Closing The Earth

Roots & Desires

Autoeditado (2023)

Por: Alfredo Villaescusa

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Hay veces en las que determinadas escenas se saturan y entonces lo más normal del mundo parece ser tomar cierta distancia y hacer criba entre el producto de calidad constatada frente al vulgar garrafón que aparece hasta debajo de las piedras. Darwin quizás también entendería este proceso dentro de la llamada selección natural, algo que se antoja fundamental para distinguir el grano de la paja, así como aquello que debería escucharse sin dilación entre un mar de propuestas que demandan similar atención.

El interesante debut del combo granadino de metalcore Closing The Earth entraría de cabeza entre aquello que sin duda llama la atención en un género trillado hasta la extenuación. Mencionemos también el hecho de que fueron finalistas en la batalla de bandas de Resurrection Fest, por lo que ya se han recorrido algunos de los escenarios más relevantes de la escena.

El umbral hacia un versátil universo se cruza de la mano de “Zakarion’s Gate”, que se antoja metalcore al uso con elementos electrónicos y la habitual alternancia entre tonos limpios y voces guturales, a pesar de un inquietante inicio sideral y un estribillo muy conseguido. Cambian de rollo totalmente con la armónica de “Metalcohol”, que le da cierto rollo stoner a lo Down junto con unos riffs contundentes que por lo menos te harán mover la cabeza.

“Into This Journey” sube la apuesta con un metal contemporáneo no exento de melodías a lo Amorphis y hasta fragmentos que te recordarán indefectiblemente a Trivium o Bullet For My Valentine. “Lilith” marca del mismo modo un punto aparte con otra pieza en la que bascula la tralla bruta con un toque accesible que te hará conectar con ellos, incluso aunque las voces guturales y las aceleradas sónicas no sean lo tuyo.

“Spanish Redneck” sorprende con un luminoso estribillo cercano al rock alternativo y no se cortan tampoco al incluir palmas mientras cantan sobre cierto estercolero televisivo que emponzoña todo lo que toca. Había que decirlo, por supuesto. Y “Thanks” introduce guitarras acústicas en otro reseñable ejemplo de la impresionante amplitud de miras de estos andaluces, de las mejores composiciones del redondo.

“The Endless Game” pega un nuevo puñetazo en la mesa insuflando unos inesperados aires ska, que desde luego resulta curioso escuchar junto a tonos guturales y ritmos con sustancia. ¿Pogo o circle pit? He aquí la cuestión. Y rizando todavía más el rizo, “The Familia” cuenta con la colaboración del cantautor El Chivi, que cuela su aportación entre una rotunda voz gutural y algún consejo para evitarse problemas en la vida.

“Gokudo’s Way” destila cierto pulso hardcoreta junto a elementos orientales y hasta alguna parte de la letra en japonés, si no me equivoco, otra soberbia pieza para provocar cortocircuitos mentales a más de uno. Y si piensas que los cortes acústicos incitan al bostezo inmisericorde, dale una escucha a “My Option” y observa el resultado tan apañado que han conseguido al combinar rock alternativo, algo de épica y hasta coros punk. Todo ello sin derramar ni una gota de electricidad. Brillante.

Este festín de talento sin igual se va cerrando con “Isolated”, que recupera su rollo más visceral sin descuidar la melodía ni pasajes acústicos que engrandecen todavía más el tema. Y “Jawing The Close” descoloca por su aproximación a la electrónica tipo Enter Shikari, por lo que se convertiría en el corte perfecto para echar el resto en alguna pista de baile que no desdeñe los sonidos potentes.

Si eres de los que el término metalcore a estas alturas te provoca cierta pereza, olvídate de prejuicios bobos y sumérgete de lleno en el impresionante crisol de estilos que propone esta gente. No volverás a ser el mismo, te lo aseguro. Pura variedad en vena.

Alfredo Villaescusa
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