MONSTER MAGNET: PONCHE DE ÁCIDO MAGNÉTICO
11 febrero, 2014 12:48 pm 7 Comentarios6 de febrero de 2014. Monster Magnet aterrizan en Madrid cuatro años después de su última visita a la capital con el notable “Last Patrol” bajo el brazo. Pocas sorpresas en una fría noche marcada por la anticipación: Dave Wyndorf anunciaba en la web del grupo hace unos meses que, en los conciertos de la gira europea, la banda tocaría el nuevo disco íntegro de principio a fin. De postre, se prometía la inclusión de algunos clásicos del pasado. Una decisión a la par valiente y controvertida de la que se pueden extraer dos lecturas diametralmente opuestas.
La primera, positiva. Sorprende que en un mundo en que el valor físico de la música se ha perdido en detrimento de lo virtual (el archivo digital y la música en streaming), un grupo apueste por la defensa a ultranza de un formato (el disco) desgraciadamente caduco para las nuevas generaciones. Algo demodé en un planeta que orbita en torno a la canción, endeble columna vertebral de la playlist de Spotify, ese infame epítome de la modernidad musical. Vista desde ese prisma, la determinación de Monster Magnet merece el aplauso hasta del más escéptico. Más si tenemos en cuenta que “Last Patrol” supone una declaración de intenciones en sí mismo: el abandono del hard rock con vocación de estadio que la banda ha estado componiendo a lo largo de la última década en pos de la psicodelia espacial que les vio nacer.
La segunda lectura es negativa. La falta de espontaneidad en la ejecución del track list de un LP de principio a fin hace que el público se enfríe y que la banda interprete a piñón fijo. Y eso en el mejor de los casos. En el peor, los músicos parecen perdidos y aburridos en temas menores que, en otras circunstancias, jamás llevarían al directo. Ya que, aunque “Last Patrol” suponga un repunte digno de elogio en una carrera en horas bajas, el disco no alcanza ni las cotas magistrales de la hibridación sludge/psicodelia/stoner presente en clásicos de la talla de “Superjudge” (1993) y “Dopes to Infinity” (1995) ni la excelencia hard rocker de “Powertrip” (1998).
Una tarde lluviosa y la cancelación del show de los teloneros Steak, víctimas de robo y vandalismo en su furgoneta de gira en Barcelona, enrarecieron el inicio de un show que comenzaba anticipadamente y de manera tibia. Monster Magnet se subían al escenario abriéndose paso entre el público de la sala, en vez de salir desde el acceso del back stage. Minutos antes, el propio Wyndorf caldeaba el ambiente desde el segundo piso de la Sala Arena haciendo fotos con su cámara al respetable, que respondía con gritos entusiastas y brazos coronados con dedos en forma de cuernos.
Acople de guitarras y delay en una intro digna de su mejor space rock dan paso a “I Live Behind the Clouds”, primer corte del nuevo álbum y, de acuerdo con lo prometido, también de la noche. La voz de Wyndorf resuena imponente en la irregular acústica de la sala. La contenida actitud del cantante, menos lúbrica y obscena que en su anterior etapa de excesos, provoca extrañeza. Sobriedad de movimientos y una mayor concentración en la guitarra, que le lleva a su mesa de pedales en todos y cada uno de los momentos instrumentales de la noche. Con los años, Wyndorf pierde punch, pero no carisma. Cada vez que se acerca al micro, sube el pan. La gente grita, enloquece y una marea humana de manos trata de establecer con él un contacto físico imposible.
El certero arranque se confirma con la segunda “Last Patrol”. No obstante, pese a las ganas que le ponen los músicos, en especial el carismático guitarrista Phil Caviano, el sonido se resiente. Las cuerdas vocales de Wyndorf se esconden entre el muro de guitarras y la batería monolítica. El outro del tema se alarga, superando la canción los diez minutos de duración a causa de una tormenta en forma de solos de guitarra, humo y poses metaleras que harían enrojecer a los propios Spinal Tap.
La energía decae con “Three Kingfishers”, su versión del psicodélico tema de Donovan, seguida de “Paradise”, que levanta los ánimos de la sala gracias a su enérgico crescendo. El sonido mejora y el público responde, alcanzando el paroxismo en “Hallelujah”, que funciona como un tiro gracias al vínculo de complicidad creado por centenares de manos dando palmas al unísono. Con el single “Mindless One” el sonido vuelve a encajar. El grupo lo sabe y hasta el propio Wyndorf olvida su contención encandilando a las primeras filas gracias a una teatralidad hasta el momento olvidada.
Pero justo cuando la maquinaria comienza a engrasarse, Monster Magnet cae en su propia trampa. El siguiente tema de acuerdo con el track list del LP es “The Duke (of Supernature)”, un corte flojo que sume al grupo y al público en un sopor subrayado por los flojos visuales que se proyectan tras ellos (una monótona repetición de espirales y emulsiones ácidas que, con pocas variaciones, se van a repetir en bucle a lo largo del show). Pese a la digna “End of Time”, que levanta los ánimos de una audiencia cada vez menos exigente, la primera parte del concierto se cierra con el anticlímax de “Stay Tuned”.
El público ruge y pide la vuelta de los músicos al escenario con la promesa de unos bises memorables resonando en su mente. El resultado vuelve a ser agridulce: la elección de temas es inmejorable, si bien raquítica. Monster Magnet arrancan los bises con “Twin Earth”, una elección que hace prever un repaso del material más psicodélico de la banda, hecho confirmado con la siguiente “Look to Your Orb For The Warning”. El grupo se crece y el tramo final del concierto se convierte en la mayor justificación del mismo. Con la penúltima bala, tiran a dar. “Dopes to Infinity” arranca los primeros y únicos saltos de la noche. El tema se cierra con una ovación que da paso al arranque de “Space Lord”, single y emblema del cuarto álbum de la banda, “Powertrip”. La intro acústica se alarga para acompañar el speech de despedida de Wyndorf, que culmina con su clásica petición de ayuda con las dobles voces. Una petición innecesaria, como demostrará el cierre de la primera estrofa, cuando hasta los camareros de la sala parecen desgañitarse berreando “Space Lord Mother Fucker!”.
Un final catártico para una noche de sentimientos encontrados. De la esperanza ante el renacimiento de uno de los grupos más potentes que ha dado el rock duro en las últimas décadas, a la decepción frente a la tacañería final de Wyndorf y los suyos. Hora y media de rigor repartidas desigualmente en nueve canciones nuevas y cuatro clásicas que saben a muy poco. En el tintero, joyas del calibre de “Tractor”, “Negasonic Teenage Warhead”, “Powertrip”, “Bummer”, “Superjudge” o “Medicine”, así como la posibilidad de haber recuperado temas hace tiempo olvidados en directo. Una inmejorable oportunidad perdida para un grupo que, irónicamente, vive la mejor de las segundas oportunidades.
Texto: Daniel López Leboreiro
Foto: Kike Mayor
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7 comentarios
Buenos temas en directo de esta gradisima banda del mejor HARD HEAVY de los noventa y según se aprecia en la crónica su directo en ARENA fue mejor que directos anteriores que dejarón mucho que desear pero en MADRID se superarón y volvierón a la caña de antaño y DAVE WYNDORF con menos kilos es más cañero aún!!!
Joder Juandie, siempre los mismos comentarios tío. Yo creo que tienes que ser un niñato de 14-15 años que se cree más heavy que el viento y se siente como el que más hablando como hablas y no haces más que decir las mismas tonterías de siempre. Y siempre que se estrena algo, dices "a ver si se ponen un video los de mariskalrock..." Joder, tu es que no sabes buscar por la red, en YouTube o que? Te lo tienen que dar todo mascao... Lo dicho, espero que seas un chavalote por falta de madurar porque como tengas treinta y tantos o más menudo engendro de tío vamos...
Cachorro, Juandi se cree más heavy que el viento cuando el grupo es heavy, más punky que el kalimotxo cuando el grupo es punky, más ska que las martins cuando el grupo es ska...et etc.En definitiva, o es la redacción de la revista o se trata del peor de los casos de falta de criterio musical
Que salga en todas las noticias lo primero es porque entiendo de sobra y lo segundo porque me da la gana con lo cual si eso te "molesta" vuelve a la cuadra de la que prodeces NIÑATO (cachorrillo baboso)!!!!
Jajajajaja. Cuanta razón
Y encima el que menos entiende de música "critica".Sal buscaté "amigos" y espabilate EMPANAO (pablucho gogo)!!!
De nada PRINGAO (karina)!!!