SANTELMO: REIVINDICACIÓN

Sala We Rock, Madrid

Era un lluvioso día de marzo en el centro de Madrid y el invierno daba sus últimos coletazos castigándonos con un gélido viento. Sin embargo, en la sala We Rock las paredes ardían y rugían para recibir a uno de los grupos de heavy nacional más en forma: Santelmo. Eso es, Jero Ramiro y los suyos actuaron en la nueva “Canciller” arropados por numerosos incondicionales, cuya edad comprendía un amplio espectro.

Estando todo listo para la tormenta, Santelmo tronó, a eso de las diez y media, con la melodía de “Ana y el Verdugo”. Fue buena idea  abrir con el single del segundo largo de la banda, pues es un temazo que sirvió para asentar a las masas en el gallinero, calentar motores y, de paso, arrancar algún que otro headbanging. Siguieron con su segundo álbum interpretando un fantástico corte llamado “Juicio a la Muerte” en el que Nacho Ruiz nos dejó boquiabiertos con la potencia de sus cuerdas vocales. Es increíble cómo ha evolucionado el ex-vocalista de Arwen y la forma en que ha hecho olvidar a sus predecesores en la actual formación. Nacho demostró ser un hombre de mundo y recordó a los asistentes que el ocho de marzo es el día de la mujer trabajadora, y por ello dedicó el tema “Tempestad” a todas las féminas de la sala. Muy buena puesta en escena de una banda bastante rodada pese a estar formada hace relativamente poco. Obviamente a ello ayuda el que todos sus miembros tengan un bagaje musical tan amplio.

Más tarde, cambiamos de tercio hacia el primer largo con “Los Creyentes” y “Ángel y Demonio”, dos canciones que acabaron de engrasar los cuellos en el gallinero. La gente estaba muy entregada y no paraban de ovacionar una y otra vez al capitán del barco: Jero Ramiro. No hace falta que describa el arte de Jero a las seis cuerdas pues hacerlo me llevaría más de seis folios. Sólo decir que disfrutamos todos los presentes de su virtuosismo como enanos. “Pídeselo a Dios” siguió con la conceptualidad de las dos canciones anteriores del mismo álbum. En “La vida a Sangre Fría”, el eterno bajista de la banda y archiconocido por otros proyectos paralelos, Luisma Hernández, se desmarcó por las increíbles frases y florituras que fabricaba. Tras la cañera  “Alas Rotas” y la balada “Daría lo que fuera” nos sorprendieron con “Uclés”, una fresquísima canción instrumental que dejó al descubierto las habilidades de los músicos para deleite de los más melómanos. Un gran intermedio para que Nacho descansara las cuerdas vocales durante cinco minutos para volver con más fuerza. Y lo hizo, y además necesitó volver con esa fuerza porque a su vuelta aguardaba una de las canciones con más garra y, además, una de las más esperadas de la noche: “Roma a las Puertas”. El público cantó este himno épico como auténticos soldados escoceses sin saltarse una coma, síntoma, por otra parte, de que nuestra forma de vida se encuentra en un estado de forma inmejorable.

Tras “Hijos de la Tierra”, Nacho y Jero hicieron las delicias de los presentes con un motivador duelo entre guitarra y voz. Más tarde, “Bosque de hojas Muertas” dio paso a los bises de la noche. Uno de ellos fue la tremenda  “Junio del 44” y el otro fue una sorpresa totalmente inesperada, una más que meritoria versión del “I Want Out” (Helloween) sirvió para rematar la faena. El heavy-power español está en buenas manos.

Texto: Rodrigo Marbán

Foto: Mar Fonruge

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