Crónicas

Avalanch: una fiesta para todos

«pudimos ver a una banda compacta, y parece que Alberto ha encontrado de nuevo el camino con estos músicos, quienes a su vez son sobresalientes»

30 junio 2018

Castro Urdiales, Cantabria

Texto y fotos: Fernando Martínez

Avalanch era el plato fuerte del Festival Castro Rock 2018. Esta era una nueva edición del festival que se celebró el 30 de junio en el Parque Amestoy de Castro Urdiales en Cantabria. Este año, además de grupos locales, presentaban como cabeza de cartel al grupo asturiano con su formación AllStar. Todo esto en plena semana grande de Castro y totalmente gratuito.

Castro Rock nació en 1997 gracias a los socios de la Asociación Musical Volumen de Castro Urdiales con la intención de dar visibilidad a grupos y poder mostrar su valía en un escenario profesional y bien equipado. Cada edición pretende superarse a sí misma en calidad, asistentes y grupos invitados para poder llegar a convertirse en un referente turístico y musical en la zona. Esta era una oportunidad importante para los grupos locales que han podido tocar en casa y aprovechar para que la gente les conozca un poco más. Sobre todo, teniendo en cuenta que cada vez se desplazan al festival más personas de fuera de la región. Está claro que para la organización es una inyección y un subidón ver que el Castro Rock cada vez va cogiendo más nombre.

Abrían el festival con cierto retraso en el horario los locales Burning The Waves con su metalcore con influencias de otros estilos como el deathcore o post-hardcore. Los motores quedaban encendidos para el siguiente grupo, Fisher´s Tomb, banda también de Castro Urdiales y que pertenece a la asociación mencionada, con su sonido colindante entre hard rock, grunge y metal. Gustaron bastante, sonaron muy bien y se lo curraron con un estupendo directo. Tras estos, llegaba el rock directo y festivo del quinteto Karbonizadores. La gente estaba pasándolo bien y disfrutando de su música. Tenebra eran los siguientes en descargar su heavy metal melódico ante muchos seguidores de este grupo afincado en Castro. Letras directas en castellano y que tienen mucho que ver con la vida real y vivencias, todo ello aderezado con la voz de Aroa Zorrilla, su seña de identidad. Tuvieron un sonido bastante limpio y sonaron algo más heavy de lo normal. Del mismo modo, gustaron bastante y tuvieron una fantástica ovación. Foto final del grupo con su público y paso a la recta final de la noche con el cabeza de cartel.

Si en el rock español hay una banda que lleve décadas al pie del cañón y siga facturando discos con la garantía de éxito como bandera, esta es Avalanch. Hay que admitir que la formación actual es brutal: en directo es una banda que no defrauda. Pasadas las doce y veinte de la noche, casi una hora de retraso sobre lo planificado, el grupo se subía al escenario con la imagen de la edición del “El Ángel Caído” de fondo. Mientras se escuchaba “I Want It All” de Queen, las luces se apagaron y Alberto Rionda aparecía entre una estruendosa ovación.  Suenan los primeros acordes de la instrumental “Santa Bárbara”, Alberto tiene unos minutos para él, es el jefe, ya que podemos entender que ha sido el líder de siempre en la banda. Enlaza la intro de “Hacia la luz” durante la cual el resto del grupo entra en escena para abrir con “Tierra de nadie”. Israel Ramos es el último en salir. Está demostrando un alto nivel hasta ahora con una gran voz, sin duda. ¡Y empieza el baile de verdad! Ahí está, súper banda que te vuela la cabeza desde el minuto uno: Jorge Salán a la guitarra, Israel Ramos en el micrófono, Mike Terrana a las baquetas y Manuel Ramil en los teclados junto a Rionda, desatando toda la fuerza del rock duro de Avalanch en Castro. Sonido perfecto, pero con un escenario altísimo y escaso juego de luces que dejaba un tanto pobre la iluminación de la actuación: dos focos blancos en el centro del escenario que, además, nos hacían el trabajo más complejo a los fotógrafos.

Nos metemos de lleno en el show. Magnus Rosen, siempre buscando la cámara, sonriente y sin parar de moverse por el escenario. La célebre “Tierra de nadie” congregaba a todos hacia las primeras filas. “El ángel caído” y “Xana” daban inicio a un más que notable concierto. Empezar así desde luego es sinónimo de éxito, con todo el público cantando y coreando “Corazón negro”, un gran tema de letra con contenido, buenos teclados, buen solo de guitarra, y sobre todo, un estribillo ganador. Es de esas canciones que te levantan del sitio. “Delirios de grandeza” dio paso a un Jorge Salán que se marcó un solo casi en el mismo borde del escenario en la balada “Antojo de un dios”. Era el turno de la batería con Terrana dándolo todo y practicando malabares con las baquetas.

Llegábamos con “Las ruinas del Edén” y a la parte acústica de la actuación con “El príncipe feliz”, seguido de “Cambaral” y “Vientos del Sur”, con un alto protagonismo de Manuel a los teclados e Israel, que en solitario se marcan un “Vientos del sur” en el que el público cantó parte del tema. Nos vamos a los últimos cuatro temas del concierto con “Papel roto” que retoma el sonido eléctrico de las guitarras. “Alas de cristal” nos  lleva el sonido del álbum ‘El hijo pródigo’. El último solo de la noche llegaba de la mano del bajista -Magnus se sale con este instrumento- y que también sirvió como introducción a los bises: la genial “Lucero” y “Torquemada”. En definitiva, el Show que Avalanch ofreció supuso una fiesta para todos los que nos acercamos hasta el Castro Rock. Además, pudimos ver a una banda compacta, y parece que Alberto ha encontrado de nuevo el camino con estos músicos, quienes a su vez son sobresalientes. Es larga ya la carrera y la entrega que ha demostrado el de Oviedo a lo largo de tantos años, y merece un respeto. El mío, sin duda, lo tiene.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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