THE DARKNESS: Y LA OSCURIDAD VOLVIÓ A DESLUMBRAR
9 octubre, 2012 9:39 am 10 ComentariosRegresaron a una sala en Madrid ocho años después de su última aparición en el mismo escenario, el de una La Riviera que para ser domingo y coincidir además con el dichoso partido de fútbol Real Madrid – Barcelona, que motivó que el comienzo del concierto se retrasara sobre la hora prevista para evitar el conflicto de intereses, presentó un aspecto relativamente concurrido para los tiempos que corren.
Muchas cosas han ocurrido desde aquel último concierto en la capital del Estado (sin contar con su aparición en el Sonisphere de 2011 en la cercana Getafe). Por aquel entonces la banda británica degustaba el repentino, merecido y considerable éxito que le reportaron sus dos fabulosas primeras obras. Tan rápido vivían que las turbulencias desencadenaron una separación que duró años y a la que pusieron fin con su reciente tercer plástico, un ‘Hot Cakes’ cuyas canciones fueron muy bien recibidas por una audiencia completamente volcada frente a una banda genuina que ha vuelto a atravesar al túnel del tiempo para deleitarnos con la garra, la energía y la frescura de la que muy pocos pueden alardear. Una formación que cuenta entre sus filas con un valor seguro que ha dejado atrás los nubarrones del pasado para brillar con luz propia gracias a su ingenio, su encomiable entrega y una voz única. Justin Hawkins demostró estar pletórico a todos los niveles y encandiló a la audiencia con la más auténtica y admirable actitud de Rock n’ Roll. Desenfadado, hiperactivo y con su garganta respondiendo a las mil maravillas, el loco de Lowestoft se marcó una actuación memorable junto a sus compañeros, el hermanísimo y seguro guitarrista Dan Hawkins, el abstraído bajista Frankie Poullain y el axiomático batería Ed Gram. Todos formaron un ensamblaje perfecto y se exhibieron como un conjunto perfectamente empastado, unido a todos los niveles. Las dificultades hoy parecen ser quimeras del pasado y conciertos como el de esta noche demuestran fehacientemente que The Darkness retoma su carrera donde la dejaron: en la excelencia.
Ni un minuto de más concedieron al nuevo horario y, con puntualidad británica, una vez sonó el “The Boys Are Back in Town” de Thin Lizzy, el logo del grupo que se alzaba imponente sobre una gran lona en la trasera del escenario se iluminó de rojo mientras, con el “Arrival” de Abba de fondo, iban saliendo los aclamados músicos y colgándose in situ sus instrumentos para arremeter con el mismo corte que inaugura su más reciente producción, “Every Inch Of You”, en el que se desenvolvieron con la misma naturalidad y frescura que desprende su inimitable Rock n’ Roll de inexpugnables tintes glammys. Con una química entre banda y público que fue envidiable desde el principio, prosiguieron con la rotunda “Black Shuck”, perfecta para desmelenarse por completo y en la que Justin se desprendió de su guitarra para moverse con total libertad por el escenario. No hay tablado en el mundo que se le quede grande a un depredador como el carismático vocalista, que alternaba tramos, muchas veces en el mismo tema, sin guitarra y con guitarra. Cuando la empuñaba daba cuenta de lo buen hacha que es y adhería sus audaces solos y sus mordaces acordes a un sonido conjunto que en todo momento resultó absolutamente nítido, sensacional.
Con “Growing On Me” prosiguió la inercia positiva del concierto y en ella volvieron a darlo todo, tanto que el frontman optó por quitarse la parte de arriba del mono de motero con el que salió y que tenía pinta de dar bastante calor. Tras derrochar simpatía y locura a partes iguales, hablando con el público y coreando el mote de su batería, volvieron a la carga con la adictiva “She Is Just a Girl, Eddie”, seguida de una monumental “One Way Ticket”, en la que Frankie, que previamente a instancias de Justin dijo al micrófono un precario pero bienintencionado “yo gusto Madrid”, cogió una baqueta y percutió una caja china a su inicio, dotando al tema de una fidelidad casi total. De hecho, quien cerrase los ojos podría imaginarse perfectamente un disco de estudio, pues todos los elementos se trasladaron magistralmente al directo, en especial la inimitable voz de Justin, cuyos falsetes, agudos imposibles y figuras inclasificables resultaron sublimes, auténticos y con una naturalidad y facilidad pasmosa. Pero claro, estábamos en un directo, y bastaba abrir los ojos de nuevo para embriagarse del dinamismo y la intensidad que desprenden los ingleses. Eso es Rock n’ Roll, ¡Así, sí!
Desde luego, si continúan por estos vericuetos nadie les va a parar, y eso lo plasman en “Nothing’s Gonna Stop Us”, toda una declaración de intenciones extraída de su última obra, que gozó de un amplio protagonismo a lo largo de toda la velada. Después de que Mr. Hawkins nos echara una foto, la impetuosa “Get Your Hands Off My Woman” conservó intactas sus no pocas particularidades y durante su solo, a cargo de Dan, el vehemente showman hizo el pino frente a la batería. Al terminar nos dijo que nos quería en su lengua materna pero, no contento con eso, columpió el micro a través del foso para que una chica de la primera fila le enseñara como decirlo en castellano mientras el resto de la sala lo coreó repetidas veces, entrañable momento de confraternización mutua que desembocó en una dupla de temas con la palabra “love” en sus títulos: “Love Is Not The Answer”, una de las más destacadas del último plástico, y “Love Is Only a Feeling”, iniciada a ritmo de palmas y cuyo mayor recorrido quedó patente en la acogida que se le brindó.
Llegados a este punto, Dan se hizo con el protagonismo escénico en un momento de bullicio guitarrero y atronamiento eléctrico acompañado por una ruidosa pista disparada, lo cual duró lo suficiente para que Justin se cambiara de indumentaria y apareciese con un indescriptible traje a rayas para acometer la accesible y contagiosa “Friday Night”, sucedida por un “Concrete” que interrumpieron sin despeinarse debido a problemas con la guitarra de Dan y que, tras otro momento en el que la chispa del vocalista arrancó más de una sonrisa, retomaron como si nada. No cesó el rock de categoría con “Everybody Have a Goodtime” y “Street Spirit (Fade Out)”, versión de Radiohead.
Aunque realmente no le hace mucha falta a un showman de la enorme talla de Justin, éste sacó el recurrente tema de la rivalidad Madrid-Barcelona comentando de paso que el día anterior habían estado tocando de teloneros de Lady Gaga, lo cual llevan haciendo en todo el tour europeo de la diva estadounidense. A continuación desgranaron el glamour de “Living Up”, para proseguir más tarde con “Stuck In a Rut” y con una celebradísima “I Believe In a Thing Called Love” que, precedida por un enfático punteo de guitarra de Justin, puso todo al rojo vivo e hizo saltar a todo el mundo con su irresistible estribillo.
Tras retirarse y volver, con el front-man vestido más hortera todavía (¿y lo que mola?), acometieron unos bises en los que terminaron por meterse en el bolsillo a todos y cada uno de los presentes. De hecho tuvo más peso esto que las escasas dos canciones que los conformaron, dejándose en el tintero “Hazle Eyes”. Pero fue entusiasmante, para quitarse el sombrero, la actitud y la entrega del grupo hacia su gente. Retomaron la marcha con “With a Woman”, tras la que Justin afirmó que la gente ahí presente mirándole a los ojos y apreciando lo que hacen vale más que un millón de euros. Por ello, empezó a enumerar a miembros de su expedición diciendo que cada uno de ellos nos quería, empezando por los músicos y acabando, ya en clave de broma, por el personal de seguridad ahí presente. Y una buena nota: aseveró que nos veríamos el año que viene. Así, llegaron a “Love In The Rocks With No Ice”, el tema imprescindible con el que cierran todas sus galas y que esta vez sirvió de pretexto para que Justin soleara entre el público a hombros de dos colaboradores e interactuase con los asistentes, una vez de vuelta al escenario, haciéndonos repetir sonidos que iban desde demostraciones vocales hasta lo más delirante, siempre con un gran sentido del humor.
Y así, de buen rollo, con sonrisas en las bocas de los asistentes, más de una carcajada ante el espectáculo peculiar de uno de los mejores showman del panorama y con la explosión final de acordes y alto voltaje, se llegó al final de un concierto que no fue demasiado largo a pesar de los diecinueve temas interpretados pero que resultó redondo, divertidísimo e incontestablemente eficaz.
Texto: Jason Cenador
Foto: Juan Destroyer
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10 comentarios
Totalmente de acuerdo con la crítica. Estuve presente y puedo atestiguar que Justin Hawkinks es un autentico crack. De los mejores frontman que he visto sobre un escenario. Divertidisimo y en un estado vocal tremendo. Despues de un ultimo disco (Hot Cakes) que personalmente me ha encantado, la verdad es que The Darkness han vuelto pletóricos. Esperemos que sigan por esa senda, y si vuelven el año que viene AHI ESTAREMOS!
Tremendos, no hay palabras,tienen canciones de sobra, suenan de lujo, Justin Hawkins es uno de los mejores frontman que han surgido quizas en los ultimos 20 años tiene una gran voz, carisma, es divertido, toca la quitarra (bastante bien) no se, el cantante que toda banda querría...si no llenan estadios es porque no estan en el momento adecuado pero vamos en otros tiempos llenarían estadios...Grupazo.
Al igual que el rock me gusta también el futbol (real madrid y real jaén) pero si coincidieran ambas partes ya sé hacía donde se iría y no es el deporte precisamente.Un saludo!!!
pues como entiendas de futbol igual que musika juandiota ajaj,mal vamos
la versión que hacen de radiohead buff tiene un trago me kedo kon la original
Haber igual a alguien le parece q exagero,pero yo no he visto hasta hoy a un tio como ese en el escenario...hay queda eso!!
yo ya les habia visto en sonisphere y en el azkena...y francamente...solo hay 2 grupos por encima,al menos para mi,en directo...Metallica y Led Zeppelin (los vi en el O2 y madre mia)
Si por algo me cago en todo lo que veo desde mi viaje de novios, es por haberme perdido a esta pedazo de banda, a pesar de haberla visto dos veces ya en España, Justin me chifla, y a pesar de que la gente no se fija, es un guitarrista de TOMO Y LOMO.
Las dos cosa por igual vetonton.DAS PENA!!!
Yo soy la chica de la primera fila a la que pasó el micro y le dije "Te quiero" !!! (después de vacilarme 4 ó 5 veces sin dejarme cogerlo) XD 😀 Cuánto calor por la primera fila! The Darkness nunca defraudan, ya les he visto en el Sonisphere y en el Azkena, (el el cual por cierto me felicitó el cumpleaños al terminar "I Believe in a thing called love" porque llevábamos una pancarta :), y es uno de los mejores grupos que he visto en directo, que no han sido pocos los que he visto. Ojalá vuelvan el año que viene !!!!!
Por cierto , qué grupo al acabar el concierto se queda más de una hora en la puerta con los fans ??? .... !! Se hicieron fotos con TODOS! 🙂