BLOODFEST

25 septiembre, 2013 8:28 pm Publicado por  3 Comentarios

Estuve el pasado sábado en la sala madrileña Painting The Monkey en la presentación de este extremo festival que tendrá lugar los días 18 y 19 de Octubre en la capital. Caña hasta la extenuación con sonidos que en los ochentas abrieron caminos insospechados a la historia del rock tras las huellas de aquella hornada de thrashers encabezadas por Metallica. Noche grande para demostrar que el estilo sigue contando con legiones de seguidores y grupazos en todas las dimensiones que el género parió a puro grito y provocación. Salduie de Zaragoza, Khirium de Granada, A Blackened Sight y los cabecera de cartel Fostioner -los dos últimos del Foro- nos hicieron pasar una excelente noche con el mejor metal. El cantante de Fostioner es Luis García-Pelayo, de la saga de la conocidísima familia, en los últimos tiempos por los caminos del póker y los casinos principalmente. Tanto su padre Javier como su tío Gonzalo forman parte de la historia grande  de nuestro rock desde los tiempos de aquel sello pionero, Gong, donde tantos grupos debutaron con Triana como gran estandarte. Cine, radio, TV, arte, cultura ha sido la clave de una familia llena de talento artístico y creativo. Dejo mi opinión para otro momento y reproducimos el brillante texto que Gonzalo García-Pelayo escribió sobre la banda y sus raíces más allá de las poses y contundencia sonora del movimiento.

Mariskal

Fostioner en la presentación del Bloodfest. Foto: Marta GPaniego

Se llaman Fostioner (http://www.myspace.com/fostionerband) y los fui a ver ayer por la noche, actuación en el barrio madrileño de Malasaña.
Su show me pareció una recreación intensísima de un posible mundo en el
desorden, en el caos. Me pareció muy interesante la elevada aspiración
artística que en todo momento el grupo transmitía. Creía que iba a ver a un grupo heavy punk y me tuve que adecuar desde la primera canción que aquello tenía otras ambiciones artísticas y que tenía que recurrir a otro catálogo de señales estéticas. Enseguida se ve que la línea principal es la expresionista, llevando hasta el límite la voluntad de transmitir las ideas y las emociones. Hay pintura expresionista (Munch, http://images.search.conduit.com/ImagePreview/?q=munch&ctid=CT2269050&SearchSource=15&FollowOn=true&PageSource=Results&SSPV=EB_SSPV&start=0&pos=5), cine expresionista (Lang o el cine negro americano), arquitectura expresionista (La Torre Einstein, de Erich Mendelsohn, http://images.search.conduit.com/ImagePreview/?q=La%20Torre%20Einstein%2C%20de%20Erich%20Mendelsohn&ctid=CT2269050&searchsource=15&SSPV=EB_SSPV&start=0&pos=11) y música expresionista (Schönberg, los Doors o Fostioner).
Al grupo de Luis le encaja perfectamente algunas definiciones del expresionismo que encuentro en las enciclopedias de internet: tensión expresiva, a menudo teñida de pesimismo. La Música a menudo es atonal o producto de la distorsión, la polifonía (simultaneidad de líneas melódicas) es con frecuencia densa, y la melodía, prácticamente irreconocible. Distorsión de las formas para suscitar la emoción.
Subordinación del realismo de las expresiones simbólicas y estilísticas, frente a la experiencia interior. Búsqueda implícita de la novedad, la originalidad y el visionismo.
Todas estas definiciones le encajan a la perfección, especialmente “distorsión de las formas para suscitar la emoción”. A esa propuesta estética me tuve que acomodar desde la mitad de la primera canción porque estaba claro que asistía a algo nuevo que no podía clasificar con ideas preconcebidas.
Por otra parte pensaba que el grupo probablemente era ajeno a estas ideas e influencias y le daba a su representación un carácter de espontaneidad e intuición que son muchas veces elementos básicos en la comunicación artística.
Luis, más que cantar, chilla y eso lógicamente me llevó a la idea de “El grito”, cuadro que pude ver en Oslo y que es lo más representativo de Munch. También pensé que la única referencia en el rock era el cantante negro de los años 50 Screamin’ Jay Hawkins, que lleva la idea del grito en su propio nombre.
Como concepto parece que Fostioner hereda ideas del punk pero musicalmente son más estilizados y sólo puedo encontrar algún referente en el hard bob, estilo dentro del jazz moderno que definieron antes que nadie la idea de una música dura, poco accesible para el gran público y con abundantes referencias a esencias tribales.
Me pareció que era la primera vez en que veía un grupo de rock en el que todos, incluso el cantante, acompañaban a la batería. Algo así empezaba a pasar con Art Blakey y los Jazz Messengers (http://es.wikipedia.org/wiki/Art_Blakey) pero el grupo de Luis lleva esta idea hasta su extremo. Incansable y tenaz baterista, el músico es la columna vertebral de un grupo abocado al ruido, a la distorsión (aquí colaboran espléndidamente el guitarra y el bajista), y al grito (territorio de Luis).
Es curioso que son varios ingenieros informáticos que se les supone expertos en ordenar y hacer accesibles los conocimientos y datos que nos interesan a todos pero que cuando se expresan artísticamente se decantan por alegorías (que no algoritmos) del desorden y del caos.
Sólo un pero. Esta potente propuesta estética no se extiende a su relación verbal con el público que es convencional, clásica. Creo que un grupo así no debe agradecer nunca nada a su público, casi no debe hablarle (como hacían Miles Davis o Dylan) o hacerlo con jeroglíficos (como lo hacían Dalí o Arrabal). Pero es que aquí aparecen los ingenieros informáticos que son el Dr. Jeckyll del Mister Hyde musical. Quizás así estén expresando su doble personalidad que puede ser preferible para la vida diaria.
Hay varios videos en Youtube como este “Cucarachas enojadas” (tremendo
título), http://www.youtube.com/watch?v=B1BELdp61R8&feature=related, que dan una corta idea de lo que el grupo es en vivo, ya que el sonido, fundamental en este tipo de música, es deficiente sobre todo por la dificultad de grabar bien la batería (el instrumento más difícil de retratar) y una imagen siempre en plano general (el expresionismo inventa el primer plano) poco adecuado al estilo de Fostioner.
Gonzalo García-Pelayo

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