Jugar con el pasado es un ejercicio necesario. Volver a reproducir momentos, lugares, personas, circunstancias, nos hacen revivir sensaciones, vivencias, unas mejores que otras, pero, es curioso, nuestro cerebro se encarga de distribuir estos cortometrajes de una forma muy especial, aportando endorfinas a los momentos más disfrutables y pasando en