THE STEEPWATER BAND:ROCANROL EN EL BAR

Desde Chicago y con pasión por el rock and roll de escuela espontánea. Pasaron The Steepwater Band como un torpedo por León para darle un poco de ritmo al rock and roll.

TEXTO Y FOTOS: SANTIAGO SANZ
THE STEEPWATER BAND
El Gran Café, León

Noche de rock clásico y blues en la capital del reino de León. Esta vieja ciudad cargada de arte, cultura e historia, tuvo el honor de recibir en uno de los garitos con más encanto del barrio húmedo a una de las últimas sensaciones de este palo venidos del otro lado del atlántico. The Steepwater Band, el power trío que ya ha sorprendido en algún festival norteño, cumplió su primera gira hispana con diez bolos repartidos de norte a sur, dejando en cada uno de ellos su impronta de grupo venerador de las raíces y de la  perdurabilidad  del rock con clase.

Dos horas y media de rocanrol en un bar repleto de humo, sudor y público dispuesto a pasar un gran rato y de paso formar parte de la pequeña historia del rock de esta ciudad. Una banda en estado puro, sin más parafernalia que las notas que emanan de sus instrumentos y su actitud genuina y deudora de  los más grandes. Rock de furgona.

Los de Chicago parece que empiezan a probar las mieles, si no del éxito (algo cada vez más duro para los inquebrantables) sí del reconocimiento en positivo de prensa y público. La producción del gurú Marc Ford (cuya relación con ellos se fraguó en España) en su última obra de estudio ha sido el espaldarazo definitivo para que giremos la mirada hacia ellos y les hagamos un hueco entre nuestros favoritos de una vez.

Quedan pocas bandas que aun rindan culto a las jam. Los 15 minutos largos de “Waiting To Be Ofended”, con ese sabor único a Neil Young nos dicen que estamos ante una de ellas. Sabor puro americano, mamando del blues y del sureño; de Skynyrd, Allman, o Black Crowes lo mismo que de Moody Waters o Johnny Winter, pero sin perder de vista las islas británicas, los Stones, Feces, Free…. todo el catálogo de los más grandes.

En León hicieron vibrar a una peña sorprendida de  recibir tamaña dosis de cultura rockera en la lánguida noche dominical, cuando el fin de semana agoniza y se remata con el poderoso coletazo de una banda de las de antes, de ahora y de siempre. Ni siquiera los problemas técnicos surgidos durante el primer tercio del concierto bajaron el nivel de atención. Al contrario, el público lo entiende y recibe la reentrada con más energía, respondiendo la banda recíprocamente.

Dieron buena cuenta de su nuevo trabajo, “Grace & Melody”, el cual desgranaron casi en su totalidad, con la añadidura de otros puntos fuertes de sus obras pretéritas, tales como “Revelation Sunday”, “Indiana Line” o “Hard As Stone”. Temas que van sonando y pasando el tiempo sin que nos enteremos; no queremos que acabe nunca cuando estamos tan a gusto. Por eso pedimos más y más. y ellos dedican los bises a tributar a sus maestros; el indio canadiense es el primero con  una demoledora versión del “Cortez The Killer” de 15 minutos de duración  con un éxtasis guitarrero total entre el cual camuflan notas del “Like A Hurricane” para delirio del respetable.

Todavía queda “one more”, que es otra incendiaria cover, esta vez de los Stones y su “Live With Me”, como postre del suculento banquete. Larga vida a Jeff Massey, guitarra y voz, Todd Browers, bajo y Joe Winters, batería. The Steepwater Band, que volváis pronto.