Crítica de Néstor Rodríguez: El camino - MariskalRock.com : MariskalRock.com

Néstor Rodríguez

El camino

Airon Producciones (2023)

Por: Alberto “Sarel” Cañete Zamorano

Néstor Rodríguez aparece en nuestras antenas con un nuevo disco de cinco temas, 'El camino'. Con protagonismo en solitario, el estilo que Rodríguez quiere defender en este punto de su carrera artística también ha contado con otros artistas que participaron en los coros y la instrumentación que muestra este trabajo.

Empieza el disco con “El blues del jeta”, un tema de rock alegre, con coros, en lengua de Cervantes. Lo primero que inspira es alegría, frescura, disfrute, que recuerda al rock español de los famosos años 80. La letra trata del típico “jeta”: un personaje tan carismático como curioso de conocer, que se paraleliza con la ingenuidad de un buen artista del rock urbano.

Continúa con “Madrugada”, con unos acordes de guitarra iniciales más pesados pero igualmente frescos. Con “Modelo de contraportada” la rítmica cobra un nuevo valor, y la soltura de la guitarra se mezcla con una letra sobre un tipo de amor: el amor frustrado a lo ajeno y la búsqueda que desencadena en amor propio.

La metáfora entre el amor y el arte se materializa como una búsqueda del amor de una mujer que necesita sentirse como tal, del mismo modo que un artista necesita sentirse valorado por lo que crea; como, en este caso, un músico. A fin de cuentas, a este gran artista no le falta talento ni mérito, aspectos que no restan en su valoración.

Con “Muchacha”, aparece un acercamiento al blues, a un tono más relajado en su lado instrumental; aunque su voz coja una fuerza que profundiza en los sentimientos de la muchacha que personifica la letra.

Este gran disco finaliza en su quinto tema, que lleva como título el mismo que el propio álbum: “El camino”, con un estilo entre el rock, el blues y la esencia de un buen cantautor, acompañado de coros. Una letra sobre la búsqueda de la ruta que camina este músico, con sus altos y sus bajos, en un gran ataque de sinceridad consigo mismo y con sus oyentes. Dejar atrás la luz de una estrella para buscar el rumbo a su manera, como todo gran artista hace en algún momento de su carrera.

Hablamos de un disco sincero, introspectivo y variado entre sus cinco canciones. Una oda a la esencia de ser artista: quiénes somos, qué buscamos, y cuál es el camino que debemos seguir.

Lo único observable bajo la luz de aquella estrella, ahora mismo, es que las posibilidades de este increíble músico son tan infinitas como el mismo cielo.

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