo los mismos que cuando empezaron.»

20 octubre 2022

Kafe Antzokia, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Desde hace un tiempo venimos escuchando en medios generalistas que el nuevo punk ahora lo encarna el trap o cualquier otra ponzoña urbana aupada por los listos de turno, esos mismos que nos quieren meter a Rosalía hasta por los ojos bajo el pretexto de que eso es la modernidad y los que no entendemos ese arte tan elevado somos unos pollaviejas. Una falacia más que nos intentan colar los defensores de la pureza contemporáneos que se molestan hasta con letras de canciones que fueron escritas hace cuarenta años. El señor Mariano José de Larra saluda a la libertad de expresión en el cementerio.

Carolina Durante

La labor de cualquier periodista debería ser desmontar mitos absurdos, como ese mencionado que hace referencia al punk. Si ese movimiento sigue en apogeo hoy en día se debe a bandas transgresoras como La Élite, Biznaga o los mismos Carolina Durante, que a pesar de que contengan piezas comerciales, no menos cierto es que poseen un componente salvaje deudor de los tres acordes. Basta de manipulación, dejemos las cosas claras.

De lo que no había duda ninguna es del tirón de Carolina Durante en la capital vizcaína, con un Kafe Antzokia a reventar de peña en la flor de la vida, pero también con maduritos que han entendido su mensaje y no se dejan guiar por prejuicios bobos. Cualquiera que les vea en directo enseguida llegará a la conclusión que se trata de un grupo de verdad y con bastante más actitud punk que muchos otros que alardean de ello o piensan que esa categoría es un cargo vitalicio.

Monteperdido

Calentaron el ya de por sí caldeado ambiente los también madrileños Monteperdido, que en su bandcamp definen lo suyo como “pop y violencia” y que se mueven en un palo similar al de los cabezas de la velada, quizás con un matiz más garajero y cercano a combos tipo Mujeres, no en vano el bajista llevaba camiseta de ellos. En apenas media hora no dio tiempo a catar mucho, pero resultaron muy entretenidos, para apuntar su nombre desde ya.

Que Carolina Durante comenzara su bolo al ritmo de un himno como “Cuidado” de Eskorbuto sonando por altavoces era toda una declaración de intenciones y una muestra inequívoca de sus influencias musicales. No se trataba de postureo, pues acto seguido enfilaron un tremendo “10” con el acelerador pisado a fondo y el vocalista Diego agitándose como si le hubiera dado un síncope. Ni hubo opción para recuperarse al enlazar con “Aaaaaa#$!&”, seguramente el tema más cañero que han grabado en su meteórica trayectoria. Esto sí que era un inicio en condiciones.

Carolina Durante

El entusiasmo no disminuyó con “Moreno de contrabando” o “Urbanitas”, toda una pulla a los modernos aficionados al campo a los que tampoco se les escucha denunciar las injusticias y falta de recursos de la llamada España vaciada. “Le voy a tirar las bragas a Mario”, decía una chica que teníamos al lado en alusión al guitarrista y que ejemplificaba como pocas el fenómeno fan que rodea a la banda. Como si fueran The Beatles por lo menos.

Su último disco fue acogido con el fervor de los auténticos clásicos, así sucedió con “Granja escuela” o con la pieza homónima, aparte del reciente sencillo “Casa Kira”, cuyo estribillo de “Y nos drogamos, y nos queremos…” también atronó lo suyo. Tienen la capacidad para convertir canciones en éxitos fulminantes coreados de inmediato en los conciertos y ese poder no está al alcance de cualquiera, otra prueba de que la conexión con los fieles es total.

Carolina Durante

Frente a otros grupos punk con los que te puedes morir si les da por la charleta desmesurada, aquí no existía ese problema, pues la mayoría de temas iban del tirón, con ejemplos tan notables como “Cementerio (El último parque)” o “Joder, no sé”, ambas de su primer larga duración y que no han perdido ni una pizca de empaque en las distancias cortas.

Está siendo bastante increíble”, dijo Diego ante el subidón generado entre la afición. Una buena acogida que tampoco implicó caer en recursos facilones, ahí estaba ese comienzo heredero de Joy Division de “La planta que muere en la esquina” o la curiosa revisión de “Espacio vacío” de Séptimo Sello, combo más bien underground que demostraba que debajo del oropel de la movida madrileña había propuestas bastante interesantes.

Carolina Durante

“Yo soy el problema” fue quizás de las escasas ocasiones en las que aflojaron el pistón punk, pese a que desataran entonces el colchón shoegaze, por lo que no se notó demasiado el frenazo. “Colores” siguió añadiendo variedad al repertorio y las gargantas volvieron a elevarse hasta la estratosfera con “Perdona (Ahora sí que sí)”, aquel corte en el que cantó en su día la triunfita Amaia.

La recta final no tuvo desperdicio con su himno contra el pijerío “Cayetano”, aclarando que su protagonista ya no vota a Ciudadanos, reducidos a un puñado de amigos ultracentristas, sino a Vox, peor todavía. “Las canciones de Juanita” no podría faltar en aquella noche épica en la que Diego hasta se metió entre el respetable para desfasar como uno más y “Famoso en tres calles” puso la guinda a un bolo impepinable con el dinamismo como razón de ser.

Carolina Durante

Sigo pensando que el que considera a Carolina Durante una banda comercial en realidad no sabe de lo que habla, jamás ha estado en un concierto suyo o le ciegan erróneas ideas acerca de supuesta autenticidad que en pleno siglo XXI cobran poco sentido. He aquí cuatro chavales que continúan siendo los mismos que cuando empezaron. Como Eskorbuto.

Alfredo Villaescusa
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