Crónicas

2Cellos: Música para las masas

«Ver cómo clásicos del rock acaban sonando tan pulidos, tan poco peligrosos, tan... mainstream, sí que puede producir hasta rechazo»

14 mayo 2018

WiZink Center, Madrid

Texto: Yorgos Goumas. Fotos: Alfonso Dávila

De un tiempo a esta parte, se han hecho populares artistas que ejecutan una especie de crossover entre la música popular y la clásica: desde Liberace y los musicales de Andrew Lloyd Weber (y los discos de su ex mujer, Sarah Brightman), hasta Yanni, Nigel Kennedy, ll Divo, David Garrett e incluso los tres grandes tenores (Domingo, Pavarotti y Carreras). 2Cellos, el combo formado por estos dos músicos provenientes de la península balcánica (Croacia y Eslovenia), se encuentran dentro de este subgénero. Aunque tienen una formación clásica y participan en otros proyectos de corte más purista, su propuesta musical como dúo es tocar temas populares del pop, rock y de bandas sonoras usando los violonchelos como columna vertebral. Básicamente, hacen para el pop lo que hicieron Apocalyptica en sus inicios para el metal. Consecuentemente, como idea no es nada novedoso y si uno ya está ducho en eso lo del crossover, rock, metal, música clásica, etc., puede que como propuesta no le resulte ni impactante ni muy atractiva, caso de un servidor. Aún así, decidí darles una oportunidad para constatar por mi mismo a qué viene tanta popularidad.

Por razones laborales, llegué cuando empezaban a tocar el tema central de la banda sonora de la película “Titanic” (1997), compuesto por James Horner (“Braveheart”, “Avatar”, “Troya”, etc.), lo cual significa que me perdí "Charriots of Fire" de la homónima película del 1981, por el cual Vangelis ganó un Oscar; el “Love Theme" de “El Padrino” (1971) y "Moon River", composición de Henry Mancini ("La Pantera Rosa") que en su versión original fue cantada por Audrey Hepbourn en la película “Desayuno con Diamantes” (1961). Desgraciadamente para mí, esa primera parte era precisamente la más interesante, ya que a los dos chelistas les acompañaba una orquestra de cámara y, desde luego, escuchar estos clásicos con estos arreglos tuvo que ser precioso. Dicho sea de paso, la primera cosa que constaté a entrar fue el poder de convocatoria del dúo, ya que, dejando al margen la grada superior del recinto, que estaba cerrada, el resto registraba una buena entrada. A ojo, calculé entre unas 10 y 13 mil las almas que acudieron a su llamada. Almas que, en su inmensa mayoría, me parecieron la típica gente que acude a un concierto cual evento social (no paraban de grabarse a sí mismos mientras botaban o bailaban al son de la música) y que poco o nada tienen que ver con el rock.

Al final del tema de “Titanic”, Luka Šulić, uno de los dos chelistas, nos dijo que iban a tocar un tema lento más, así que nos pidió que tuviéramos paciencia, una rogativa que encaja dentro de un guion ya escrito, ya que aparentemente hicieron lo mismo la noche anterior en Barcelona (donde tocaron 2 noches). El último tema lento fue el de la película “Gladiador” (2000), compuesto por Hans Zimmer y que en su versión original ("Now We Are Free") es cantado por Lisa Gerrard (Dead Can Dance). Posteriormente, la orquestra de cámara se retiró y entró en acción su batería. Comenzaron con "Mombasa", animado corte de la banda sonora de la película "Incepción" (2010), también compuesto por Zimmer. Siguieron con la composición central de la serie "Game of Thrones" (el único que no conocía, ya que debo pertenecer a ese 1% de la humanidad que no ve ni series televisivas ni siquiera la tele) y "Smooth Criminal", hit de Michael Jackson cuyo vídeo supuso su lanzamiento como estrellas del internet allá por el 2011 y que hizo que Elton John les llevara de teloneros en su gira mundial.

Otro vídeo que les hizo más famosos aún fue el de "Thunderstruck", su versión del tema de AC/DC. A partir de esta canción, el recinto empezó a cobrar vida. En un afán de dar más vidilla aún al asunto, Stjepan Hauser hasta llegó a tocar su cello tumbado en el suelo. Con un "Are you ready to rock?" cayó "Smells Like Teen Spirit" e, invitándonos a ponernos todos de pie, sonó "You Shook Me All Night Long" de los... ya sabéis. Con las luces del escenario todas al rojo, cual infierno, prosiguieron con "Highway to Hell" y Stjepan, con cuernos rojos en la cabeza, empezó a caminar por la pista con su cello a cuestas, volviendo loco al respetable. El último tema de AC/DC que sonó aquella noche fue "Back In Black", el cual condujo a "I Can't Get No (Satisfaction) de los Rolling y un medley de "William Tell Overture" de Rossini y "The Trooper" de los Maiden. La segunda parte de la velada cerró con "Welcome to the Jungle" de los Guns N’ Roses. Hay que decir que todos los temas mencionados en esta parte no fueron tocados íntegros: me daba la sensación de que todo era un karaoke acelerado en el que público coreaba sólo el estribillo.

Para los bises reservaron el éxito del recién fallecido DJ sueco Avicii, "Wake Me Up", y el inefable "Despacito". Obviamente, volvieron loco al personal. Para el final, Luka nos agradeció habernos quedado hasta el final, "algo inédito para nosotros", y nos pidió que tuviésemos unos dulces sueños. A continuación, pasaron a interpretar "With or Without You" de los U2 mezclado con la melodía del "Con Te Partiró" ("Time to Say Goodbye") de Andrea Bocelli. El recinto se ilumino por las linternas de los móviles... y eso fue todo. Se marcharon del escenario mientras en la pantalla se proyectaba el videoclip de "I Will Wait" (interpretado por Mumford & Sons en su versión original). Hora y media de concierto, algo que no sentó muy bien a un respetable que obviamente tenía ganas de más, así que no fueron pocos los abucheos que resonaron por el recinto.

Salí con la impresión de haber asistido a un restaurante musical de comida rápida. Creo que, como modo de introducción a los más jóvenes (muchos habían traído a sus hijos) de música sinfónica y/o clásica y de los clásicos del rock no está mal pero, como dije antes, para gente que ya ha bebido de esas fuentes de pequeño, dicho formato no presenta ningún aliciente. Además, ver cómo clásicos del rock acaban sonando tan pulidos, tan poco peligrosos, tan... mainstream, sí que puede producir hasta rechazo; y sí, por una vez en la vida dejadme que me ponga purista también.

Espero que estos dos músicos, indudablemente talentosos, empiecen a hacer temas de crossover propios (algo que han hecho tímidamente en sus discos), tal y como hicieron Apocalyptica, por ejemplo. De lo contrario, para mí no pasarán de ser una propuesta para ferias, multitudinarias, eso sí. A las masas hay que educarlas, entretenerlas y mimarlas, pero no solamente a base del reciclaje y temas rockeros amansados.

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Esta entrada fue escrita por Yorgos Goumas

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