PHOENIX RISING: VOLANDO HACIA EL FUTURO

3 mayo, 2012 2:13 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Sala Rockitchen, Madrid

Una buena representación de lo más fulgurante del futuro powermetalero de nuestro panorama se citó en los albores del puente de mayo en la capital del Estado para demostrar fehacientemente que el estilo rebosa de vida y que el motor que genera nuevas bandas de calidad sigue engrasado de sobra. Habrá crisis, pero no en el talento. Tampoco debería haberla en la respuesta de un público que pese a lo asequible de la entrada tuvo una representación mejorable, apenas dos centenares de personas, si bien lo particular de las fechas pudo ser un factor decisivo.

Los madrileños Phoenix Rising, previamente conocidos como Quinta Enmienda, comandaron la épica expedición, custodiados por los sensacionales Allegro From My Requiem y los getafenses Chisme Animal. Estos últimos, previa presentación de nuestro locutor Oscar de Iría,  fueron los encargados de inaugurar el show y lo hicieron con un buen puñado de canciones de su debut discográfico, ‘Extinción’, como “Ruinas de un Corazón”, “Sólo Quedan Animales”, “Carne Muerta” o “En el Fin de los Días”; además de una cover del “I Want Out” de Helloween. Lo cierto es que, si bien esgrimieron buenas ideas, hay un dilatado margen de mejora y tablas por coger. Tienen todo el tiempo del mundo por delante para innovar más y forjar un sello propio que, rubricado con una consistencia aún por conseguir, les lleve más alto. Mención aparte hay que hacer del simpático bajista, Javier Marbán, que no cesó de hacer muecas y locuras como tocar entre el público, revolcarse por el suelo o mordisquear la pierna del vocalista.

Tras la correspondiente presentación de Óscar, la lugrubidad de la intro orquestal que dio paso al concierto de unos exuberantes Allegro From My Requiem se cernió sobre toda la sala, que poco a poco iba cogiendo más colorcillo. Con la salida a escena de la banda madrileña, que lleva unos cuantos años descargando su potente y esbelto power metal progresivo por multitud de escenarios y que por fin lo verán cristalizado en un inminente primer elepé, el listón subió notablemente. Técnicamente exquisitos, con especial lucidez por parte del virtuoso guitarrista Antonio y del hábil teclista Miguel, siempre enfático en animar a todos los presentes, nos sumergieron en su particular atmósfera musical de fantasía melódica con “Look At Me” y “Némesis”. Con cierta vocación progresiva, sin renunciar a un power metal ágil y vibrante en el que los estribillos y los solos enganchan a partes iguales, se sucedieron cortes como el homónimo “Allegro From My Requiem”, “Rage”, “777 (Reasons to See you Smile)” o la abanderada “Why”. Los juegos de voces entre las dos cantantes femeninas Chelo e Irene, y el vocalista protagonista Javier Vega pasaron el corte, y la ecualización les acompañó para dotar de poderío y equilibrio a una ejecución digna de loa. Con “Crying For Eternity”, “Nocturnal Orchestra” y “Beyond My Destiny” completaron una gala que dijo mucho sobre las capacidades de una banda que, además, posee una marcada personalidad que les encumbra para no ser más de lo mismo.

Una vez efectuados los pertinentes cambios de equipo, llegó al fin el turno de los aclamados Phoenix Rising, que con la salida de su magnífico segundo álbum, primero con esta denominación, ‘MMXII’, han subido como la espuma y más que lo harán. Pretenden volar y deslumbrar sobre el panorama europeo, como seguramente lo haría el fénix que les presta el nombre, y no escatiman en esfuerzo y dedicación para ello. Los primeros pasos ya están dados, y buena prueba de sus aspiraciones es el haberse liado la manta a la cabeza y haber echado el resto para presentar el álbum en una sala de aforo considerable como es la Rockitchen. Seguro que a la próxima, la afluencia es mayor.

Una vez reproducida la intro, fue “Agoraphobia”, buque insignia de su última obra, la primera en sonar y lo hizo con esa aureola hímnica que le distingue, si bien en directo puede que pierda algo de la épica envolvente que le otorga el estudio con esos grandilocuentes coros. Para “La Profecía”, el solvente vocalista Miguel González ya empuñó la guitarra para unificar su destreza con la del guitarrista Daniel Martínez, que cuajó un show soberbio muy bien dispuesto frente al público y cumpliendo sin fisuras con su cometido a las seis cuerdas, algo que también haría, pero al teclado, el aventajado Jesús M. Toribio, cuyos ineludibles solos bien merecieron un sonido algo mejor.

Poco tardaron en retroceder hasta su primer álbum, aquel ‘Ne Bis In Idem’ editado bajo el apelativo de Quinta Enmienda pero que sigue teniendo una gran importancia para la banda. Interpretaron entonces “El Viejo Código”, un tema que versa sobre la guerra y que dio paso a la adictiva “Noche Eterna”, ya de vuelta a su nuevo plástico. Para ella contaron con la voz del vocalista invitado Alberto Escarlata, que dio buena cuenta de su potente garganta a dúo con Miguel. Potencia tampoco le falta a Iván Méndez, que se marcó un entretenido solo de batería con acompañamientos tales como pasajes la BSO  de Star Wars.

Un nuevo invitado, esta vez el violinista Pedro Quirico, puso color a la hímnica y aguerrida “Rabia y Dolor”, que resultó ser uno de los puntos álgidos de la velada a pesar de los problemas iniciales con el sonido del violín y a que solo habían ensayado la colaboración esa misma mañana. Quién lo diría.

Un poderoso agudo nos hizo descender a las fauces de la tierra con “Desde el Infierno”, con la que también nos trasladamos de nuevo al primer redondo del grupo, para volver a su material más actual de la mano de la emotiva balada “El Cielo y la Tierra”, en la que Ana Victoria, la guapa vocalista, procedente de un grupo de pop-rock llamado La Vecina del Sexto,  que se encargó de las voces de apoyo a lo largo del concierto; compartió el protagonismo con Miguel, dando lugar a un dúo muy conseguido.

“Oscuro Amanecer”, que arrancó haciendo honor a su título, “Éxodo”, “Almas Errantes” y “Era de Luz”, de nuevo con Alberto Escarlata, allanaron el camino a unos bises centrados exclusivamente en su álbum debut. Precisamente la intro que lleva su nombre, ‘Ne Bis In Idem”, fue la que sirvió de prólogo de “Mi Libertad”, tras la que la ilustre “Dulce Prisión”, que difícilmente desaparecerá alguna vez de su repertorio, puso el punto y final a la velada, y el punto y seguido a una carrera prometedora que tiene su próxima parada ya mismito, este próximo 5 de mayo abriendo para Dünedain en la sala Caracol.

Texto y foto: Jason Cenador

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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