Crónica del Be Prog! My Friend 2017: Ecléctica calidad

3 julio, 2017 6:32 pm Publicado por  3 Comentarios

Plaza del Poble Espanyol, Barcelona

Un año más nos acercábamos a la montaña de Montjuïc para saborear el que es uno de los festivales con más identidad del panorama nacional. La música y su ubicación se tornan elementos indispensables para entender la magia del Be Prog! My Friend, un evento que ha sabido llenar un hueco musical más típico de tierras lejanas y, además, huérfano en el estado hasta su aparición.

El Be Prog!, lejos de quedarse dormido en los laureles, ha sabido ir evolucionando para satisfacer las necesidades de todos sus asistentes: los dos días de festival se consolidarían ahora como jornadas con la misma importancia y con sus propios cabezas de cartel y, además, se mejoró enormemente una entrada al recinto que había causado algún que otro problema en la edición anterior. Lo demás estaba prácticamente servido desde un inicio, ya que es una verdadera preciosidad entrar en esa emblemática plaza del Poble Espanyol mientras uno empieza a saborear las delicadas composiciones de propuestas musicales a la altura de las circunstancias. Y es que, si por algo se ha caracterizado este festival en sus cuatro ediciones, es por saber combinar en un mismo cartel tanto los clásicos del género como la vanguardia más absoluta del progresivo. Que la organización apueste por las actuaciones de bandas como Marillion y Ulver en un mismo día merece el más absoluto de los respetos y la necesidad de reivindicar la amplitud de miras a la hora de confeccionar el cartel de un festival.

Coincidir en un mismo fin de semana con un mastodonte como el Rock Fest BCN puede parecer un suicidio instantáneo pero, nada más lejos de la realidad, ya que el festival presentó un aspecto sensacional a lo largo de sus jornadas, constatando su fijación por mercado internacional. Me atrevería a decir que la mitad de la asistencia provenía de países extranjeros, y es que es así como se debe aplicar una propuesta para que tenga futuro a largo plazo. No sería raro encontrarse a lo largo del festival con músicos de las bandas que actuarían en alguna de las dos jornadas o incluso artistas que, aún sin participar en el evento, decidirían pasar su particular fin de semana escuchando buena música en el Poble Espanyol. Allí radica la magia de un festival cuya importancia no se puede dejar de reivindicar. Porque seguimos necesitando propuestas arriesgadas que apuesten por la calidad y el buen gusto.

Viernes 30 de Junio

Empezaríamos el cuarto capítulo del Be Prog! My Friend de la mano de Caligula’s Horse, una banda que se está ganando el respeto de la comunidad progresiva a base de grandes canciones y, por qué no decirlo, a base de conciertos como teloneros de bandas como Opeth o Pain Of Salvation. Casi nada. Pese a sus escasos seis años de vida, son ya tres los lanzamientos de estos australianos, sintiéndose desde las primeras notas de “Marigold”, excelente tema perteneciente a ‘Bloom’, su último disco de estudio que data ya del 2015, que los fanáticos  del progresivo habían subido Montjuïc con ganas. Fueron muchos los que se acercaron al escenario para corear las líneas de canciones como “The City Has No Empathy” o “Dark Hair Down”. Pese a los problemas de Jim Grey con su micrófono, al que no se le dejaría de cortar la señal durante los primeros compases del concierto, demostraron una gran actitud encima del escenario, y su mezcla rock progresivo con toques de shredding se alzó como una grata propuesta para dar inicio a un día tintado de buena música.  El capricho de las nubes daría alguna que otra tregua a un sol radiante que se alzaba con fuerza encima del Poble Espanyol, y fue por eso que pudimos disfrutar algo más cómodos los últimos temas, “Firelight”, “Daughter Of The Mountain” y la explosiva “Rust”, que daría por finalizado un concierto que convenció a la parroquia allí congregada.

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Animals As Leaders

Los siguientes en salir a escena, y que gozarían ya de duración suficiente como para realizar un set completo perfectamente aplicable a cualquier show como cabezas de cartel, fueron Animals As Leaders, la formación liderada por el incombustible Tosin Abasi y por las mil y una notas que son capaces de interpretar en un lapso corto de tiempo. Los diferentes samplers que utilizarían a lo largo de su concurso serían los que prepararían el terreno para composiciones como la inicial “Arithmophobia”, “Ectogenesis” o “Cognitive Contortions”, las tres incluidas en su último y flamante ‘The Madness Of Many’. Qué decir de estos músicos, tres personajes de conservatorio, a veces considerados deportistas pero cuya calidad a sus respectivos instrumentos es verdaderamente innegable. Y es que su estilo, quizás, no es para todo el mundo, y una hora y diez minutos de concierto puede hacerse larga para algunos, pero es ver la complicidad musical entre Abasi, Javier Reyes y el espectacular Matt Garstka a las baquetas y, el sinfín de técnicas que demuestran a lo largo de su espectáculo, que es fácil quedar rendido a sus pies. Recuperaron bastantes temas de ‘The Joy Of Motion’, su fantástico lanzamiento de 2014, y, como no podía ser de otra forma, temas como “Wave Of Babies” o la genial “CAFO” no podían faltar en su repertorio. Seguramente hubieran ganado enteros de noche, con un juego de luces a su altura, pero no por ello dejaron de enamorar a sus cientos de fieles.

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Mike Portnoy Shattered Fortress

Cómo se agradece la media hora entre conciertos, tiempo suficiente para charlar, ir al baño o refrescarse el gaznate. Eso sí, entre una cosa y otra, el tiempo vuela y ya teníamos a Mike Portnoy con su excelente banda de apoyo encima del escenario. El tipo de la barba azul decidió, a modo de celebración por su cincuenta aniversario, rendirse tributo a sí mismo interpretando ‘The Shattered Fortress’ en su integridad, esa suite repartida por los últimos cinco años que grabó con Dream Theater y que relataba su proceso de rehabilitación en consecuencia a sus problemas con el alcohol. Seria en su particular crucero donde presentaría los músicos que le acompañarían en esta nueva gira marcada por la nostalgia: ni más ni menos que Haken más la incorporación de Eric Gillette a las guitarras, ese virtuoso que ya nos deslumbró a todos con The Neal Morse Band y que ejerce como perfecta replica del fornido John Petrucci. La intro a modo de “Regression”, ese speech que abría el laureado ‘Metropolis Part 2: Scenes From A Memory’, nos puso los pelos de punta, y fue con las primeras notas de “Overture 1928” y “Strange Déjà Vu” que recuperamos algunas de esas sensaciones que ya pudimos vivir en la visita de Dream Theater allá por el 2014. Si bien es cierto que tres guitarras pueden parecer demasiadas para lo que la música de los neoyorquinos tiene que ofrecer, y que la batería de Portnoy destacó demasiado en la mezcla final, pudimos ver a una banda que supo rememorar el legado de una formación que marcó un antes y un después en la historia del progresivo.

Tras la interpretación de “The Mirror”, esa canción aparecida en el genial ‘Awake’ y que, para muchos, es la precuela de ‘Shattered Fortress’, Portnoy se acercó al frente del escenario para explayarse en lo emocionante que era para él recuperar esos temas cumbre en su legado musical. Acto seguido inició las primeras notas de “The Glass Prison” y dio por iniciada la travesía musical que nos llevaría por la particular suite de Dream Theater. Seguramente no serán los mejores temas que compusieron los de Nueva York, pero es innegable el cuidado en las transiciones entre canciones como “This Dying Soul”  o una “The Root Of All Evil” cantada por Eric Gillette que representa a la perfección la vertiente más dura de los estadounidenses. Tras “Repentance”, cantada por el propio Portnoy, “The Shattered Fortress” puso punto y final a un set principal a la altura de las circunstancias. Pero ojo, que venían curvas, y es que fue volver al escenario para atacrnos, de forma seguida, con las veneradas “The Dance Of Eternity” y “Finally Free”, dos temas cumbre en historia del progresivo moderno y una demostración del porqué Portnoy fue tan importante para su banda madre. Y es que es ver la energía con la que interpreta sus fills que uno se da cuenta de por qué Mike Mangini peca de conservador y comedido en su nueva etapa. Que siga ahora con sus infinitos proyectos, que Portnoy nos sació a base de bien con su retorno al pasado.

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Marillion

La noche caía y llegaba el turno para Marillion, los cabezas de cartel de esa primera jornada de festival. Con un sonido que rozaría la perfección y con una puesta en escena sobria pero elegante, los ingleses se dedicarían a interpretar nada más y nada menos que catorce temas de los diecisiete que integran su último lanzamiento discográfico, un ‘Fuck Everyone And Run’ que les sigue manteniendo como una de las bandas clásicas con mejor rutina compositiva del panorama internacional. Steve Hogharth supo manejar un concierto brillante con una voz que pondría los pelos de punta, y el conjunto de la banda interpretaría sin fisuras las pausadas, pero delicadas, líneas de unos temas que enamoraron a la audiencia. Vaya, un poco diferente a lo que haría Fish, el excantante de la banda, botella de vino en mano allá por el 2014 en el mismo festival.

Faltarían seguramente muchos temas de su amplio catálogo y seguro que alguien les maldijo por no tocar piezas como “Kayleigh” o “Lavander”, pero es verdaderamente elogiable como una banda con tantos seguidores y con unas expectativas altísimas puede darse el placer de confeccionar un repertorio basado casi en exclusiva por sus nuevas composiciones. Al final nos encontrábamos en el marco de un festival ecléctico que congrega a fanáticos de todos los tipos, y seguro que eso les animó a arriesgarse a la hora de elegir sus temas a interpretar. Igualmente, y todo hay que decirlo, cayeron canciones como “The Invisible Man”, que dio el pistoletazo de salida al show, “This Strange Engine” o una final “Gaza” que pondría el broche de oro a su actuación. En definitiva, brillante concierto de una banda que muchas veces divide la audiencia progresiva, pero que tal y como constató en esa jornada del viernes del Be Prog! My Friend, sabe brindar música como pocos son capaces de interpretar.

La desbandada era algo previsible, pero fueron bastantes los que aguantarían hasta altas horas de la noche para ser testigos del espectáculo que Ulver nos tenían preparado. Y es que el juego lumínico que nos brindaron fue algo de otra dimensión, la perfecta definición de un cuidado visual y escénico llevado al extremo. En un concierto de poco más de una hora repasaron su último lanzamiento, ‘The Assassination Of Julius Caesar’, de principio a fin sin dejar que los allí asistentes pudiésemos pestañear un solo instante. Y es que las nuevas composiciones de los noruegos atrapan de una forma espectacular, con un juego electrónico brillante y, en definitiva, marcando una etapa más en la intrincada trayectoria de una banda que nunca ha sabido quedarse quieta. Pese a que hubo algunos problemas técnicos al inicio de su repertorio, pudimos disfrutar de láseres, proyecciones y un compendio musical hipnótico y precioso a partes iguales. Verdaderamente brillante el efecto de humo por encima de las cabezas de los asistentes y aún más sensacional la interpretación de una “Coming Home” final que se alargó hasta casi los veinte minutos de duración.

Sábado 1 de Julio

Las nubes taparían el cielo de la Ciudad Condal y permitirían que los cientos de asistentes pudieran disfrutar de los conciertos programados para esa jornada sin padecer riesgo de insolación. Jardín de la Croix abrirían el día con su intrincada propuesta post-rock, repleta de tappings, contratiempos y con un sonido realmente envolvente y personal. Son una banda que está sabiendo hacerse un hueco, ya no solo en la escena nacional, sino en un mercado extranjero que desde luego les viene de perlas. Su último álbum, ‘Circadia’, les ha valido para cosechar brillantes críticas, constatando su progresión con un concierto a las cinco de la tarde que haría las delicias de los allí congregados. Verdaderamente impresionante como consiguen que composiciones más que intrincadas puedan desembocar en preciosas líneas melódicas, un rasgo que muchas bandas del estilo parecen dejar de tener en cuenta. Única actuación de un grupo español, pero que dejaría el pabellón más que alto.

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Devin Townsend Project

Poco tendríamos que esperar para ver una de las actuaciones especiales del festival, ni más ni menos que a Devin Towsend Project interpretando en su integridad su laureado álbum ‘Ocean Machine’. Excepcional el trabajo de la organización consiguiendo que el evento contuviera espectáculos exclusivos que diferenciaran las actuaciones de artistas que ya hemos tenido por aquí pocos meses atrás. Los problemas técnicos no son un impedimento para un Devin Townsend que se mostraría muy cercano pese a, como bien nos dijeron, no haber dormido por los compromisos de la banda en Finlandia el día anterior. Y es que hasta un cuarto de hora se tuvo que retrasar el concierto por problemas en la programación del teclado de la banda; aún así Townsend ejerció de maestro de ceremonias con un monólogo hilarante a más no poder. Cuando los genios son, además, maestros del espectáculo, hasta un contratiempo puede convertirse en un momento mágico. Una vez solucionados los problemas, interpretaron ‘Ocean Machine: Biomech’ con canciones como “Seventh Wave”,  “Life” y “Night” que pondrían a todo el público a cantar. Si bien es cierto que la dinámica del concierto no fue tan explosiva como en anteriores ocasiones (donde el setlist se configura de manera algo más efectiva), pudimos ser testigos de momentazos como la sensacional “The Death Of Music” que nos pondría a todos los pelos de punta. El grito final tras “Thing Beyond Things” fue sublime y Townsend nos demostró una vez más que existen pocos artistas como él. Maestro de maestros.

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Anathema

Sí, Vincent Cavanagh ha adoptado el festival casi como propio. Anathema darían un concierto apoyado en una interacción constante con un público muy entregado y participativo. Su repertorio de hora y media hizo que pudieran confeccionar un set que abarcara tanto su nuevo lanzamiento ‘The Optimist’ como canciones consagradas en su catálogo; y es que fue en temas como “Thin Air”, “A Natural Disaster” o la ya clásica “Distant Satellites” cuando la audiencia se mostró más agradecida. Ya desde la inicial “Untouchable” pudimos ver una formación que se sentía en su casa, con un Daniel Cavanagh que se animó a ejercer de frontman en diversas ocasiones y con una Lee Douglas que sigue deslumbrando con su preciosa voz. Las nuevas “Leaving It Behind”, “Endless Ways” o la propia “The Optimist”, interpretadas de forma seguida, funcionaron algo peor, pero todo se acabaría arreglando con composiciones brillantes como son “Dreaming Light “o “The Beginning And The End”. Les tendremos por aquí otra vez en Octubre; en sala, la cosa promete.

Pese a que Jethro Tull dejó de existir como tal, Ian Anderson decidió darse un merecido reconocimiento lanzándose en una gira para interpretar los clásicos del ayer y del hoy que ha dejado la formación inglesa. Los cabezas de la segunda jornada del festival enamoraron con un sonido excepcional y con el colofón de una base musical que forma parte ya del consciente cultural colectivo. Desde la inicial “Living In The Past” supieron captar las miradas del respetable con ese estilo que divaga entre folk y el progresivo, y nos transportarían a finales de los sesenta con algunos de los mejores temas de la discografía de Jethro Tull. Y es que Anderson fue a lo seguro, encantaron a sus seguidores con sus míticas posturas y ejerciendo de verdadero maestro de ceremonias entre pequeños discursos históricos que haría entre canción y canción. Su estado de forma es más que remarcable a sus ya casi setenta años de edad, y desde luego consiguió recuperar la esencia de un grupo que construyó sus mayores éxitos hace ya décadas.

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Jethro Tull

Canciones míticas como “Thick As A Brick” o “Nothing Is Easy” no pueden funcionar mal en directo, y es que es más que destacable la calidad de la formación que ha juntado Anderson, que sonó a la perfección y a la que supo darle el protagonismo acertado en algunos compases del concierto. Llegábamos al final del concierto y solo nos quedaba por disfrutar de esas “Aqualung” y “Locomotive Breath” que tantos recuerdos suscitaron a la audiencia. Historia viva de la música que nunca viene mal en un evento de estas características. Si se interpreta así, que sea por muchos años más.

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Leprous

En esta vida todo tiene un final, y la actuación de Leprous sería la que concluiría esta vez el festival. En un concierto diseñado a demanda por sus seguidores, pudimos disfrutar de álbumes algo olvidados en sus directos más recientes. Desde la inicial “The Valley”, vimos a una banda que parece ya acostumbrada a los grandes escenarios, con un Einar Solberg en un estado de forma espectacular y que encararía todas y cada una de las complicadas líneas vocales de la banda de forma excelente. Se notó que sus seguidores tenían ganas de temas como “Restless” o “Forced Entry”, ambas pertenecientes a ese genial ‘Bilateral’ de 2011 que han ido olvidando a lo largo de los últimos años. El debut en directo de “From The Flame”, single de su nuevo lanzamiento previsto para agosto, fue espectacular, y las canciones de ‘The Congregation’ siguen funcionando muy bien pese a ser más vistas que otras rarezas como “Passing”, sacada del olvidadísimo ‘Tall Poppy Syndrome’. Las voces guturales de Einar en “Contaminate Me” restarían algo de pegada al tema: por mucho que funcionen en disco, en directo seguimos viendo como pecan de falta de potencia. Ojalá Ihsahn hubiese aprovechado su visita a Barcelona con Emperor para pasarse por el Poble Espanyol. Se notó que su fama va en aumento, y es que el público les arropó de forma espectacular hasta cuando parecía que el concierto había terminado y por las pantallas del festival nos citaban para el próximo año. Pero no, la cosa no acababa ahí, y es que el griterío fue tal que tuvieron que volver para una “Slave” que, ahora sí, pondría el broche de oro a la edición del 2017 del Be Prog! My Friend.

Queda todo un año por delante para empezar a hacer nuestras particulares apuestas para el cartel del año que viene. En un festival donde tienen cabida estilos bien dispares nos podemos permitir el lujo de imaginarnos a bandas de lo más variadas en su cartel. Nos retirábamos del Poble Espanyol con la certeza de que habrá edición en 2018 y con la agradable sensación de haber vivido un nuevo episodio de un evento con mayúsculas. Por muchos años más de buena música; por muchos años más de Be Prog.

Texto: Víctor Vallespir
Fotos: Hughes Vanhoucke

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Esta entrada fue escrita por Redacción

3 comentarios

  • Duque Blanco dice:

    Gracias por la crónica, parece que hemos existido para alguien. A juzgar por lo que he visto y he oído en los medios de comunicación convencionales, podría decir que si no hubiera estado, nunca habría existido a mis sentidos. Ni antes, ni durante, ni después, a diferencia de otros dos festivales que ha habido en las proximidades de Barcelona. Bueno, a excepción de vuestra extensa crónica y alguna más que podrá aparecer en la red.
    Por cierto, un buen trabajo y lleno de contenido. Gracias.

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