Es de agradecer que, en tiempos tan oscuros como los actuales, existan bandas comprometidas, críticas y contestatarias que (siempre bajo un prisma de mejora y construcción) utilicen la música como vehículo de denuncia, incluso de cambio y promoción social. Siguiendo la estela de titanes como Slayer, Megadeth, Exodus, Anthrax o
Nos alegra mucho recibir una buena dosis de metal proveniente de las Islas Canarias, una tierra que, pese a tener su escena metalera propia, no suele destacar tanto como nos gustaría en la publicación de discos del género, como sí ocurre en otros territorios de nuestra querida geografía metalera nacional.