B.O.W. (Brotherhood of Wolves)

Chasing Shadows

Autoeditado (2023)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Si ya con su debut homónimo pusieron el listón muy alto y confirmaron que su talento no era flor de un día en ‘A Dump of Twisted Destinies’, con este tercer disco siguen labrándose una trayectoria impresionante que calificaría de lo mejor del panorama actual en lo que respecta a hard rock melódico. Música de muchos quilates que se expande a través de canciones mayúsculas interpretadas con una sensibilidad tremenda.

Bajo la batuta del batería, compositor y productor Tommy López se ha juntado para esta ocasión toda una formación de lujo con colaboradores habituales como Moisés Cerezo al bajo o Izzy Cueto a la guitarra y otros nuevos como el vocalista argentino Diego Valdez o Rafa Castillo, entre muchos otros. Y no podemos pasar por alto la presencia de su otrora cantante Marco May, que a nuestro entender es el que lega las mejores interpretaciones, esas con las que se te ponen pelos de punta, caso de ese inmenso “Dust of The Times”, que podría recordar a los momentos más álgidos de Johnny Gioeli con Hardline.

Pero estamos ante un trabajo con otros notables atractivos, que además se materializan desde el comienzo con “I Don’t Give A Damn”, un colosal single para entrar en harina y asumir que se tratará de un discazo de principio a fin. Todo un temón de hard rock hasta la médula. “A Bad Dream” quizás vira un poco hacia el AOR tipo FM, aunque también se nota un evidente poso de rock clásico. Un chute de positividad que rematan con un luminoso estribillo para cantar enamorado.

“Dangerous Games” posee un enfoque más moderno y contundente que nos demuestra que a estos levantinos tampoco les va eso de hacer todas las canciones iguales. “Adrenaline” explota del mismo modo su faceta más melódica, en la que son verdaderos maestros, mientras que “I’m Not the Killer of Our Love” vuelve a elevar el pabellón con una interpretación deslumbrante, hard rock de corte ochentero con el que se te caen hasta los anillos. Maravilla.

“War Has No Face” destila un rollo muy Mr. Big en el que denuncian la brutalidad de la guerra antes de insuflar en “Cry of the Wind” cierto espíritu de superación y acercarse tímidamente al blues, sobre todo en esos delicados punteos de fondo. Aquí me viene la cabeza otro grupazo en el género como los Talisman de Jeff Scott Soto.

“Army Ants” otorga a Rafa Castillo la oportunidad de lucimiento en otra pieza con garra y melodía muy bien equilibradas, previamente a que recuperen de nuevo su lado más meloso en “Pain & Destruction”. Tal vez se les vaya un poco la mano con el almíbar, pero eso es algo muy perdonable con una composición de semejante nivel. Para invitar a cenar a cualquiera.

“Island” reincide en ese campo y el resultado tampoco es para quejarse en absoluto, al igual que “Graves”, que aminora todavía más las revoluciones antes de adquirir un leve vuelo orquestal. El dueto entre Diego Valdez y Rafa Castillo que se marcan en “Teeth” contribuye a incrementar la impresión satisfactoria tras la escucha de este trabajo. A modo de propina, nos dejan un remix de “Army Ants” con la voz de Marco May, que es una auténtica delicia, como todo lo que canta ese señor.

En definitiva, esta hermandad continúa aportando piedras angulares para ese imponente edificio que llevan construyendo ya desde hace unos añitos y que va desde luego muy bien encaminado de cara al futuro. Con una reunión de músicos así solo podemos esperar obras maestras, en cada nuevo lanzamiento lo demuestran.

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Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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