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PUCELA RESISTE...

Y volvió a reencontrarse con una cita ininterrumpida desde hace dos años que ponía, y vuelve a poner, banda sonora rokera a la gran causa solidaria con la Fundación ASPAYM en defensa de un país sin barreras para los parapléjicos y grandes discapacitados de Castilla y León, reunidos bajo esas siglas. Por aquí han pasado en sus seis ediciones anteriores Medina Azahara, Celtas Cortos La Fuga o Lujuria entre otros muchos que junto a los grandes patrocinadores locales siempre están al lado de esta gente por la gran labor que realizan.
Este año el cartel ha tenido sólo presencia local gracias al trabajo del animoso líder y batería del cuarteto Presidio, José Hermosa, que ha conseguido poner de nuevo la fiesta-concierto en candelero para pasar unas horas tan entrañables como divertidas. Se llenó la espléndida Sala Mirador de Cristal -a orillas del Pisuerga, en una de las partes más modernas de Valladolid- cedida por el Ayuntamiento para otra jornada inolvidable, con las primeras filas ocupadas por jóvenes fans en sus sillas de ruedas acompañados por familiares y amigos. Ellos fueron los grandes protagonistas de una velada que arrancaba a las nueve de la noche para acabar de madrugada con el “as de copas” Gonzalo Herreros y el Mariskal pinchando y haciendo bailar tanto a los de las sillas como a los que no querían que aquello acabara. Todos ayudamos a reivindicar una cita que quizás este mismo año tenga su mejor refrendo con la reunión en un concierto único en recinto grande de todos los grandes nombres que han pasado por sus siete ediciones. En eso anda el manager de Celtas, Edu Pérez; ni él ni Jesús Cifuentes, líder del combo, faltaron a la fiesta.
En lo musical, cartel con lo mejor de la cosecha local, recurriendo al argot vitivinícola de unas tierras donde tanto entronca el vino con el  rock y los festejos. Se cantó y se bailó mucho desde que los Siniestro Fatal, con miembros de Celtas en este proyecto alternativo, arrancaron recreando los mejores temas de los gallegos eternos. Luego los Seiskafés pusieron la sala patas arriba con ese ska tan a lo Ska-p que los convierte en uno de los mejores conjuntos del estilo en nuestro país.
Pero la noche era de Presidio presentando su flamante plástico ‘La Edad de los Esclavos’, que por fin ha salido redondeando una formación de metal con tantas ganas como talento para heredar en estas tierras todo ese legado poderoso entre Metallica y Pantera. Arrastran a un buen grupo de adeptos que no paran de saltar y cantar desde el primero al último de los temas. La base de bajo y batería –Cougil / Hermosa- es una apisonadora, el que parece
ser el definitivo cantante después de varios aspirantes, Álvaro del Pozo, un fiel discípulo de Anselmo, y el guitarra Jorge Gutiérrez un “máquina” que se lo toca todo.
En definitiva una noche de reencuentro y confraternidad para que este acto solidario siga bajo los mejores acordes y los mejores nombres.
Texto: Paganini
Fotos: Eduardo Almeida

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