Opeth
The Last Will and Testament
Reigning Phoenix Music (2024)
Por: Yorgos Goumas
9
Sin duda alguna, este es uno de los discos más esperados del año y que más impacto ha tenido dentro de la comunidad metalera. ¿Es merecido tanto revuelo? Objetivamente hablando, sí, y veremos el por qué.
Dejemos por un lado el hecho que es el primer disco conceptual de los suecos desde 'Still Life' (1999) y que las voces guturales hayan vuelto después de tantos años (desde el disco 'Watershed', para ser más exactos). Ahí ya entran los gustos personales de cada uno y yo, personalmente, no echaba de menos lo del "concept" ni las voces a lo monstruo de las galletas, ya que no soy muy fan del death metal.
Sin embargo, el bueno de Mikael Åkerfeldt ha decidido reintroducir estos últimos, no para satisfacer a los fans, sino porque los consideró necesarios para contar esta historia; una historia ya de sobra conocida (leed la entrevista de portada de la Heavy para más información) y que por razones de brevedad no repetiré aquí. El siniestro y autoritario patriarca pedía a voces (¿visteis lo que hice aquí?) ser representado por voces guturales, y Mikael nos mostró que sus cuerdas vocales pueden dar caña en este aspecto.
Las partes donde presta su voz Ian Anderson interpretando al sórdido abogado que lee el testamento del patriarca también era necesaria, ya que se precisaba una voz de tono altivo, casi petulante, típico inglés, y las partes donde mete su solo de flauta (párrafos 4, 7 y el tema “A Story Never Told”) no parecen haber sido metidas con calzador, sino todo lo contrario, algo digno de mención, ya que, según el propio Mikael, fueron introducidas después de la sugerencia del propio Anderson con los temas ya completos; toda una proeza de genios.
Por el contrario, los coros de Joey Tempest (Europe) en el párrafo 2 son testimoniales, y hay que escuchar el tema con cascos para apreciarlos (bueno, se recomienda el uso de buenos auriculares en todo el disco para apreciar todos los matices).
Mikael Åkerfeldt puede que no sea un maestro de la guitarra progresiva como lo son Robert Fripp, un Steve Hackett o un Steve Howe, pero se trata de un músico completo, que sabe intercalar partes complejas e intensas con otras más calmas y atmosféricas para crear un tejido increíblemente complejo pero fácil de digerir a la vez.
En esto ayudan, por supuesto, sus compañeros en la banda, con el teclista Joakim Svalberg, que se desata con su Hammond, Mellotron, Fender Rhodes y Moogs ofreciéndonos todos los sonidos progresivos que llegamos a amar desde hace décadas, y su nuevo batería, el finlandés Waltteri Väyrynen (ex-Paradise Lost), una autentica maquina que saca los ritmos más complejos a la primera, según el propio Mikael.
Puede que no haya un tema aquí que pueda tomarse por sí solo, ya que sin las otras partes perdería su esencia, puede que no haya un tema con un riff tarareable como ocurría con tantos discos anteriores de Opeth (van a tener difícil tocar temas separados de este disco en sus directos con la excepción quizás del primero y del último), pero Mikael ha sabido tomar lecciones de sus maestros (Yes, King Crimson, Gentle Giant y Jethro Tull) y componer melodías complejas, que serpentean a través de los valles del sinfónico, del progresivo y del jazz-fusión inclusive, sin perder el enfoque ni un minuto.
No sé qué pintan los compases flamencos y las influencias orientales dentro del contexto de la historia en el párrafo 5, por ejemplo, pero bienvenidos sean para añadir nuevas texturas a las ya existentes.
La única razón por la que este disco no obtiene una valoración de 10 sobre 10 es porque, como dije antes, me falta un tema-himno, un tema para tararear o para que me lleve lejos (quizás “A Story Never Told” lo consigue) y porque la disonancia a lo King Crimson o Gentle Giant a veces puede que llegue a irritarme, pero precisamente por eso, porque es música que me lleva a mis limites, merece mi respeto.
Lo que tenemos aquí es el disco de Opeth definitivo, ya que combina la contundencia de los primeros discos (hasta 'Watershed') con el progresivo/sinfónico de toda la vida de los discos a partir del 'Heritage' (2011); se trata de la culminación de la visión musical de Mikael Åkerfeldt.
Lo más interesante, a mi parecer, es la manera de seguir a partir de ahora, ya que Opeth tendrá que encontrar nuevas maneras de expresión sino quieren ser acusados de ser repetitivos.
La sombra de este disco le va a seguir hasta el final de su carrera y todo a partir de ahora será medido con este disco como referencia. ¿Os imagináis a Opeth con elementos pop o electrónicos, por ejemplo? Genesis lo hicieron, Yes lo hicieron, Rush lo hicieron, incluso Steven Wilson (buen amigo de Mikael) lo hizo.
El futuro parece interesante y, además, de esto se trata cuando hablamos de progresivo: progresar y romper moldes. Ya veremos cómo evolucionan Opeth en el futuro.
Opeth se ha hecho con la portada del número de noviembre de La Heavy, el 466, acompañados por Linkin Park, Queen, Metallica, Nirvana, el homenaje a Paul Di'Anno o los extremeños Sínkope. Corre a tu kiosco o visita nuestra tienda online para no perderte nada.
Escucha 'The Last Will and Testament en Spotify':
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1 comentario
Realmente buenos ambos temas pertenecientes a el nuevo álbum de los death metaleros progresivos suecos OPETH.