VULK: ¡HEIL!
26 enero, 2015 3:01 pm 1 ComentarioSegún las leyes alemanas utilizar determinadas frases alusivas al periodo más negro de su historia está penado con hasta tres años de cárcel. Con los judíos, exterminios y demás, tonterías las justas. Obviamente se excluyen de esta categoría cuando las citadas palabras se emplean por motivos artísticos, científicos o educativos, aunque a los bien pensantes muchas veces ni siquiera les valen estas excusas y acometen una despiadada caza de brujas sin el menor sentido crítico.
En el ámbito del post punk son frecuentes los actos de subversión que en apariencia ensalzan la ambigüedad ideológica, aunque no dejen de ser en el fondo una pura provocación, igual que cuando Iosu de Eskorbuto llevaba una esvástica en la chupa de cuero para denunciar que en realidad “todos somos nazis en un sentido o en otro, pero no queremos reconocerlo.” De hecho, ya el mismo nombre de Joy Division aludía a la sección de los campos de concentración destinada a dar placer a los oficiales, e incluso desde el punto de vista del significado resulta totalmente sospechosa asimismo su reencarnación en New Order.
Siguiendo esta estela, los galdakaotarras Vulk asumen por completo los postulados de Ian Curtis y compañía, en especial en las atmósferas lúgubres y en la rabia congénita heredera del espíritu del 77. Una inaudita carta de presentación por estos lares que ya les debería granjear atención considerable, pues no abundan las bandas en ese palo. Así a bote pronto, los únicos que nos vienen a la mente serían tal vez Belako, pese a que los de Mungia tiren más en ocasiones hacia el grunge o el rock alternativo.
Habían montado los de HeyHeyMyMy esa noche en la sala Black de Santana un original sarao con pinchadas anteriores y posteriores en los que se ofrecería una actuación a eso de la 1,30 de la madrugada, una apuesta arriesgada que si bien nos sorprendió en un principio, a la larga nos pareció una genial idea para romper la dinámica habitual concertil y que esperemos que siga teniendo continuidad en el futuro.
Y dadas las dimensiones del recinto puede decirse que el evento tuvo una aceptable acogida con personal variopinto en el que lo mismo cabían chicas hipsters con pinta de interesantes hasta alguno por ahí con camiseta de Gojira. Había ganas de fiesta y eso se pudo palpar desde que sonará por ahí el “Search & Destroy” de Iggy Pop & The Stooges antes del bolo y unos cuantos se engorilaran pegando saltos.
Para cuando le tocó el turno a Vulk, ya se había producido cierto calentamiento en el ambiente y los pogos empezaron a brotar por doquier. Y lo cierto es que el frenético ritmo de “Fractura” con gritos de corte marcial invitaba a ello, a la vez que la batería marcaba el paso igual que un batallón presto a entrar en combate.
Ya les habíamos visto anteriormente y pudimos certificar por segunda vez que el sonido en estudio no les hace la suficiente justicia al no conseguir reflejar el poso punk de sus bolos y su incitación al desmadre colectivo. No exageramos si decimos que hubo hasta algún que otro crowdsurfing, mientras ellos seguían a lo suyo con frialdad, un deliberado distanciamiento con el respetable tal vez para enfatizar la atmósfera gélida de sus composiciones.
Un alejamiento que únicamente se rompió para comunicar que esa noche era el cumpleaños de Jordan, uno de sus integrantes, al que dedicaron un “heil”, no sin antes admitir que no suelen hablar nada en los conciertos. Prefieren que las notas expresen sentimientos a su manera, sin condicionar lo más mínimo, en esa línea no extraña que en su bandcamp no pueden encontrarse letras de sus canciones, en contra de la costumbre imperante en restantes combos.
“Something Internal” revela que siguen la ortodoxia post punk al milímetro, por ejemplo, en el bajo taladrante, o en ese peculiar sonido que parece compuesto por diferentes niveles en el que los diversos elementos acaban ensamblados discretamente, sin excesivo despliegue, pero convirtiendo su colaboración en un engranaje fundamental. Y esa voz apática en ocasiones, o exhortante en otras, casi pidiendo mantener prietas las filas.
Por desgracia, todavía no disponen de un amplio repertorio, por lo que no les da para explayarse hasta el infinito, pero disponen de unos cuantos ejemplos para demostrar su potencial, caso de “Sure Drop”, que aúna el gusto por soltar bilis con el afán por la experimentación inherente al género. No en vano en su web se autodefinen como “alternative punk arty post”, en un claro intento de marcar diferencias con los dogmáticos tres acordes.
En definitiva, que esperamos con ansia nuevo material y próximos bolos de este compenetrado trío que insisten en abrir vetas nuevas en el limitado panorama local. Muy encomiable su intención de acercar a estas latitudes los sonidos opresivos y heladores alejados del canon oficial y que hunden sus raíces en el más absoluto underground. ¡Heil!
Texto y foto: Alfredo Villaescusa
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1 comentario
Quizás esta banda euskalduna no goze de demasiadas canciones para alargar un poco mas sus conciertos pero mas vale pocas y que sean conciertos dignos como el de esa noche en SANTANA bilbaína.Muy interesantes estos VULK!!!