Zalez

Metalverso (Symphonic Version)

Autoeditado (2023)

Por: Alfredo Villaescusa

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Hubo un tiempo en el que los discos con orquesta salían como churros. Hasta grupos como Kiss o Metallica, en teoría situados en las antípodas de la música clásica, se apuntaron al carro. En aquella época parecía que era lo necesario para convertirse en alguien relevante del panorama y podría decirse que dicho formato se popularizó tanto como los consabidos desenchufados de la cadena estadounidense MTV. Cosas de la prehistoria.

Pues bien, Zalez, guitarrista de bandas como Frontline, Propaganda o Arde La Tierra, al que ya seguimos la pista en su anterior ‘Wolves Against Vampires’, nos ofrece en esta ocasión la versión orquestal de su último trabajo ‘Metalverso’. Sobra decir que sigue el formato instrumental de anteriores obras, pero combinando las composiciones originales con secciones de viento, cuerdas y otros elementos típicos de las grandes orquestas.

En este sentido, desde el comienzo con la homónima “Metalverso” ya nos damos cuenta de que su creador ha logrado transmitir con exactitud lo que supone para cualquier banda metalera rodearse de todo el ejército de músicos que compone una orquesta. Si anteriormente era importante la influencia de Metallica, a más de uno le vendrá a la cabeza esta vez el celebérrimo ‘S&M’ de los hombres de negro.

En “Race To The Paradise” brilla como nunca esa combinación entre metal y elementos clásicos, con ambas vertientes muy niveladas, sin imponerse nunca una por encima de la otra. “Wild Souls Never Die” apelará a los fans del heavy más tradicional, con el envoltorio orquestal más discreto en esta ocasión y así no restar fuerza a una enérgica composición.

“No Antidote” juega con una atmósfera inquietante en primer lugar, con el poso clásico de nuevo en un punto elevado y recordando el encaje de bolillos que tuvo que ser realizar esta adaptación sinfónica. “Escape To The Forest” apuesta de nuevo por los riffs pesados, con los elementos clásicos sazonando el corte en los momentos adecuados antes de pegar una de esas aceleradas que podrían recordar a Hetfield y compañía.

“Room 412” evoca a Iron Maiden en el punteo inicial, pero luego las orquestaciones y los cambios de ritmo le proporcionan un enfoque bastante diferente al de los temas de Steve Harris y los suyos. “Champions of the Universe” se acerca, por el contrario, al metal progresivo, un estilo al que la tendencia orquestal que domina el álbum le sienta divinamente.

Y “Outverso” funciona a modo de epílogo, con una atmósfera casi de banda sonora épica, con campanadas y otros detalles que te incitan a evocar escenas del séptimo arte. He aquí la ocasión para que cada uno deje volar su imaginación hacia los lugares más insospechados.

Hay que admitir que realizar esta versión orquestal no ha debido de resultar nada sencillo, sobre todo para conseguir ese delicado equilibrio entre metal y música clásica presente en muchos de los temas. Si eres un aficionado a los álbumes con orquesta, puedes lanzarte a la piscina sin problema. En caso contrario, arriesgarse tampoco se antojaría mala opción, pues hay momentos tralleros en los que seguramente ni te acuerdes de que hay vientos y demás. Ambas posturas son aceptables.

Alfredo Villaescusa
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