Crítica de Vuelo 505: No Hay Historias de Fracaso - MariskalRock.com : MariskalRock.com

Vuelo 505

No Hay Historias de Fracaso

El Dromedario Records (2018)

Por: Álvaro González

Vuelo 505 presentaba hace apenas unas semanas ‘No Hay Historias de Fracaso’, el segundo trabajo de estudio de la banda riojana. Mezclado por Kolibri Díaz, guitarrista de Marea, y lanzado bajo el sello de El Dromedario Records, estamos ante un paso más de la prometedora carrera de Rubén Fernández, David de la Fuente, Chema García e Iván Butch.

Comenzamos con un verdadero tributo a Dire Straits. Y es que resulta inevitable que se nos venga a la memoria Mark Knopfler al escuchar los primeros compases de “Me Asustan Las Despedidas”, con una guitarra limpia que recuerda al estilo del músico escocés. El primer corte aúna de manera excelente los elementos de Vuelo 505 y sirve como carta de presentación: rock sin mucha distorsión combinado con ciertos sonidos latinos. “Las cosas Que No Pueden Ser” pone sobre la mesa el estilo de Pau Donés (Jarabe de Palo) que baña todo el plástico, quien llega a participar en la cuarta pista, “Una Casa En Ruinas”. El peso de Hay fragmentos de algunas canciones en los que incluso me resulta imposible distinguir la voz de Rubén de la del artista catalán.

Retomando el orden del disco, “Desaprender Lo Aprendido” ha sido una más que grata sorpresa. La influencia de Fito y Fitipaldis es notable a lo largo de todo el álbum, pero es aquí cuando llega a su máximo esplendor, dando como resultado una canción que me resulta un delicioso híbrido entre “Un Buen Castigo” y “Me Acordé de Ti”. Cabalgando el quinto tema, pasamos a la que quizás sea la parte en la que más flaquea el LP. Sin intención de desmerecerlas, “Fuera de la Pecera” y “Con el Viento a Favor” no destacan demasiado frente a sus competidoras. No es el caso de, “Las Arrugas de Mi Voz” que nada más comenzar destila un lejano sabor a Kutxi Romero rompiendo con la tónica más festiva que dictaban los cortes que lo preceden. Volvemos al rock más setentero de la mano de “La Ley del Escaparate” y “En la Farmacia de Chelsea”, para terminar con dos baladas acústicas: “Un Rastro de Migas” y “Frío en los Pies”.

Vuelo 505 logra un álbum con estilo propio que, al mismo tiempo, bebe de los principales exponentes del rock español. No perdáis de vista a estos chicos de Logroño; están destinados a lograr grandes éxitos. ¿A qué esperáis para escucharlos?