Quizás acudir a un concierto todavía en pandemia con el paso del tiempo se convierta en una de esas cosas para sentirse orgulloso. Es curioso cómo se van levantando restricciones incompatibles por completo con la llamada democracia, pero en cambio para el sector cultural no existe posibilidad de relajar medidas
Sala Santana 27, Bilbao. Siempre hemos sido un país de acomplejados. De un provincianismo extremo. Tipos a los que se les caía la baba cuando un grupo cantaba en inglés, pero luego si se atrevían a hacerlo en castellano sufrían el más absoluto de los desprecios. No era de extrañar
Kafe Antzokia, Bilbao. Hay toda una poética de los bajos fondos. Un orgullo de pertenecer a los de abajo enfrentados contra los de arriba, la casta política que utiliza instituciones en beneficio propio y cuyos tentáculos alcanzan a cualquier ciudadano de a pie que se atreva a plantar cara al
Sala Sonora, Erandio (Bizkaia) Hay una escena mítica en la peli ‘Trainspotting’ en la que para justificar el comportamiento errático e incomprensible de alguien cercano se resume todo con la frase “pero era un colega”. Una verdad irrefutable que pone fin a cualquier discusión posible y ha sentado las bases