Wrath of God

Blood Eagle

Vallonga's Studios (2023)

Por: Alfredo Villaescusa

8

A veces es mejor dejarse de etiquetas y disfrutar la música tal cual está, sin más zarandajas. No es necesario intelectualizar cada experiencia para poder valorar cada propuesta musical, en muchas ocasiones conviene simplemente entregarse a las canciones en lugar de andar preocupándose si se trata de un estilo u otro. Sentir las emociones que transmiten y no enredarse en detalles accesorios.

Tal parece ser el caso de este potente debut de los alicantinos Wrath of God, que sin duda apelará a los aficionados al thrash, death y demás sonidos duros, aunque eso tampoco significa que no salgan de parámetros de sobra conocidos. Me atrevería a decir que podrían convertirse en una opción muy válida para los fans del heavy clásico o de aquellos cansados de categorizaciones y compartimentos estancos que lo único que desean es metal a secas, ni más ni menos.

Unos tonos fantasmagóricos nos dan la bienvenida en “The Eye”, que sienta de un plumazo unos contundentes parámetros con ritmos que te harán mover la cabeza, si no tienes sangre de horchata, y una voz rotunda con matices que van desde lo gutural hasta los tonos de James Hetfield en la época de ‘…And Justice For All’, entre otros registros. Los curiosos desarrollos que se marcan en esta primera pieza confirman del mismo modo que no se trata de un grupo de sota, caballo y rey.

“Shoot’Em!!” hace honor a un título en el que no cabe interpretación alternativa, por lo que nos legan otro corte incisivo que te incitará a agitar la cabellera. Sin apartarse de la tralla, “Guantánamo” concede un breve respiro en los punteos del comienzo antes de adquirir cierta velocidad de crucero, pero sin conseguir que el resultado descarrile. Desde luego, no tienen nada que envidiar a thrash metaleros de la costa californiana como Exodus o Testament.

“Rex” apuesta de nuevo por los ritmos pesados que se meten hasta los huesos y de paso demuestran que no es obligatorio tocar a una rapidez endiablada para lograr epatar al personal. En “Avenger Angel” sí que pisan a fondo con una pieza frenética que te volará la peluca, si no estás habituado a este tipo de sonidos, claro. La voz femenina de acompañamiento proporciona un genial punto esotérico o inquietante, algo en lo que profundizan posteriormente con unos grandilocuentes coros. De lo mejor del redondo.

“Someone…Somewhere” sigue en la tendencia de dar zapatilla como si no hubiera un mañana, aunque descoloque en ciertos fragmentos. Mencionar en este aspecto una producción vigorosa en la que la batería retumba como si fueran los tambores del Apocalipsis, muy conseguida, sí señor. Y la homónima “Blood Eagle”, inspirada en los sacrificios humanos que realizaban los vikingos, es otra punta de lanza de este lanzamiento, con una base de ritmo compacta y unos tonos aguerridos en consonancia con el espíritu épico de la canción.

“Behead” pone el broche, sin aflojar lo más mínimo respecto a caña, a un álbum que se torna corto, incluso aunque no seas un gran forofo de los estilos más crudos y acelerados. De forma similar a lo que sucedía en “Avenger Angel”, los coros enérgicos que sueltan aportan un matiz diferente a una composición muy bien situada al final del redondo.

Nunca nos llamó especialmente la atención el thrash metal, al margen de  piedras angulares del género como Slayer o Kreator, pero hay que reconocer que este trabajo mola por su ritmo dinámico que no te satura en ningún momento y también por los detalles que comentaba anteriormente que transforman un estilo manido en algo interesante de escuchar. Si lo de dar y pulir cera define tus gustos musicales, deberías darles una oportunidad desde ya.

Alfredo Villaescusa
Etiquetas: , , , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *