Crónicas

Abbath + Toxic Holocaust + Hellripper en Bilbao: Un funcionario del black metal

«Agitaron las cabelleras cosa fina y además pudimos reconocer esos gestos típicos del otrora frontman de Immortal que han servido para hacer mil memes en redes sociales.»

16 enero 2024

Sala Santana 27, Bilbao

Texto: Alfredo Villaescusa. Fotos: Iñigo Malvido

Hay sombras que son demasiado alargadas para olvidarse de ellas e intentar meterlas debajo de la alfombra o en cualquier lugar recóndito. Le pasó a Bruce Dickinson a comienzos de los noventa cuando intentó volar por su cuenta al margen de Iron Maiden, modificando incluso su aspecto físico para que no se le asociara con su etapa anterior. Pero daban igual todos los esfuerzos, al final lo que la mayoría de los seguidores se preguntaban era en qué momento iba a regresar con La Doncella.

Abbath

El caso del grandullón Abbath con Immortal, una de las bandas claves del género del black metal, es similar en cierta manera, aunque en esta ocasión lo que primó fue una batalla legal con el resto de componentes para alejarse definitivamente de aquella marca, que todavía sigue ejerciendo un tirón fundamental para acudir a sus shows.

Las citas de metal internacional en la capital vizcaína no suelen pinchar en términos de asistencia, ni siquiera aunque sean entre semana. Eso sí, teniendo en cuenta la tendencia actual de programar conciertos a la hora de la merienda, en breve habrá que cogerse el día libre para asistir a espectáculos de este tipo ante la imposibilidad de combinarlos con curros de tarde. No había globitos de colores ni piruletas, pero el horario parecía más de cumpleaños infantil que de adultos hechos y derechos. Por lo menos no nos obligaron a sentarnos en sillas.

Hellripper

Por este último motivo, nos vimos forzados a perdernos a los escoceses Hellripper, pero nos llegaron comentarios de todo tipo acerca de su breve actuación, desde los que los consideraron “chicharreros” hasta los que vislumbraron en ellos la herencia de los primeros Metallica o de la NWOBHM vía Raven. Cuestión de gustos.

Toxic Holocaust

Los veteranos Toxic Holocaust, con una larga trayectoria que se remontaba a 1999, se movían por los parámetros claramente reconocibles del thrash metal con solera, un ejemplo palmario eran piezas frenéticas del estilo de “I Am Disease” o “War Is Hell”. Pese a que su rollo no fuera de lo que más me cautivaba, lo cierto es que se tornaron bastante entretenidos y hasta sentimos que finalizaran su actuación de manera abrupta al poco más de media hora. Eran sabores tan reconocibles como las lentejas de la abuela. No se les podría reprochar nada por eso. Al contrario, ese era parte de su atractivo.

Abbath

Como fan de Fields of the Nephilim, puedo entender la importancia de una ambientación adecuada y hasta que el escenario permanezca ahogado en niebla durante la mayor parte del show, pero el infierno de luces rojas al que Abbath sometió a los fotógrafos ya era pasarse varios pueblos. Eso por no hablar de que apenas se le pudo ver el rostro durante el resto del recital. Podrían habernos puesto delante un husky siberiano que no nos habríamos enterado.

Y lo mismo dijeron algunos sobre un posible playback, aunque en este caso era evidente que ahí sí había música en vivo. Gozaron incluso de un sonido contundente al que algo más de volumen le hubiera sentado genial. Del mismo modo, Abbath y su banda demostraron que con ellos no va aquella razón que esgrimía Rob Barrett (Cannibal Corpse) para dejar de hacer headbanging en los conciertos. Agitaron las cabelleras cosa fina y además pudimos reconocer esos gestos típicos del otrora frontman de Immortal que han servido para hacer mil memes en redes sociales.

En un escenario espectacular con las letras de Abbath en grande y humo a cascoporro, ejecutaron un repertorio un tanto monocorde que en ocasiones se hacía un poco bola. “Acid Haze” o “Dream Cull” reivindicaron el material más reciente y no tardaron en dar presencia al proyecto I con “Battalions” mientras de vez en cuando se ondeaba alguna bandera noruega. Como ya hemos dicho, tampoco se veía mucho en escena, pero el personal seguía aquello con la atención de una clase magistral. Apenas encontré cotorras, por lo que en este sentido, bravo por el black metal para erradicar esas subespecies concertiles tan molestas.

“Dread Reaver”, que daba nombre a su último disco en estudio, precedió a dos versiones de Immortal como “In My Kingdom Cold” y “Beyond the North Waves” y algo pareció removerse entre la concurrencia. El oscuro líder de vez en cuando se acercaba al borde de las tablas y ahí espoleaba a la peña con su clásico gesto de extender la mano como si estuviera repartiendo una suerte de bendición a los fieles. En este género la liturgia es otro componente más que hay que tener en cuenta.

Abbath

Abbath pertenecería sin duda al sector ortodoxo que no se confunde con calaveras, machos cabríos y otros artilugios malignos y opta por ofrecer sus salmos en la forma más cruda posible, sin apenas presentaciones, casi encadenando unas piezas con otras. Aquí la interacción con el público apenas se sentía, pero eso también tenía algo bueno, no había palmas. Maravilloso.

“Fenrir Hunts” aumentó la intensidad por su ritmo acelerado antes de volver a recuperar el proyecto I con “Warriors”. Alcanzaron una reseñable velocidad de crucero rescatando el legado más reconocible de Immortal con “One By One” y seguramente ese pico fue de lo mejor del concierto.

Con “Winterbane” mantuvieron el ímpetu generado, pero poco después, con similar minuciosidad a la del servidor público que finaliza su jornada laboral, se despidieron sin opción de bises. Y eso que todavía no habían llegado a la hora, escasos minutos les faltaron para alcanzar ese umbral de pírrica dignidad que necesitó por lo menos un par de temas más para acomodarse al adjetivo de respetable.

Parecía que habíamos contemplado a un funcionario del black metal que ese día tenía prisa por acabar la tarea para repantigarse en el hotel, darle al bebercio o cualquier cosa que haga este señor después de los conciertos. También escuché que el tipo a veces se esfuerza en función del número de entradas vendidas. Esa noche había una multitud bastante considerable para ser un día entre semana, ya lo hemos dicho, pero la duración fue claramente insuficiente.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran resumen hacia las cañeras descargas por parte de TOXIC HOLOCAUST junto a HELLRIPPER y todo un pionero del Black Metal como ABBATH en solitario en la Santana 27 bilbaina.

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