Belako + Tijuana Bibles en Bilbao: Un referente generacional

Belako

Frente a esa actitud borrega y servil, todavía hay bandas que se cansan de ser ellos mismos y no tienen reparos en reinventarse con giros de timón interminables casi en cada disco, aunque a veces se pasen un poco de frenada en el terreno experimental. A Belako tal vez les sucedió esto último con su tercer álbum ‘Render Me Numb, Trivial Violence’, antes de que luego recuperaran cierta inmediatez con ‘Plastic Drama’ y mantuvieran un cuidado equilibrio entre uno y otro en ‘Sigo regando’, su más reciente material.

Desde aquel grupo que solía intercambiar instrumentos en directo ha pasado casi una vida, tiempo suficiente para haber reunido una cantidad considerable de fieles que les siguen a viento y marea y posibilitan que se agoten entradas en el bilbaíno Kafe Antzokia a velocidad de vértigo. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, pero a día de hoy, aún no hemos encontrado a nadie que saliera defraudado, o por lo menos un poco de bajón, de un bolo de Cris, Josu, Lore y Lander.

Tijuana Bibles

Imagino que en uno de sus varios periplos por las islas británicas ficharon a los escoceses Tijuana Bibles, todo un grupazo de post punk que lo mismo remitía a la oscuridad congénita de Joy Division en “The Wave” que a explosiones de rabia tipo Idles. Se notaba que habían convivido una temporada con vascos, puesto que nos regalaron expresiones como “Aúpa” o “Fucking kalimotxo”, entre otras.

Fue un auténtico descubrimiento de los que merecían la pena, pues su amplitud de miras no se quedaba únicamente en los nombres antes mencionados, sino que iba hasta The Smiths o incluso Edwyn Collins. El personal les acogió como a reyes, así que confiamos en que no tarden en regresar. Muy buenos.

Belako

A estas alturas hemos perdido ya la cuenta de veces que hemos visto a Belako, pero si algo podríamos destacar de ellos, es que cada concierto es diferente. Aquella noche en el bilbaíno Kafe Antzokia fue un baño de masas en toda regla, con la muchedumbre realmente entregada y una apoteosis final de comunión entre artistas y público que será recordada en su trayectoria. Tal vez los micrófonos situados para capturar el sonido de la gente a un lado y otro del escenario sirvan en un futuro para un disco en directo, que es ya de lo poco que les falta por hacer.

La tendencia a reinventarse la exhibieron desde el comienzo con “Track Sei”, de su reválida ‘Hamen’, pero en esta ocasión se presentó mucho más alargada, especialmente en la intro, respecto a su versión original. “Tie Me Up”, por el contrario, a pesar de proceder de su anterior ‘Plastic Drama’, podría decirse que se ha transformado en una suerte de clásico, ideal para que las gargantas se vayan elevando.

Belako

Estaba claro que ‘Sigo regando’ ocuparía una importancia fundamental en la noche, aunque este aspecto no se hiciera cargante en absoluto. Dieron rienda suelta al material reciente, pero sin excederse. Y Josu incluso asumió las tareas vocales en “Hegodun Baleak III”, “la trilogía”, como apuntó la bajista Lore.

Sorprendió que recuperaran la rabiosa “Eat Me!”, que me parece de los mejores temas de su trayectoria y que esa noche se erigió como uno de los momentos más álgidos de la velada. Quizás Cris no tienda a chillar tanto como antaño, pero piezas como esta demuestran que todavía retiene el potencial para ello. Toda una tormenta sónica.

Belako

La que sí que funciona muy bien para el directo es la novedad “Sangre total”, su primer tema en castellano, si no me equivoco. La primera vez que la escuché me recordó a Monaguillosh, Décima Víctima o algún combo underground de la movida madrileña. En las distancias cortas cobra otra dimensión mucho más épica, sobre todo cuando cantan aquello de “A mí no me cuida el policía, a mí me cuidan mis amigas”, que retumbó con las voces desatadas de la afición. Se ha ganado a pulso su lugar en repertorios futuros.

Pero en la velada hubo de todo, en realidad, rollo experimental en “Nice Church” o rock alternativo con ínfulas electrónicas en “White Lies”, que sin duda debería ser otro de los cortes de su material más reciente que habría que preservar en el set list.

Belako

Hace tiempo que echamos de menos la explosión punk de “Vandalism” o el glamour impresionante que destilaba Cris cuando cantaba “Sinnerman”, pero por lo menos de esa época conservan como vestigio “Zaldi Baltza”, donde la peña se desparramó de lo lindo y montó el jolgorio requerido. Sigue siendo un subidón tremendo.

La petición de bises resultó estruendosa, por lo que no tardaron en regresar con “Over The Edge”, que continúa siendo un himno contra el terrorismo machista, “el terrorismo de verdad”, según dijo la vocalista antes de añadir: “Que no sirva el feminismo como coartada para defender un genocidio. Gora Palestina!”.

Cris de Belako bien arropada por su público.

Como colofón, Cris se pegó un pogo fraternal entre los fieles y así certificar que aquello que afirmaron hace poco de que las salas son los sitios donde más les gusta tocar era un deseo sincero, no algo simplemente para hacerse los enrollados. Y esto viniendo de una banda que ha reventado en términos de asistencia varios festivales ya tiene su mérito.

“The Craft” fue una gran elección para finalizar, como vienen haciendo en los últimos tiempos, aunque hubiera estado mejor si habrían enlazado con “Sea of Confusion”, que nos pareció increíble que no la tocaran. En cualquier caso, bordaron la sensación de epílogo y confirmaron que su capacidad para reinventarse continúa muy viva en directo.

Con toda probabilidad, seguiremos escuchando los cánticos lastimeros de los profetas del desastre que dicen que la chavalada ya no acude a conciertos, pero he aquí otro recital que contradecía esa absurda teoría. Los vizcaínos Belako no solo han roto moldes en cuestión de géneros musicales, sino también han creado una especie de escena local y han demostrado una personalidad arrolladora al huir de cualquier intento de categorización. Ya son un referente generacional.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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