THE PRODIGY + ENTER SHIKARI

7/10

Carpa del Estadi Olímpic (Barcelona)

España ha ganado la Copa Davis. Muy bien señores pijos ya pueden volver a sus mundos de Yupi. Así pues nos encontramos ante el resurgimiento de The Prodigy tras años de sequía compositiva de renombre y viviendo de éxitos pasados hasta la publicación del notable ‘Invaders Must Die’ que les ha devuelto en buena medida la gloria cosechada por el sempiterno ‘The Fat Of The Land’ de 1997. Han pasado doce años desde aquello pero los seguidores acérrimos continúan siguiéndolos allí donde van y los jóvenes con ganas de bailar corean nuevos temas como la inicial ‘World's On Fire’, la que dio título a su recopilatorio ‘Their Law’ y, por supuesto, los nuevos sencillos que han escalado las listas de medio mundo como ‘Omen’ y ‘Invaders Must Die’.

Estas dos últimas un binomio musical a la altura de sus hits ‘Breathe’ o ‘Smack My Bitch Up’ que tampoco faltaron a la cita nocturna. La carpa habilitada cerca del Palau Sant Jordi y anexa al Estadi Lluís Companys no se llenó pero las tres cuartas partes de público petaron las primeras filas hasta la asfixia. Hablando de problemas respiratorios, cuando abandonamos el foso de fotógrafos vimos cantidad de perjudicados tumbados en el suelo recibiendo atención médica –qué gran tema premonitorio es ese nuevo single ’Take Me To The Hospital’, del cual se ha hecho un remix con Josh Homme como invitado y que reinaba el portátil del amor y señor del combo-. Una locura sónica como la que descargaron Liam Howlett y sus dos pipiolos carniceros –el siempre pasota e imagen asociada a los mejores años Keith Flint y el que se lo curra cada noche como frontman Maxim-.

Durante 2009 los habré visto dos veces antes. En el festival de Leeds donde lo petaron de la mala manera y anteriormente en Murcia dentro del SOS 4.8, festival en auge que este año llega a la tercera edición. Si incluimos la noche de la Ciudad Condal entonces Barcelona acogió la mejor de las tres fechas que he visto durante 2009. The Prodigy jugaron un partido de fútbol que ya tenían ganado con un repertorio nuevo notable y un legado histórico de hits electrónicos con mala leche –‘Firestarter’, ‘Poison’, ‘Diesel Power, ‘Voodoo People’ y un etcétera de envidia pura-que hizo que se acercaran vecinos de Valencia en gran cantidad e incluso alguna acreditado de la Davis. La gente iba a lo que iba: bailar y petar la noche. Lástima que perdimos la oportunidad de ver a nuestros queridos Enter Shikari que les han seguido durante toda la gira como teloneros de lujo. Alguien dijo nintendocore. Yo digo desfase total. Lo dicho: una velada que si hubiera añadido un DJ como colofón final al tiempo que Manson pisara Barcelona aún estarían de juerga los miles de aficionados que se agolparon. El éxtasis y demás sustancias hicieron el resto. Casi, casi y sin quitar mérito alguno a los protagonistas, las fiestas paralelas que se juntaban en corrillos de amigos por todo el envelado fueron igual de satisfactorias que el set del trío calavera.

Texto y foto: PAU DÍAZ PEÑALVER