Crónica del Graspop Metal Meeting 2016: Iron Maiden, Black Sabbath, Volbeat, King Diamond...

22 junio, 2016 3:31 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Vigésimo primera edición de este festival que desde hace ya años se ha colocado en la cima de los Open-Air europeos. Con carteles siempre atractivos y muy variados, cinco escenarios y una buena oferta de servicios, que no económica, me emplacé en las praderas cercanas a la población de Dessel (Bélgica) para disfrutar de un festival en el que la lluvia, el barro y el rock 'n' roll tuvieron su especial protagonismo.

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Viernes 17

Inicio el día en uno de los dos escenarios principales, en concreto en el Main Stage 2. En él, Firewind dieron un concierto muy potente y con entrega total, sobre todo de un Gus G totalmente motivado en el que se mostró especialmente dilapidador en temas como “Into The Fire”, “Head Up High" o el solo que se dio entre "World On Fire" y "The Fire and the Fury", en el cual mostró esa capacidad que convenció a Ozzy (o más bien Sharon). Banda bien sincronizada que supo iniciar el día en un festival que iba a dar mucho de sí.

Monster Truck actuaron en el escenario principal, Main Stage 1, y demostraron tener validez y exponencial calidad para merecer ese puesto. Con su cantante y bajista Jon Harvey dirigiendo a un caballo desbocado como es el guitarra Jeremy Widerman y a los motivadores Steve Kieli a las baquetas y Brandon Bliss a los teclados, Monster Truck demostraron que su show gana en enteros en los espacios más grandes, lugar dónde sus evoluciones y consistencia musical se reverberan, potenciándose en mayor medida (me refiero a lo que vi en la carpa del Rockklassiker Stage del SRF, que no fue poco…). Carreras interminables por parte de Widerman, una voz sólida y, sin ser nada excepcional, muy bien adaptada; unos teclados participativos pero sin exageraciones, y una batería potenciadora hicieron las delicias de quienes pudimos disfrutar de apasionantes temas en el que el rock n roll, el power blues y el southern se fusionan perfectamente. Para muestra, “Don’t Tell Me How To Live”, “Old Train”, “New Soul” y especialmente “The Lion”. Absolutamente convincentes y rozando la excelencia, obtendrían la excelencia si aprovechasen las evoluciones de Jeremy con unos solos evolutivos.

Con una sonrisa de satisfacción en mi semblante por lo vivido frente al Main Stage 1, me dirigí para poder ver las evoluciones de una banda, Monuments, cuyo nombre me propuso más que su música. Lo cierto es que les desconocía, así como su propuesta, que no me llenó. Temas de ámbito progresivo en el que se fusiona el metal con rasgos actuales en el pequeño Jupiter Stage. Destacaron “Degenerate”, “Atlas” o “I, Creator”, lo mejor de un show en el que su nuevo vocalista, Chris Barretto, acabó surfeando entre el público.

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Sixx:A.M.

No tuve que caminar demasiado para disfrutar de la siguiente propuesta ya que Grand Magus iba a actuar en la adyacente carpa del Metal Dome. Allí, el trío sueco concentró su energía en un motivador y explosivo concierto en el que la participación del público fue uno de los grandes baluartes de enervantes himnos como “Sword Of The Ocean”, “Triumph And Power”, “Iron Will” o la final “Hammer Of The North”, que nos hizo corear aún con la banda ya fuera del escenario. El trono que al parecer van a dejar Manowar empieza a tener serios pretendientes... y desde Estocolmo se presiona para la sucesión.

De regreso al Main Stage 1, Nikki Sixx, DJ Ashba, James Michael y Dustin Steinke; es decir, Sixx:A.M., sacudieron más al escenario que a un frontspace mucho más expectante que lo que pude comprobar y disfrutar en el Sweden Rock. La energía de la banda y los temas más destacados de su discografía -‘The Heroin Diaries Soundtrack’ (2007), ‘This Is Gonna Hurt’ (2011), ‘Modern Vintage’ (2014) y este nuevo y suculento ‘Prayer’s For The Damned’ (2016)- como “When We Are Gods”, “Prayers For The Damned” o “Life Is Beautiful”, plantearon la entrega total de una banda muy motivada con un muy buen sonido. Pese a sus ganas, no fue suficiente para convencer a la mayoría de los asistentes, aunque sí a los que, quizá, no esperábamos muestras de Mötley Crüe o Guns 'N' Roses sobre el escenario. Buen concierto mal correspondido. Por cierto, jugosa la entrevista que pude tener en exclusiva con Sixx, Ashba y Michael. No os la perdáis...

Con una nueva obra conceptual (‘Nocturnes Of Hellfire&Damnation’ (2015)) que explotar en sus directos, Virgin Steele clavaron pocas obras de este disco en la carpa. Para compensar, la capacidad de “Inmortal I Stand”, “In Triumph Or Tragedy” o “Noble Savage" pusieron algo de calor a un concierto que estuvo sobrepotenciado, sobre todo en unos agudos de De Feis que llegaban a rasgar los oídos por el volumen atronador de un equipo que no. Lástima.

El AOR y el hard melódico de Foreigner propusieron un buen show, en el que el cantante Kelly Hansen contó con una voz mucho más castigada que en el Sweden. Sin embargo, su energía y entrega en ningún momento se vio mermada, ni aún con una lluvia que parecía querer recrear su reciente actuación en Sölvesborg. “Double Vision”, “Head Games”, “Cold As Ice”, “Dirty White Boy”, “Urgent”, “I Want  To Know What Love Is”, “Hot Blooded” y “Feels Like A First Time”, en el que la lluvia hizo acto de presencia hasta el final del show, conformaron un setlist en el que toda la banda se dejó la piel, especialmente Hansen y Jeff Pilson. Al menos en esta ocasión los solos no se alargaron como en el Sweden Rock.

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Megadeth

En el escenario principal paralelo iba a actuar una de las bandas que en directo descubrí en el 2012 en este mismo festival, Disturbed, por lo que tenía bastantes ganas de reencontrarme con ellos. Dinámicos, potentes y convincentes, exprimieron su heavy metal de corte moderno con “Ten Thousand Fists”, “Inside The Fire”, “Down With The Sickness” y en la emotiva versión del clásico de Simon and Garfunkel “The Sound Of Silence”, en la que una chelista y una violinista acompañaron la parte vocal de David Draiman para hacer que el feeling subiera hasta erizar la piel. Otra versión, en este caso la mítica “Shout At The Devil“ de Mötley Crüe, interpretada con Nikki Sixx y DJ Ashba como invitados sobre las tablas, fueron de lo más destacado en el concierto de los de Chicago.

Con Megadeth la cosa en poco cambió con respecto a lo que la banda de Mustaine ofreció en su setlist y en lo visto la semana anterior en el Sweden Rock. Eso sí, Mustaine estuvo algo más expeditivo. El resto igual de explícito y dinámico, con Dave susurrando a un micro que contó con un sonido elevado que dio forma a una voz siempre bien acompañada por la de un dinámico Ellefson y la de un muy bien adaptado Kiko Loureiro. Del set destaco "Tornado Of Souls", un desenfrenado "Symphony Of Destruction", un muy valorado "Dystopia" y los siempre efectivos "Peace Shells" y "Holy Wars". El diablo sabe más...

De nuevo vuelvo a visitar la carpa del Metal Dome, está vez con una propuesta mucho más relajada que con Grand Magus o con Virgin Steele; de hecho, no tiene nada que ver. En esta ocasión fue Zakk Wylde, quién iba a proponer un concierto lleno de temas a medio tempo, en los que las melodías y los grandes solos iban a mecer una actuación repleta de feeling y sensaciones acompasadas. Zakk mostró toda una enciclopedia de melancolía que se condensa en esos dos libros que desde las sombras nos aportaron "Sold My Soul", "Tears Of December", "Roads Back Home", "Yesterday's Tears" y "Sleeping Dogs" como los capítulos más subrayados. A destacar también la buena contribución que a la guitarra y los teclados aportó un más que efectivo Darío Lorina, sin desmerecer la base de John de Servio y Jeff Fab.

Y tras las buenas sensaciones que el concierto de Zakk Wylde me había dejado, me dirigí a toda pastilla al frente del Main Stage 2 para disfrutar la despedida de una de mis bandas de culto: Black Sabbath. Ya frente al escenario del Main Stage 1, la sensación de controversia me inundaba; mis sentimientos por querer disfrutar otra vez de Black Sabbath se fundían con la sensación de que, quizá, nunca más vuelva a disfrutar de sus conciertos. Eso me rompía. Sólo deseaba que el concierto contase con un Ozzy en el que su voz no hiciera aguas y que su set no me defraudase… ¡Y por suerte, así fue! Para nada fue el mejor concierto que he visto de los de Birmingham, pero fue una digna despedida en la que pude revivir en cada uno de los temas esos recuerdos del pasado que sin duda forman parte de mi personal banda sonora. Un apocalíptico video plantado en las pantallas en el que el demonio extermina el planeta azul y unas campanadas, esta vez sin carga eléctrica, dieron paso a ese inmenso y evolutivo “Black Sabbath” que nos hizo enloquecer. Aunque a su final, como en un entierro, se hizo un silencio que Ozzy  se encargó de romper con un “Hey… ¿hay alguien ahí?”. La voz de Ozzy estaba en buena forma, que no en su mejor momento de los últimos tiempos, pero ¿aguantaría? La respuesta fue sí. “Fairies Wear Boots” fue el siguiente tema que hizo que mi garganta se resecara. La banda, históricamente nunca expeditiva en movimientos, tenía a un Ozzy a medio gas en ese sentido a su hilo conductor, un hilo al que puso un anzuelo para atraernos hacia ese denso y conmovedor “After Forever”, que hizo que siguiéramos entonando a la máxima potencia. Esa potencia bajó en “Into The Void”, un tema con el que Black Sabbath quiso darnos un breve respiro para volver a subirnos hasta el olimpo de los dioses con “Snow Blind”, que Ozzy presentó como un tema que le recuerda a lo estúpido que era cuando era joven.

La banda se veía cómoda. Gezzer se aplicaba como siempre a las cuatro cuerdas, mientras un sonriente Iommy punteaba y se marcaba solos de forma comedida pero muy efectiva. Uno de los trabajos que pudieron notarse, aunque en contadas ocasiones, fueron los teclados de Erik Wakeman. ¿Y qué decir de Tommy Cufletos? ¡Excepcional! Sin duda el baluarte que enerva y energiza cada uno de los temas que Black Sabbath desentierra en cada concierto. Precisamente en “War Pigs” Tony desplegó su todo su gran potencial, al igual que las imágenes de destrucción nuclear que se emitían para recrear el himno que Cufletos amenazó con reventar a baquetazos en su sólida batería. “War Pigs” me dejó la garganta al rojo vivo, pero aguanté; no quería ir en busca de una cerveza para refrescar mi laringe para no omitir nada de este show. “Behind The Wall Of Sleep” se envolvió con un solo de Gezzer, otro muy breve de Iommy y otro de Cufletos.

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King Diamond

Entre ellos, se enrocaron “Hands Of Doom” y “RatSalad”, que a su vez se solidificaron en un especialmente seguido “IronMan”. Todo estaba bien, aunque la comunicación entre público y banda era algo fría, quizá era porque Ozzy se movía poco del centro del escenario y cuando lo hacía, regresaba rápidamente a su púlpito. Me sorprendió que Black Sabbath incorporen temas como “Dirty Woman” y no lo hagan de alguno de los de su nuevo EP ‘The End’ o clásicos del tamaño de “Sabbath Bloody Sabbath” o “Electric Funeral”, pero me encantó que lo tocasen. El final estaba ya cerca, el tiempo había caído como una piedra en el agua y un monumental “Children Of The Grave” nos embistió a toda máquina.

Tras él, la banda abandonó el escenario, y el público en sepulcral silencio quedó expectante hasta que Ozzy tuvo que incitar con un One More Song, One More Song… que derivó en la locura de  “Paranoid”. Tras el himno la lápida se cerró y, para mí, se cierran los directos de una de las bandas más influyentes en la historia del rock n roll. ¡Rest In Peace Black Sabbath!

Para acabar el día nos encontramos frente al Main 2 para darnos otro buen atracón de King Diamond y su 'Abigail' show. Un show que disfruté más que en el Sweden, con menos frío, mejor sonido, mejor conformación luminotécnica y menos concentración de humo. Todo ello hizo que las tres partes en las que se divide el show fueran capaz de conseguir que viviéramos tanto la teatralidad, como la calidad de lo expuesto. Si nos referimos al nivel de la banda, esta se presentó sin fallos, con un King que volvió a mostrar esa espectacularidad vocal en “Halloween”, “Melissa”, “The Family Ghost” y “Abigail". Buen fin de fiesta, aunque sea sin volver a escuchar en el set de mi adorado “Into The Coven”.

Sábado 18

La previsión del tiempo era mucho mejor que la del día anterior, pero esta vez los pronósticos se equivocaron y la lluvia nos visitó de manera muy regular en un día casi tan intenso en sensaciones como el anterior, sobre todo en su tramo final.

Inicio el día con una grata sorpresa. En el Main 1 actuaba una banda belga, quinteto liderado por la gran Peggy Meeussen. Se hacen llamar Bliksem y crean una música de ámbito variado en el que la melodía y potencia vocal se mezclan para dar rienda suelta a un thrash diverso y comunicativo. Buena propuesta para una exitosa banda nacional que puede/debe traspasar fronteras.

Tras las potentes descargas de thrash que ayudaron a poner los huesos en su sitio, me llegaba el turno de disfrutar al completo de la puesta en escena de Halestorm, de quienes en el Sweden tan solo pude disfrutar de la parte final de un show que me dejó con muy buenas sensaciones, al igual que en este caso. Aunque la voz de Lzzy Hale no era tan nítida y tiró más de graves que de agudos para desenvolver el show, su protagonismo se manifestó en cortes como “Love Bites”, “Scream”, “Mayhem” o su hit “I Miss The Misery”. Para repetir y pronto…

Ya son todo un clásico en el Graspop y siempre cuentan con el mismo éxito de público. Con su habitual entrega, Killswitch Engage engancharon a un frontspace que claudicó ante sus derrapes de metal moderno, un ámbito que ya no sólo disfrutan las nuevas generaciones. Destacada la actuación de su cantante Jesse Leach en “Alone I Stand”, “Rose Of Sharin” y “My Curse”. Lo cierto es que esperaba que descargasen alguna de esas versiones tan espectaculares que incluyen en su discografía (“HolyDiver” o “The Eye Of The Tiger”), pero nada…

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Ghost

Pueden o no convencer en sus discos. Sus cambios de alternativas hacen que sus fans queden descolocados por ellos, pero que Paradise Lost en directo es para no perdérselo es, más que un hecho, una realidad. La banda sabe conformar esos cambios de estilos para recrear un show del que disfrutar desde principio hasta el final. Como motor principal de la banda, una voz llena de inflexiones y matices que brillaron de forma especial en “Dead Emotion”, “Return To The Sun”, “Pity The Sadness” y “Beneath Broken Fields”. Paradise Lost convenció a una carpa a rebosar de un público que acabó pidiendo más durante un buen rato.

Tras las ambientaciones de Paradise Lost tocaba fliparlo con la energía de unos Testament que hacía tiempo que no les veía tan en forma. Además, se presentaron con un set totalmente demoledor e incendiario. Chuck Billy vuelve a tener una voz de lujo y la banda, capitaneada por un expeditivo Skolnick a la guitarras y con Gene Hoglan manejando el doble bombo a la perfección, clavó “Over The Wall”, “Rise Up”, “Into The Pit” o “The Formation Of Damnation”. Estuvieron geniales no… ¡Brutales!

En los festivales siempre te encuentras con gratas sorpresas que te alegran el día. En este caso fueron los suecos Kadavar quienes consiguieron no sólo sorprenderme, si no elevar aún más mi adrenalina. ¡Y venía de ver dos conciertazos como los de Paradise Lost y Testament! Temas como “Lord Of The Sky”, “Black Sun” o “Broken Wings” fueron una catapulta hacia la esencia de los ‘70s, actualizados por un power trío que se dejó la piel y el corazón en otro de esos conciertos que quieres repetir muy pronto. ¡De auténtico lujo!

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Nightwish

Tras las sensaciones setenteras recibidas a flor de piel que Kadavar habían sabido transmitirme, me planté ante el MainStage 2 para disfrutar de una música más actual: la que ofrecieron unos endurecidos Bullet For My Valentine con una energía que se transportó de la banda al público con un efecto muelle, en gran parte gracias a lo aportado por un incipiente Matt Tuck dando buenas participaciones vocales en “No Way Out”, “You Want A Battle?”, “Scream Aim Fire” y Tears Don’t Fall”. Fogonazos que casi llegaban al techo del escenario protagonizaron otro buen concierto de los galeses que con su nuevo larga duración, ‘Venom’ vuelven a incidir en un éxito que no deja de sonreírles.

Con unos nuevos buenos amigos y grandes fans de Ghost viví el concierto del quinteto sueco. Una formación que la verdad nunca me ha entusiasmado, ni en disco ni en directo, pero que embelesan a unos fans tan acérrimos que no dudan en darlo todo en sus evoluciones sobre unas tablas que recogieron como temas más destacados “Ritual”, “Cirice”, “He Is”, “Mummy Dust” y “Monstrance Clock”. Tampoco me convencieron, pero sus fans los disfrutaron a tope.

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Volbeat

Y ahora sí, la adrenalina volvió a recorrerme como corresponde a unos monstruos del escenario: Slayer. Demoledores como en el Sweden, Slayer sólo actuaron durante una hora y cuarto, pero qué hora y cuarto… “Repentless”, “Disciple”, “Postmortem”, “HateWorldwide”, “WarEnsemble”, “YouAgainstYou”, “Mandatory Suicide”, “FightTillDeath”, “Dead Skin Mask”, “Born Of Fire”, “Seasons In TheAbyss”, “South Of Heaven”, “RainingBlood”, “Black Magic” y un “Angel Of Death” decorado por el cartel en el que se recordaba al desaparecido Hanneman descargaron una energía bestial. Los salvajes headbanging, los circle pits y el crowdsurfing no pararon en todo el concierto. La guitarra de Kerry King sonó más débil que de costumbre, pero se presentó igual de efectiva que los sonidos ofrecidos por Araya, Holdt y Bostaph. ¡Infernales!

El concierto que más se esperaba sin duda era el de unos Nightwish que actuaron bajo una fina lluvia, la cual refrescó el ambiente pero no los ánimos. Con una excelsa Floor Jansen y el poder de admiración que siguen procesando Tuomas Holopainen y Marco Hietala, las largas transiciones, efectos y llamaradas se presentaron en “Storytime”, “Élan”, “Weak Fantasy”, “Ever Dream”, “Nemo” o “Last Ride Of The History”. Nightwish estuvieron espléndidos y portentosos.

La noche la finalizé con unos Volbeat que siguen siendo muy grandes en Europa, pero que en nuestro país no acaban de despegar del todo. Con su mezcla de rockabilly metalizado, en gran parte gracias a un Robb Caggiano que cada vez le da más duro a las seis cuerdas, Michael Poulsen se desgañitó en los consolidados y muy celebrados “Guitar Gangsters & Cadillac Blood”, la clásica versión del “Ring Of Fire” de su adorado Johnny Cash, “Lola Montez”, “For Evigt”, “16 Dollars” o “Doc Holiday”. Los encores “Still Counting”, “Radio Girl”, “Seal The Deal” y “The Mirror And The Ripper” sirvieron como banda sonora a mi retorno al embarrado camino que dirigía a la zona de acampada.

Domingo 19

El día preveía lluvia, pero al contrario y por suerte, el sol no tardó en calentar ésta última jornada de actuaciones. Un día que iba a tener a la doncella de hierro y a Twisted Sister como máximos baluartes, aunque no los únicos…

Inicio el día con el primero de los conciertos anunciados. En este caso una banda que desconocía en directo pero cuya propuesta me entusiasmó mucho más que lo han hecho sus temas en estudio. The Raven Age es una de esas bandas que sobre las tablas cumplen con el objetivo de saber meterse al público en el bolsillo. “Uprising”, “The Merciful One” y “Angel In Disgrace” obtuvieron la aprobación del aún no muy numeroso público que se presentó ante el Main Stage 1.

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Overkill

Los siguientes en disfrutar, en este caso en el escenario paralelo, Main 2, fueron los holandeses Delain, que contaron con una enfática Charlotte Wessels (voz) como apuntilladora en un concierto que contó con “Army Of Dolls, “Here Come The Vultures”, “Don’t Let Go” y “Pristine”. Pese a estos puntos altos, el set se presentó irregular. Diez años después Delain vuelven al Graspop, pero no convencen... al menos a mí.

Ya con el sol amenazando con deshidratarnos, asistimos al concierto hardcore punk de Sick Of It All quienes sustituían al metalcore de Architects. ¿Yqué queréis que os diga? El cambio fue a mejor. Los hermanos Peter y Lou Koller capitanean una banda (con más de 30 años de experiencia) que lo dio todo frente a circle pits, headbangings, crowdsurfings e incluso en un espectacular wall of death. Un selecto setlist conformó una recopilación de lo que ha sido la banda sonora de la vida del cuarteto de New York, del que destacaron como armas principales “Injustice System”, “Machete”, “Uprising Nation”, “Scratch The Surface”, “DNC”, la coreadísima “World Full Of Hate” y “Goatless”. Gran cambio.

La caída de Architects del cartel había hecho que los time tables no sirvieran de mucho, ya que se habían variado los tiempos de algunas actuaciones y los escenarios de ellas. Eso despistó a más de uno que se perdió algún concierto por no haberse enterado a tiempo de estos cambios o por la coincidencia en horarios de otras bandas. De todas formas, las formaciones más destacadas contaron con la fidelidad de unos fans que arroparon masivamente sus shows, caso de unos rompedores Overkill que en esta ocasión sí tuvieron en Bobby ‘The Blitz’ Blotzen al frontman que siempre he admirado (la última vez que les vi, en el mexicano Hell & Heaven Fest Bobby estuvo mucho menos exponencial de lo que es habitual en él). Con una voz portentosa y una banda liderada por un siempre convincente DD Verni al bajo, Overkill apoyaron con su thrash old school que, tras su actuación, las barras tuvieran uno de los mejores momentos del festival. La potencia de “Rotten To The Core”, “Electric Rattlesnake”, “Hammerhead”, “Iron Bound”, “Feel The Fire” o esa versión del “Fuck You” que desilusionantemente no precedió a su inefable cover del “Overkill” que todos esperábamos, nos dejaron sin aliento.

Tras un parón para reponer fuerzas y rehidratarme en el que me perdí a Shinedown, que en el Sweden no me atrajeron, me reservé para darlo todo ante unos Saxon que nunca fallan. Gustarán más o menos, pero Saxon es de esas bandas que demuestran profesionalidad y valentía. Saxon no quiere vivir eternamente de sus clásicos y siguen ofreciéndonos directos convincentes y sumando himnos en cada una de sus nuevas entregas discográficas. Biff Byford volvió a demostrar una gran forma vocal frente a una banda que, a pesar del calor, se dejó alma y espíritu sobre un escenario en el que el águila volvió a deslumbrar frente un set plagado de clásicos como “Motorcycle Man”, “Power And The Glory”, “Wheels Of Steele”, “Crusader”, “And The bands Played On”, “Denim And Leather” y el incontestable cruje gargantas “Princess Of The Night”. Semper Fidelis!

Tras el gran reencuentro con Saxon, una desilusión y de gran tamaño. Sobre el MainStage 1 actuaban los sobrevalorados Tremonti, con el retorno a las filas de la banda del guitarra/cantante Mark Tremonti de Wolfgang Van Halen a las líneas de bajo. Lo cierto es que Tremonti contaron con poco público y el que estuvo poco juego aportó a un set en el que destacaron algunos efectos en los solos de guitarra en “Cauterize o “Betray Me” y poco más…

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Anthrax

Otros de los que entiendo su éxito, pero no lo comparto, son Powerwolf. Con un cantante de voz limitada, unos temas fáciles que se han convertido en himnos de masas y una puesta en escena, eso sí, entregada, supusieron de lo más festivo para muchos de los que masivamente se apostaron frente al MainStage 1. Me pregunto a cuántos se les escapa que la banda no cuenta con bajista… Sea como sea, “Bleeseed And Possessed”, “Coleus Sanctus”, “Werewolves Of Armenia” o “Lupus Dei” se celebraron como si para algunos el mañana no fuera a existir.

Y para resarcirme de mi apatía ante de la actuación de Powerwolf, e igual que pasó con la más que decepcionante actuación con la que King Kobra nos abofeteó en el Sweden, Anthrax sirvió como relajante bálsamo sobre las heridas. Tras la recuperación de Belladona al frente de la banda (2010) y con un siempre motivador Scott Ian capitaneando el acorazado del thrash, en el MainStage 2 disfrutamos de poderosos momentos para que el desenfreno se mostrase en toda su amplitud, con temas expeditivos en la historia del thrash como “GotThe Time”, “Caught In A Mosh”, “Antisocial” e “Indians”, que se mezclaron entre temas más novedosos como “You Gotta Believe” y “Evil Twin” (‘For All Kings’) y “Fight ‘Em ‘Til You Can’t” (‘Worship Music’). El thrash no vuelve a estar de moda... es que nunca ha dejado de estarlo.

Sin moverme del frontspace que dividía los dos escenarios gemelos (Main Stages), disfruté de la propuesta que Matt Heafy marcó en otra inflexión antes del plato fuerte del día, con unos Trivium que en escena siguen teniendo el suficiente empuje como para seguir embelesando, aunque de manera muy distinta de cómo les recordaba desde mi último encuentro ante el cuarteto de Orlando. Su concierto fue muy celebrado por unos seguidores que nos lo pasamos a lo grande coreando temas como “Rain”, “The Deceiver”, “Until The World Goes Cold”, “In Waves” o el para mi mejor del set, “Pull Harder On The Strings Of Your Martyr”. Crowdsurfings sin final afirmaban la marea de sensaciones que Trivium expresaron en temas largos y mimados por la combinación de voces que Heafy conformó de manera magistral.

Ni el propio Bruce Dickinson podía recordar las veces que ha pasado por los escenarios del Graspop, y es que el festival belga siempre ha sido uno de los que Iron Maiden visita casi obligatoriamente en sus giras. El concierto de los Maiden, presentación de 'The Book Of Souls', disparó las disparidades en la aceptación del setlist y del show, aunque personalmente me pareció muy bueno.

Tras la mítica intro con el “Doctor Doctor” de los UFO, que me recordó a lo vivido apenas una semana antes en el SRF con la voz de Robin McAuley junto a Michael Schenker, una película animada en la que el avión de los Maiden es rescatado por Eddie de entre los arboles de una frondosa selva caldeó el ambiente. Tras la finalización de vídeo, Steve, Dave, Nicko, Janick, Adrian y un Bruce enfundado en el papel de chamán saltan a escena con un apasionado “If Eternity Should Fall” en el que cada uno de los seis miembros de la formación dejaron claro su papel. El tema motivó más por ser el primero del set que por su contenido, aunque Bruce intentó levantar el ánimo dejando ir ya el primer Scream For Me Graspop!, que levantó el ánimo más que el siguiente en turno: “Speed Of Light”, celebrado más por el apasionamiento de la banda que por lo que significó el tema en sí. Tras una larga presentación por parte de Bruce, el clásico “Children Of The Damned” sí aportó ese envite que se esperaba por parte de la mayoría de un frontspace totalmente abarrotado. Bruce estaba especialmente simpático y parlanchín. De hecho, no recuerdo haberle visto en este estado en ninguna de las siete veces que había podido disfrutar de los Maiden en directo. Otro tema de ‘The Book Of Souls’, “Tears of a Clown” (dedicado a la memoria de Robbie Williams) se soldó con un breve solo de Harris que sirvió como intro a “The Red And The Black”, interpretación en la que un siempre espídico  Janick Gers se lució en el solo. La parte progresiva del tema dio altos y bajos, aunque todo subió en enteros cuando el cartel de Eddie con la ajada bandera británica decoró el fondo del escenario.

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Iron Maiden

“The Trooper” provocó los primeros circle pits que iban a acompañar a toda la actuación. Tras un fogonazo, Bruce aparece con una máscara de lucha libre mexicana para entonar otro clásico, “Powerslave”. El set, a excepción de “The Trooper”, estaba mostrando la parte más progresiva de la banda. A la efectividad de sus muestras le apoyaba un escenario en el que se representaba una zona azteca. Entre sus elementos más destacados, una piedra del sol colgada del techo a modo de lámpara gigante, diferentes figuras precolombinas rodeadas de pebeteros en llamas, y carteles magníficamente pintados, siempre con Eddie como protagonista. Curiosa la imagen que nos dejó Bruce en “Death Or Glory”, tema en el que el correcaminos mostró a un mono de peluche colgando de su cuello. Tras este corte, y mientras Bruce estaba intentando presentar el siguiente en turno, las pruebas de sonido de Twisted Sister se oyeron claramente, a lo que Bruce esputó un What the Fuck? (sí, todos los que estuvimos el pasado año en el Rock Fest recordamos lo que pasó entre Dee Snider y el pipa de guitarras de Europe). Bruce solicitó respeto y siguió sin dar más importancia con “The Book Of Souls”, encuadrado en un cartel con Eddie mostrando un ensangrentado corazón en su mano. Divertida la lucha que en ese momento Bruce entabló contra un Eddie que, tras la batalla, acabó perdiendo un corazón que Bruce acabó lanzando al público. Una soga con nudo de ahorcar sirvió como espectáculo para un “Hallowed Be Thy Name” espectacular que se soldó a un no menos celebrado “Fear Of The Dark” y un potente “Iron Maiden”, que cerró el concierto antes de los bises.

Tras un pequeño paréntesis apareció la efigie de un macho cabrío que apuntó lo que iba a venir: la máxima de las pasiones en (666) "The Number of the Beast”. Tras él y ya casi sin voz, el charlatán Bruce dedicó el tema a las víctimas de las barbaries y los atentados, nombrando expresamente los de Bataclán, Holanda, Bélgica y genéricamente los ocurridos en todo el mundo. Deseándonos a todos cuatro cosas: Paz, amor, música y un montón de cervezas, el momento emotivo se sirvió con un “Blood Brothers”. El concierto acabaría por cerrarse con otro de los explosivos clásicos que finalizó un gran show al que a algunos no acabó de convencer, pero sí a mí. “Wasted Years” clausuró un show en el que los temas progresivos de la banda tuvieron especial protagonismo, mostrando más la capacidad musical y técnica de la banda que, musicalmente hablando, los himnos fáciles. Como decía, me convencieron más de lo que me esperaba.

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Twisted Sister

Se cerraba esta veintiunava edición del festival con Twisted Sister como protagonista. Pensé que iba a ver algo muy similar a lo que una semana antes había podido disfrutar en el Sweden, como así fue, pero sólo en el setlist. Porque sólo recuerdo dos veces que Twisted me hayan gustado más que en esta ocasión, y ya les he visto dieciocho veces… Dee se dejó de charlas que coartan la efectividad de sus himnos, la banda al completo se entregó casi sin ninguna pausa, y los temas se soldaban los unos a los otros dejando extenuados a tanto a la banda como a nosotros. “What You Don’t Know”, “The Kids Are Back”, “Burn In Hell”, “Like a Knife In The Back”, “Destroyer”, “You Can’t Stop Rock n Roll”, “The Fire Still Burns” o “I Am (I’m Me)” abrieron la metralla de una noche espectacular. Tras “I Wanna Rock”, un jadeante Dee pidió disculpas por lo sucedido al público y a los Maiden durante su prueba de sonido. Acto seguido, hizo mención a lo acaecido en Barcelona, pidiendo que los fans les espetáramos unos sonoros: Asshole, Asshole! (¡Gilipollas, Gilipollas!). Tras ello, la velocidad tuvo que esperar unos minutos, ya que el recuerdo de AJ Pero se presentó de nuevo en “The Price”, tras el que la banda volvió a enloquecer y ensambló los intensísimos momentos que propusieron “I Believe In Rock n Roll”, “Under The Blade”, un “We’re Not Gonna Take It” repetido hasta tres veces en su estribillo y un más que enfático “It’ s Only Rock 'n' Roll (But I Like It). Tras este tema, desaparecieron del escenario para volver con un solo bis, “S.M.F.”. Conciertazo que cerró de la manera más brillante un festival marcado por el barro y los buenos conciertos.

Tendréis más en la crónica de mi compañero Víctor en las páginas del próximo número de La Heavy.

Texto: Josep Fleitas
Foto: Irene Serrano

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