QUAOAR: EL SUEÑO DE LOS JUSTOS

2 febrero, 2015 5:29 pm Publicado por  3 Comentarios

QuaoarKafe Antzokia, Bilbao

Todos tenemos nuestras ambiciones. Ya sean grandes o pequeñas. Desde el humilde tendero que busca sacarse unos miserables cuartos a lo largo de una maratoniana jornada de tiempo inclemente hasta el artista o la estrella de rock que sentados tranquilamente esperan su transformación en mito y que caigan sobre ellos las montañas de billetes igual que en cualquier producción hollywoodiense. ¿Cultura del esfuerzo? ¿Qué me está contando?

Por desgracia, o por suerte, según se mire, la mayoría no disponen de padrinos en las altas esferas que les abran las puertas de los despachos o les permitan montarse en coches oficiales a cargo del erario público, como hacía el pequeño infame Nicolás. A los del vulgo no les queda otra que currárselo y apostar las fichas a esa cosa tan voluble y cambiante que llaman talento, única manera de destacar en cualquier ámbito sin poner en juego la dignidad.

De eso saben bastante los bilbaínos Quaoar, que han recorrido un largo trecho desde que estrenaran ante muy poca gente en Soraluze su primera canción con su actual cantante hasta ganar el prestigioso certamen Villa de Bilbao y conseguir participar en el Azkena Rock Festival, una de las citas imprescindibles estatales en la agenda veraniega. Y lo que les falta.

Porque si su nombre hace referencia a un cuerpo menor del Sistema Solar, no menos cierto es que su estela de luz ilumina el firmamento y hace que muchos acudan a la llamada atraídos por la luminosidad cegadora. Tal vez por eso mismo esa noche llenaron hasta los topes el Antzoki de un público entregadísimo, que agitaba cabelleras y se sabía de memoria sus canciones, demostrando que en cuanto a nivel de convocatoria podrían medirse con cualquier combo de fuera.

La cita comenzaba con Old Days Dawn, que al igual que los protagonistas de la velada, también incidían en esa fijación sonora por los noventa, asemejándose en los escasos momentos en que metían tralla a los Pearl Jam de “Do The Evolution”. No obstante, la tónica general de su bolo fue bastante pausada y las composiciones tirando a flojas no nos parecieron nada del otro mundo, pese a que el personal pareciera sintonizar con su propuesta. Quizás todavía necesiten mayor rodamiento.

Conseguir unas señas de identidad propias debería ser una de las principales preocupaciones a la hora de formar un grupo y eso llama la atención de inmediato en el nuevo material de Quaoar, que han logrado consolidar un espacio a medias entre Opeth, Led Zeppelin y todo aquello que se dio por llamar grunge, una escena que les impactó sobremanera si uno escucha con atención sus canciones.

Con la vista puesta en presentar su reciente ‘Dreamers. Dreaming’, recurrieron de primeras a “Chatterbox” para sumergir a la muchedumbre en una sesión que tuvo mucho de chamanismo, tanto en lo musical como en los bailecitos tribales que se marcaba el vocalista Iñigo al compás de los tambores de Bjorn. Sin perder el aroma del peyote, “Love The Muse”, de su anterior trabajo ‘The River & The Soul’ anticipó esos frecuentes contrastes que son una de sus características en directo.

Algo que también se traslucía en la novedad “Go To Momo”, con esas guitarras acercándose más que nunca a Jimmy Page y compañía, mientras la voz se iba por los cerros de Seattle. Muy épica les quedó esta pieza, en especial en ese cambio de tercio que pegan a los tres o cuatro minutos para inundarse de wah-wahs que la peña saludaba con “hey”. Ahí se lucieron de lo lindo Josu y Hugo a las seis cuerdas levantando casi un monumento a la electricidad primigenia setentera. De enmarcar.

En consonancia con ese espíritu de superación que inunda su presente álbum, el voceras incitó a seguir nuestros sueños y se antojó una especie de predicador al que la congregación respondía con devoción, como cuando en “A Big Hole” cantaba “see my hands” y los fieles extendían las manos al igual que en una eucaristía. Ya lo hemos dicho, pero no está de más recalcarlo, la entrega fue desbordante desde cualquier punto de vista.

Otra de las piedras angulares del show fue “The Man Drained of All”, con sus colosales casi nueve minutos, un sobrecogedor in crescendo que va desde el sosiego hasta la explosión de alambicados ritmos y registros en los que Iñigo pone a prueba su versatilidad a la voz. Relajaron con la acústica “Fable”, con Josu a la guitarra sentado en las escaleras del Antzoki, mientras el frontman le acompañaba a las maracas.

Y el adelanto “Tough Guy” contó con una buena multitud agitando las cabelleras, en un tiempo récord se ha convertido en un clásico en su trayectoria con vida futura asegurada. “¿Alguna vez estuvisteis enamorados como cuando erais niños?, preguntó Iñigo antes de decantarse por “Childish True Love”, volviendo de nuevo la vista hacia los noventa con su aire Pearl Jam total.

Sin olvidarse de “Memento Mori”, otra de esas para dejarse el cuello, finiquitaron con “Home”, la pieza que cierra el plástico y que se tornó la mejor decisión posible por su atmósfera de coda con esos coros que se van repitiendo hasta la extenuación a modo de mantra y que representan un vestigio en la actualidad de su alma más puramente progresiva. El único bis “My Anger Runs” reincidió en esa línea y certificó su maestría para los desarrollos instrumentales sin olvidarse del gusto por la melodía. Quizás hubiéramos deseado algo más enérgico para despedirse, aunque en su parte final alcanzaran cotas de intensidad importantes.

La verdad es que echamos de menos nuestra preferida del último disco “Goodbye”, no entendemos cómo pudieron dejarla fuera, si bien alternaron con sabiduría en el repertorio los remansos de paz con las odas a la pura electricidad setentera. Siempre es motivo de alegría empero que una banda local pete una sala y exponga a los ojos de los escépticos el nivelazo actual de la escena vizcaína. Un sueño de los justos a la espera de reconocimiento más allá de nuestras fronteras.

Texto y foto: Alfredo Villaescusa

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Esta entrada fue escrita por Redacción

3 comentarios

  • Juandie dice:

    Interesantes estos QUAOAR con esa mezcla de grunge en su música y buena crónica en tierras vascas por cierto.Puede que tenga buena pinta su nuevo álbum (Dreamers,dreaming)!!!

  • vedder dice:

    pero juandie si tu no escuchas esos grupos que haces copiando y pegando la noticia anda aprende y luego habla paleto

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