Bruce Dickinson (Iron Maiden) con Buenafuente: “No veo ningún motivo para retirarnos nunca”

26 febrero, 2019 10:45 am Publicado por  7 Comentarios

La gira que está realizando el vocalista de Iron Maiden, Bruce Dickinson, con las charlas 'A conversation with Bruce Dickinson', en las que presenta su biografía, recientemente editada en español como '¿Qué hace este botón?', le han traído a España estos días, concretamente le tendremos en Madrid hoy (26 de febrero) en el Teatro Rialto. Pero antes de presentarse en este evento propio quiso pasar por el plató del programa de Buenafuente, ‘Late motiv’, en el que ofreció una interesante entrevista repasando varios aspectos de su vida.

Para empezar, la banda que pone música al programa le recibió al son del “Speed King” de Deep Purple, lo que provocó la primera anécdota contada por Dickinson en el programa, que pilló al traductor un poco fuera de juego. Contaba Bruce cómo cuando escuchó aquella música fue al cuarto del que provenía y preguntó a un tío enorme que le abrió la puerta qué era aquello. Así descubrió a Deep Purple y, según contó, lo primero que quiso fue “to be a drummer”, lo que en el programa se tradujo como “ser actor”. La batería de Ian Paice fue el impacto inicial para un joven Dickinson: “Era uno de mis héroes. Tuve mucha suerte… Bueno, acabé conociendo primero a Ian Gillan en un baño, lo que fue un poco raro porque yo tenía la cabeza metida en la taza del váter del estudio donde estábamos grabando con Samson”. La anécdota incluye un porro que le pasó el ingeniero de sonido, las “cuatro o cinco pintas de cerveza” que había tomado antes y al cantante de Deep Purple entrando en el estudio para preguntar quién estaba cantando, “había dado lo mejor cantando al estilo Ian Gillan en todo el disco, y entró por la puerta del estudio mi héroe, que me estaba escuchando cantar sonando como él”, que Gillan dijera que el cantante molaba provocó la reacción que llevó al joven Bruce Bruce a vomitar al baño. Como recuerda ahora, el propio Gillan le sacó la cabeza del váter, le limpió la cara y le mandó a casa en un taxi. Cuando Buenafuente bromeaba sobre que eso solo pasa en el rock and roll, Bruce apostilló que “creo que algunos políticos han conseguido su puesto así”.

Lo siguiente fue señalar lo que a todos siempre nos ha llamado la atención del cantante, que también sea historiador, piloto o tirador de esgrima entre otras muchas cosas. Bromeaban Dickinson y Buenafuente sobre que el único día que el primero no ha hecho nada fue “justo antes de nacer”. La descripción del nacimiento de Dickinson, bromeando con lo a gusto que se está antes y que te obliguen a salir a la luz, según el cantante “fue el principio de mi problema con la autoridad”.

No tardaron en señalar uno de los mitos creados alrededor de la figura del británico, al que siempre hemos situado a punto de participar en las olimpiadas de Barcelona. Tras la broma de que “vaya excusa lo de tener gira con Iron Maiden” que soltó Buenafuente, Dickinson mató el mito revelando que “a las olimpiadas iban los tres primeros del país y yo era el séptimo. A la gente le gusta crear historias cuando eres un cantante de rock”. Otro mito destruido, este más obvio, es que no hay un avión que sea propiedad de Iron Maiden, sino que, aunque sea cierto que Dickinson fue piloto de aerolínea durante diez años, el avión para la banda lo alquilaban.

Sobre su actuación en Sarajevo quiso señalar que ellos solo estuvieron allí cinco días, pero los héroes son los que tuvieron que sufrir aquello y salir de aquel horror, “fue algo que no se veía desde la Edad Media, el sitio más largo desde Stalingrado en la II Guerra Mundial, y hace muy pocos años”.

Tras señalar que “quizá si algunos miembros del clero se dedicaran a la masturbación en público no harían cosas peores”, cerrando la broma que Buenafuente había iniciado con la frase del libro en la que se apunta que “la masturbación y las bibliotecas salvaron mi alma del proselitismo intolerable”, tocaba hablar de Iron Maiden. Primero para señalar que nunca han escrito canciones de amor porque eso es aburrido y recordar la última gira en la que se trataban en tres actos la guerra, la religión y el infierno, “si vas a hacer una fiesta, ¿dónde mejor que en el infierno? Todo lo divertido va a ser ahí abajo”, y más tarde para apuntar que “no veo ningún motivo por el que debamos retirarnos nunca. Como capitán de aerolínea he aprendido que nadie muere en el avión. Nadie está muerto hasta que alguien legalmente diga que lo está y cuando lo haga le dirán que es el responsable, que él lo mató. Pasa lo mismo con las bandas de rock, nunca moriremos, aunque realmente estén muertas, nunca habremos muerto”.

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