Crónicas

Bruce Springsteen & The E Street Band en Barcelona: La llama del rock ‘n’ roll sigue encendida con fuerza

«¿Quién sabe si el Boss nos volverá a visitar en un tiempo? Yo quiero pensar que sí, y si no, mientras tanto, nos veremos en mis sueños.»

30 abril 2023

Estadi Olímpic Lluís Companys, Barcelona

Texto: Marc MB. Fotos: Domingo J. Casas

Desde hace días la gente hacía cola en los alrededores del Estadi Olímpic Lluís Companys en Barcelona. Lo que no se iban a imaginar era que antes de disfrutar de uno de los mejores conciertos del año primero deberían pasar por una serie de pruebas tanto meteorológicas como logísticas.

Primero de todo, la organización del personal del estadio y sus numerosas entradas no lo pusieron fácil, muchos de los trabajadores ni siquiera sabían dónde se encontraban varias de las puertas y sus numerosos accesos. Por otro lado, estaba la meteorología, dichosa y caprichosa, ya que a eso de las 17:30 empezó a caer un aguacero de aquellos que hacen tanta falta, pero claro, justo ese día y con toda la gente que estábamos allí, hacía la espera mucho más complicada de lo que ya suele ser el hecho de hacer cola durante varias horas.

Una vez se abrieron las puertas, la cosa cambió, por mucho que la lluvia quisiera impedirlo. La gente se animó, mojada y cansada, pero con ganas de empezar el que para muchos sería uno de los conciertos más importantes de sus vidas. Muchos fans acérrimos de todas las edades esperan con ansia, se impacientan, pero van calentando motores.

Dicho esto, y acomodado en la zona de prensa, me dispongo a narrar lo que bajo mi punto de vista fue una de las experiencias más extraordinarias que cualquier aficionado al rock se puede permitir.

La lluvia nos dio una tregua, a las 20:55 apareció el Boss con su “¡Hola Barcelona!”. Y el estadio se volvió loco, disfrutando a más no poder con su “My Love Will Not Let You Down” que encendió a las masas. Una canción que no tocaban en directo desde 2017. Con Max Weinberg a la batería haciendo gala de su virtuosismo y su precisión y la voz de Bruce llenando el estadio enfervorecido. Qué mejor canción para despegar lo que será un concierto épico.

Y sin tiempo para asimilarlo llega “No Surrender”, un clásico del rock americano. Melódica y pegadiza. Nos recuerda al rock sencillo pero adictivo de los 80 y nos transporta a la Nueva Jersey natal de Bruce.

Con unas pequeñas notas de piano se empieza a reconocer “Ghosts”. Con una bonita melodía acompañada por acordes suaves, el Boss se acerca al público de las primeras filas y este se vuelve loco cantando el estribillo. Sabe ganarse a Barcelona como ninguno. La parte final de “Ghosts”, cantada a voz y piano para que todo el estadio cante al unísono en un in crescendo que acaba desatando la alegría de todos los allí presentes, implicando al público a la mínima oportunidad. Un bonito solo de piano al que le sigue el saxo desatando la melodía coreada por 54.000 personas a la vez, es una locura.

“Prove It All Night” nos pone un poco románticos sin bajarnos del carro del rock ‘n’ roll. Aquí Jake Clemons al saxo se luce por completo.

Sin muchos preámbulos entre canción y canción, Bruce fue por faena en todo el concierto sin prácticamente dejarnos descansar un solo minuto. Fue directo al grano a hacer saltar y disfrutar a la gente.

“Letter to You”, subtitulada en catalán, fue algo que me sorprendió cuando lo vi, aunque leyendo el mensaje que trae la canción entiendo perfectamente el propósito para subtitularlo y que todo el que estuviese allí entendiese lo que Bruce quería transmitirnos con este tema.

Y siguiendo con canciones algo más lentas, llega “The Promised Land”, con la inconfundible armónica de Bruce (cómo me gusta cuando el Boss saca la armónica). Hizo que todo el público levantase las manos ondeándolas en el cielo de Barcelona. Y en esta ocasión el Boss se centra en el micro, se pone la guitarra a la espalda para acabar quitándosela y así acercarse al público y moverse por el escenario a su aire. Otra gran aparición del saxo que cada vez que aparece hace que tiemblen las gradas del Estadi Olímpic, seguido una vez más de la armónica de Bruce, que parece que tenga poco más de 20 años corriendo y cantando al mismo tiempo por todo el escenario. El rock ‘n’ roll te rejuvenece con cada canción.

 

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“Out In The Streets” nos pone a bailar en cuanto empieza. Y es que este tema es muy rítmico y pegadizo. Y una vez más, otro solo de saxo delicioso, y es que Jake Clemons mejora cada canción con su aparición.

“Kitty 's Back”  fue mi canción favorita de toda la noche. Un blues que empieza con la trompeta sacada del mismísimo Moulin Rouge. Puro blues que te atrapa y te hace seguir cada nota y querer más conforme avanza la canción. Finalizando con un solo de trompeta y otro de piano aparece el mejor solo de guitarra hasta el momento. Una canción que podría haber durado 3 horas y no se hubiese hecho larga.

Cada uno de los músicos que acompañan al Boss son de una calidad sublime, en mayor o menor medida todos hacen que cada canción suene a la perfección. La ejecución de todos los instrumentistas, voces secundarias y demás es exquisita. Hacía mucho tiempo que no veía algo así en directo, y he de decir que no me sorprende en absoluto, la gente con talento atrae a gente con talento, eso es así.

Siguiendo con “Nightshift” y “Trapped”, el Boss se paró y gritó al público: “¿Estáis listos para la fiesta, Barcelona? ¿Estáis listos para la fiesta, Catalunya?”. “Mary's Place” y “Johnny 99” hicieron que el público corease cada estribillo entre ellos un “Let It Rain” (deja que llueva). Y tanto que llovió.

“Last Man Standing” bajó las pulsaciones, pero con una razón de peso, y es que en este tema en concreto nos habló de un amigo que lo invitó a participar en la que fue su primera banda de rock ‘n’ roll allá por los años 70 y que desgraciadamente murió luchando contra un cáncer. El mensaje de esta canción es muy positivo y claro. Hay que ser buenos y amables con la gente que te rodea y vivir el momento.

Pasando por “Backstreets”, una gran composición como “Because The Night”, popularizada por la gran Patti Smith, siguiendo con “She’s The One” y “Wrecking Ball" (no la de Miley Cyrus), me doy cuenta de que llevamos casi 2 horas de concierto y yo sigo pasmado con la producción, la organización y todas las personas que trabajaron allí esa noche, dejándose la piel y poniendo todo de su parte para que todos y cada uno de nosotros estuviésemos a gusto dentro de su localidad y tuviésemos las menores dificultades posibles para moverse. ¡Bravo a la organización!

Al empezar “Badlands”, el público grita, demuestra que aún tienen energía para afrontar el tramo final del concierto. El Boss sigue a lo suyo, sin mucha pausa entre canción y canción, se ve que disfruta haciendo lo que hace y ver cómo la gente lo vive como nunca. Es una fiesta.

Y llega el momento de la gran ovación de la noche, el estadio se vuelca en gritos, palmas y coreos hacia Bruce, que se merece todos y cada uno de los aplausos que recibió.

Parece que se acerca el final cuando todos los músicos se alinean frente al público para recibir una clamorosa ovación, aunque todos sabíamos que nos iban a regalar un ratito más de música y espectáculo. Y así fue cuando empezó la famosísima “Born In The U.S.A.”. Qué decir de este tema que no se haya dicho ya, un himno internacional del rock ‘n’ roll, nadie puede decir que no la haya escuchado nunca o por lo menos que no le suene. Es un temazo en toda regla, estribillo sencillo y pegadizo a más no poder, pero la fórmula funciona, nunca falla esta canción para animar a una multitud de personas.

“Born to Run” sigue la misma línea que “Born in the U.S.A.” en cuanto a interacción con el público, que siempre estuvo allí para cantar cada estribillo y ayudar al Boss. Un tema para ir cerrando un concierto lleno de emociones en el que nunca hemos dejado de seguir a Bruce y a la E Street Band. Todo grandes éxitos llenos de energía y vitalidad.

Y ahora sí que sí, “Glory Days” nos lleva al final con su gran ritmo. El piano me recuerda ligeramente a “Jump” de Van Halen. Con todo el mundo desatado, el personal de seguridad no daba abasto para controlar a la gente que cantaba y bailaba (a veces demasiado).

Bruce presenta a cada uno de los músicos de la E Street Band, no me canso de decir que tienen una barbaridad de talento. Y comienza la que fue la última canción de este conciertazo. “I’ll See  You In My Dreams” lo deja muy claro, nos veremos en mis sueños. Una forma genial para dar por terminado un directo de casi 3 horas donde no ha habido ni un solo minuto de descanso, ha sido una fiesta constante, enérgica y para muchos nostálgica. ¿Quién sabe si el Boss nos volverá a visitar en un tiempo? Yo quiero pensar que sí, y si no, mientras tanto, nos veremos en mis sueños.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Muy buen resumen hacia el gran concierto que se marcó un ilustre como BRUCE SPRINGSTEEN con la E STREET BAND en la ciudad a través de esos grandes clásicos que ostenta desde hace más de 50 años el de New Jersey. Un puto placer haber disfrutao de estos tres clásicos a través de estos tres videos en directo en la ciudad condal.

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