Avanti Rock

El rock no está muerto, estaba de resaca

Autoeditado (2023)

Por: Alfredo Villaescusa

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La verdad es que a estas alturas podríamos ser millonarios si nos hubieran dado dinero cada vez que hemos escuchado esa sandez mayúscula de que el rock ha muerto. Como si a los seguidores de este género nos importara algo si está o no de moda o si sus letras cumplen los delirantes estándares de esa curia postmoderna empeñada en sacar todo de contexto y efectuar cazas de brujas contra disidentes.

A los sevillanos Avanti Rock seguro que eso mismo también se la trae al pairo y lo único que buscan es dar rienda suelta a una pasión que no entiende de etiquetas ni de coyunturas del momento. Cuatro temas conforman este EP que toma el relevo a su debut  ‘72 primaveras’ y que sirve de adelanto de un futuro trabajo que llegará a lo largo de este 2023 con otro cuarteto de piezas. Rock en pequeñas dosis, para que lo digiera todo el mundo, que aquí hay mucha autenticidad.

Ya de entrada, nos sumergen en humo espeso de tabaco y otras sustancias en “Profesional”, un blues de copa y puro con el que te temblarán hasta las canillas. Los tonos ligeramente aguardentosos de Casimiro Relinque es probable que te recuerden al Joaquín Sabina más rockero, el de “Conductores suicidas”, por ejemplo, aunque no sé si el genio de Úbeda cantaría este genial tema con tanta convicción. Profesionales de verdad.

“Quiero” se acerca quizás un poco a AC/DC, pero añaden cierto poso patrio que nos hace pensar en Burning o Los Zigarros entre mil referentes. Lo bueno de este estilo es que sin comerse la cabeza pueden llegar a cautivarnos con una letra tan hipnótica y rotunda como la que aquí nos ofrecen, una suerte de manifiesto que firmaría cualquiera con dos dedos de frente.

“Little Egypt (No tengo cita)” en realidad es una versión de The Coasters que también grabó Elvis en su día y en nuestro país la dio a conocer el icónico músico sevillano Silvio Fernández Melgarejo. Estos chicos le insuflan un aire más hard rock con colosales punteos, pero no pierden el encanto exótico de la original. Vale lo mismo para trasegar en un garito que para contonearse en un baile etílico a altas horas de la madrugada.

Y “Tú eres mi rock & roll” recupera de nuevo la senda de Angus Young y compañía con ritmos para agitar la cabellera y una impagable letra macarra que tal vez levante suspicacias en tenebrosos ministerios de censura. Esto sí que es chulería. Y también poesía, de esa que ocurre con frecuencia en los andenes de metro o en cualquier otro lugar donde uno sufra una revelación. Que nadie vuelva a decir que el rock & roll está muerto, en realidad está en todas partes.

Al igual que nos sucede con otros trabajos en este limitado formato, lo único que lamentamos es no poder disfrutar todavía del álbum completo, pues si va en esta onda, lo recomendaría pero ya. Música para gente sin complejos que no se escandaliza por tonterías. Para tipos duros de verdad que apuestan a todo o nada.

Alfredo Villaescusa
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