Hemos visto diversos usos para el himno “Raining Blood” de Slayer, desde dar nombre a una salsa picante o como banda sonora para enfrentarse a un huracán. Pero también se ha empleado como canción protesta en una de las versiones más desconcertantes, que además fue inspirada por los talibanes según
Atrikimburi lleva desde 1993 destrozando los escenarios salmantinos a base de rock "bruto", energía y espíritu punk. Su música tiende a los clásicos del heavy y el thrash, y por fin ha sido recogida en un álbum: 'Lloviendo sangre'. Pablo Camacho ha podido hablar con dos de sus componentes, el
Rabia y desparpajo es lo que emana el nuevo trabajo de Atrikimburi, un conjunto salmantino cuya música no es apta para amantes de los medios tiempos. Aunque haya que leer un par de veces en voz alta el nombre de la banda para quedarnos con él, no olvidaremos su pegada.