
La particular visión que Kurt Cobain tenía para el sonido de Nirvana, con el que consiguió llevar a la banda a lo más alto del mundo del rock, no siempre tuvo el visto bueno de sus compañeros de formación, y un ejemplo lo encontramos en una canción que Krist Novoselic,

Ocurrió en Múnich, Alemania, el 1 de marzo de 1994. Nirvana ofrecía el que nadie podía esperar que terminara siendo su último concierto y, en él, su última canción. Repasando los hechos, como relatan sus protagonistas, quizá solo el líder de los de Seattle tenía en mente que así fuera.