SÔBER: APABULLANTES

23 abril, 2012 2:57 pm Publicado por  4 Comentarios

Kafe Antzoki, Bilbao

Que la cosa no pinta bien en lo que respecta a la asistencia a conciertos es algo que se palpa a nada que uno se recorra una cantidad considerable de bolos. Cuesta cada vez más mover a la gente, que se lo piensa dos veces antes de gastarse sus pavos, e incluso los nombres internacionales ya no llenan como antaño y se las ven y desean para lograr una afluencia digna. Es el sino de los tiempos que nos ha tocado vivir.

Está muy mal todo, pero todavía existen resquicios para la esperanza. De eso pueden dar buena fe los madrileños Sôber, capaces de abarrotar un recinto en la complicada coyuntura actual. No era complicado intuir que aquella cita estaría marcada en rojo en el calendario para algunos desde hacía meses. Y encima teniendo en cuenta que ese mismo día tocaban a escasos kilómetros los asturianos Avalanch, lo que obligó al personal a decantarse entre unos u otros.

A primera hora sin embargo el panorama tampoco era para echar cohetes, unas pocas almas hacían difícil presagiar la muchedumbre que se vendría encima. Una lástima que no llegue hasta el norte esa gran costumbre del foro de empezar los recitales a una hora prudencial y así finiquitar el asunto con casi toda la noche por delante. En su lugar, las estrellas principales comenzarían en torno a las 11 de la noche, por lo que no abandonaríamos el recinto hasta cerca de la 1 de la madrugada. Menos mal que salimos contentos.

Muy adecuados para la velada se tornaron los teloneros Romeo, con su palo a lo Héroes del Silencio en su versión más heavy e incluso acercándose en varios momentos a los cabezas de cartel. Presentaban su nuevo disco ‘Cara o Cruz’, que se pone a la venta el 24 de abril, y nos ofrecieron el adelanto “Corazón de tempestad” en el que se notaba la influencia de HIM, sin olvidarse de “Nada Importa”, otro de los temas básicos en su corta trayectoria y que da título a su segundo plástico.  Se les notó compenetrados a la par que entretenidos, por lo que únicamente cabe una lectura positiva de su actuación, esperamos verles más a menudo por estos lares.

Desde que Sôber anunciaran su vuelta al ruedo en el 2010 la expectación en torno a la banda no ha bajado un ápice, a la gira de reunión le siguió la de presentación del disco ‘Superbia’ y ahora vuelven a los orígenes rescatando ‘Morfología’, la piedra angular que les situó en primera línea de una carrera ascendente. Y quizás por ello no extrañó que los madrileños irrumpieran en el escenario tras sonar por los altavoces el “It’s A Long Way To The Top” de AC/DC, muy apropiado si tenemos en cuenta el rechazo inicial que se encontraron ante su propuesta. Quién lo iba a decir años después cuando vendieran miles de copias.

Precisamente fue “La Prisión del Placer”, ese tema que les inyectó la moral suficiente para entrar de nuevo en el estudio tras constatar un evidente interés por parte de la gente, el espolón elegido para arremeter contra un respetable entregado a su causa. Si quedaba algún escéptico en la sala debió acabar rendido a la evidencia ante su éxito “Loco” y el no menos relevante “Cubos”, que ya puso a todo quisqui a botar. Pero encima del escenario ellos tampoco paraban quietos, Antonio y Jorge no tardaron en darse paseítos e intercambiar sus respectivas ubicaciones. Es evidente que conciben los directos como una fiesta en la que deberían participar desde músicos hasta el último mono del recinto.

Otro aspecto importante y que dio especialmente lustre a su descarga fue el espectacular sonido del que gozaron, nítido y a la vez contundente, superando por norma general la interpretación en estudio, de lo mejor que hemos escuchado en mucho tiempo, sin duda. El truco de este prodigio nos lo revelarían al final al presentar a la mesa al productor Alberto Seara, uno de los principales artífices de su peculiar personalidad y responsable de que en el cara a cara ganen un empaque sin igual. Si con semejante mago a los controles hubieran sonado mal, apaga y vámonos.

Siguieron el guión establecido, esto es, interpretando ‘Morfología’ de cabo a rabo, mientras de vez en cuando Carlos nos contaba anécdotas acerca de las canciones o se acercaba Bernardini para rememorar aquella ocasión en que fueron a la madrileña sala Revólver y se quedaron flipados viendo la descomunal potencia del trío alternativo Theraphy?, a quienes dedicaron “Mi Perdición”, “una gran influencia, más que Tool”.

En “Caída Libre” incitaron a sacar los cuernos y “mover el culo como si tuvierais 18 años”, a lo que la peña respondió con entusiasmo pese a que entre el público hubiera unos cuantos chavalillos. “Predicador” y “Lluvia de Dolor” cerraron el ciclo dedicado el debut, no sin olvidarse de mencionar a músicos y el equipo de gira restante mientras atronaban coros como los del “Thunderstruck” de AC/DC.

Tras la habitual pausa para los bises, el guitarra Bernardini apareció en solitario punteando y posteriormente se le unió Jorge. Ambos no dudaron en bajar entre la muchedumbre creando un paseíllo hasta la mesa de sonido y ahí desbarraron un rato hasta desembocar en el riff de “Diez Años”. Y acto seguido nos dejó helado la versión en directo de “El Hombre de Hielo”, cuyo solo, a cargo de Antonio, fue de órdago. Estaban de racha y para que no decayera el fiestón recurrieron al trallazo “Arrepentido”, recitado a pleno pulmón por los asistentes.

Quizás debieron acabar aquí con el pabellón por las nubes, pero continuaron con “La Araña” de su reciente ‘Superbia’ y finiquitaron con “Sombras”, una muestra más de la nueva etapa de Sôber y primer single del recopilatorio ‘De Aquí a la Eternidad’. Es evidente que quieren establecer un nexo común entre ambas épocas, aunque lo suyo hubiera sido tirar por lo fácil con un clásico, eso no quita para reconocer que el repertorio en líneas generales anduvo bastante acertado sin hacerse cansino en ningún momento.

Se encuentran en una forma envidiable, mejor incluso que en su pasada gira, por lo que perdérselos en estas circunstancias se antoja un acto casi imperdonable, pues gozan de un directo realmente apabullante, entendido este adjetivo como algo que confunde o intimida por su superioridad. Pocos llegan a su nivel.

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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