SGM FEST: ESTRELLARSE CONTRA LA PARED

29 octubre, 2014 7:03 pm Publicado por  1 Comentario

Spiritual FrontSala We Rock, Madrid

Cualquiera que se mueva por el ambiente gótico sabrá que en estos momentos el movimiento no vive sus horas más gloriosas. Lejos quedaron los tiempos en que las salas abarrotadas se convertían en punto de encuentro de noctívagos irredentos y personajes variopintos y por ahí desfilaba un impresionante espectro musical que iba desde la fundamental ortodoxia gothrockera, Iggy Pop o The Mission hasta el maquineo EBM o el nostálgico tecno pop ochentero.

El huracán de la crisis y la falta de recambio generacional sentenciaron el anunciado fin de históricas sesiones que ya solo viven en el recuerdo. Pero dicen que es en época de vacas flacas cuando surgen los mayores talentos, y por fortuna, todavía existen francotiradores que hacen la guerra por su cuenta, cruzados fieles a su propósito de extender la cultura, con poco o ningún beneficio de por medio. Casi puro altruismo, vaya.

En esta coyuntura podría inscribirse sin duda la labor que llevan ya haciendo desde hace seis años el equipo de la Semana Gótica de Madrid dotando a la urbe de un evento multidisciplinar único en su especie que incluye cine, teatro, danza, música o moda con un trasfondo oscuro como común denominador. Y en esta edición además lanzaban la casa por la ventana al atreverse por primera vez con un festival de dos días con un auténtico cartelón de lujo en su rollo.

Con una solemnidad propia de una eucaristía, Red Sun Revival abrieron la velada con su rock gótico onírico heredero de los primeros Fields of the Nephilim, aunque la falta de batería humana y la saturación de elementos pregrabados ensombrecieron las gratas sensaciones que dejó su debut en estudio. Se marcaron temazos del calibre de “Forgive Us Now” o el inevitable “My Child” mientras el voceras Rob Leydon entonaba a lo Bunbury y se desataba en gestos folclóricos a lo Raphael. Pese a que este veterano de la escena gótica inglesa daba el callo en el aspecto vocal, resultó imposible disipar la impresión de que aquello había sido una especie de medio playback. Una pena que no se trajeran una formación en condiciones.

Todo lo contrario a los italianos Spiritual Front, que con imágenes de Pier Paolo Pasolini de fondo, legaron el mejor recital de la jornada con el carisma intachable de su líder con clavel blanco en la solapa Simone Salvatori y su dark folk cabaret fetichista y nihilista. Dispararon bien temprano directo al corazón con “Cold Love In a Cold Coffin” y otorgaron aire fronterizo al decadente “I Walk The (Dead) Line”, del mismo modo que a cortes más accesibles del estilo de “Darkroom Friendship”.

Demostraron que a veces no hace falta un despliegue inaudito de medios para captar la atención del respetable, sino únicamente una actitud en escena como la de Salvatori que miró al techo cual invocando al Altísimo en “Jesus Died In Las Vegas” y su lema “nothing is more contagious than sin” retumbó a diestro y siniestro. De poner pelos de punta.

En línea con su predilección por lo turbio, hablaron de la prostitución masculina, se acordaron de su disco conjunto con Ordo Rosarius Equilibrio en “Song For The Old Man”, y con un desparpajo como el de Bruce Springsteen, Simone preguntó a la concurrencia a ver qué querían escuchar, otro de esos detalles de grandeza, de esos tipos que consideran el set list pegado al suelo una información meramente orientativa y no un dogma absoluto. Se decantaron por la cabaretera “Slave”, que acabó con el elegante frontman arrodillado en el suelo con la acústica durante unos minutos que se antojaron interminables mientras la batería redoblaba con ímpetu marcial.

Retornaron a petición popular con “Bastard Angel”, otro tema de fanfarria y con esa frase que dice que todos los uniformes e ideales son una mierda, nihilismo en estado puro. Les faltaron obras maestras como “Odete” o “No Kisses On The Mouth”, pero tampoco se puede exigir demasiado en bolos con tiempo limitado. Fue de sentar cátedra, en todo caso.

Y otra lección magistral de gothic rock con agallas a la vieja usanza dieron los alemanes Still Patient?, con un sonido totalmente contundente que se acercaba por momentos al gothic metal de Crematory o Paradise Lost. Para los que no lo sepan, mencionar que se trata de uno de los nombres imprescindibles de la escena de los noventa que han vuelto recientemente a la actividad con un enfoque diferente y contemporáneo que se palpa en “All Is Well” o “Anavryn II”.

Se mostraron muy competentes a las tablas desenterrando el legado de Sisters of Mercy y dándole lustre hasta el punto de dejarlo como una patena sin elementos anquilosados. Quizás pudieron atinar mejor en la configuración del repertorio y prescindir de piezas inéditas para la parte final, pero despliegues de autenticidad como el de “Agoraphobia” o “Chameleon” resultarán difíciles de olvidar. Ortodoxia elevada al cubo.

La segunda jornada del SGM Fest bajó un poco el pistón en cuanto a las actuaciones, aunque contó con la misma afluencia de personal que el día anterior, por lo que la fidelidad quedó garantizada. Lo mejor estuvo sin duda en los prometedores Sweet Ermengarde, que toman su nombre de una historia corta de H.P. Lovecraft y se podrían encuadrar en la vertiente esotérica y espiritual del gothic rock. No defraudaron las altas expectativas de muchos tras su debut ‘Raynham Hall’, aunque tal vez costara pillar su rollo místico así de primeras.

Desde luego no eran la banda sonora adecuada para un fiestón, pero exhibieron fortaleza escénica en “A Promise To Fulfill”, “Kisses” o la versión de “Passion of Lovers” de Bauhaus muy fiel a la original que se cascaron en los bises. Con grupos de este calibre la tradición iniciada por Fields of the Nephilim no aprecia síntomas de desfallecer.

Había muchas ganas de catar a Pretentious Moi?, responsables en nuestra opinión de uno de los mejores discos de gothic rock de las últimas décadas. Pero pese a que cayeron auténticos temazos de su prodigioso debut como “The Garden” o “Living Dead and Undecided”, no lograron captar ese frágil equilibrio entre electrónica y gótico tradicional que se percibe en estudio y todo acabó reducido a una suerte de pastiche pregrabado, donde por ejemplo se echó muy en falta una presencia humana a la batería.

En lo positivo se podría destacar a una formación con viejos conocidos de la escena inglesa como Gordon Young (Seraphin Twin) o Rachel Speight de los históricos Die Laughing, grupo legendario en aquellas recopilaciones de gothic rock de Mick Mercer. A la voz estaba el líder Tim Chandler dando el tipo con dignidad, aunque los tonos graves no sonaban tan epatantes como en estudio. Eso sí, las superposiciones de voces femeninas y masculinas tan características de su debut les quedaron bastantes decentes, a pesar de la maraña enlatada.

Bloody Dead And SexyY por último Bloody Dead and Sexy pusieron la nota post punk al evento, con su estilo old school total, lúgubres, decadentes y con un cantante colgado que se paseaba por el escenario como alma en pena y alguna vez hasta se animó a desfasar con la muchedumbre. Uno nunca le ha encontrado demasiado gusto al palo de Christian Death, Gitane Demone y demás luminarias oscuras norteamericanas, pero de justicia es reconocer que se curraron un espectáculo aceptable con una atmósfera a la altura de su leyenda y contaron con picos interesantes como “One By One” de su reseñable trabajo ‘Bad Ambient’. Un homenaje a los antiguos.

El gran gurú y provocador Frédéric Beigbeder decía que el amor era una catástrofe espléndida, “saber que te vas a estrellar contra una pared y acelerar a pesar de todo”. Una especie de tendencia autodestructiva igual que el alcohol o las drogas más duras capaz de provocar un terremoto en cualquier nihilista de pro. Pero incluso los francotiradores de la cultura más descreídos en el fondo desean jugársela, tener por lo menos la oportunidad de estrellarse contra una pared. Con una sonrisa en los labios.

TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA

FOTOS: MARINA RUANO/ALFREDO VILLAESCUSA

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Muy buena crónica de ALFREDO hacia estas bandas de estilos góticos que siguen llevando con dignidad tanto en estudio como en escena el legado de las grandes bandas británicas que crearón dicho estilo dando cada banda esa noche en la capital una muy digna actuación cada una a su manera.La única pega quizás la poca peña que acudió esa noche a la WE ROCK pero que conste que el metal gótico es un estilo que en nuestro país cada dia tiene más seguidores y que si la cosa escaseó esa noche de peña toda la culpa es de la crisis tan dura que atraviesa nuestro país!!!

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