LOS CORONAS: UN UNIVERSO DE MADRID AL MUNDO
9 diciembre, 2013 2:06 pm 2 ComentariosHay gente con un mundo interior tan inabarcable que deslumbra. Tipos auténticos, veteranos sin prejuicios que nunca tuvieron problema en mojarse las manos si era menester y por supuesto tampoco anduvieron escondiendo sus influencias, incluso aunque fueran políticamente incorrectas en determinados sectores. Algo parecido hicieron en tiempos de La Movida madrileña Gabinete Caligari cuando trastocaron el transgresivo panorama musical de la época reivindicando casticismo, pasodobles o el toreo al grito aquel de “somos fascistas” que no se creían ni ellos y algún que otro tonto tomó como verdad absoluta.
De una riqueza semejante a las creaciones oníricas del director David Lynch es el universo de Los Coronas, un peculiar cosmos en el que confluyen el surf rock instrumental, la visceralidad de Tarantino o el spaghetti-western de Morricone junto a folclóricas, tauromaquia y demás esencias de la España profunda. Un abrazo en el que se funde lo de aquí con lo de allí, aunque siempre situando el acento en ese lugar que Ernest Hemingway definiera como “la capital del mundo”.
Seguramente estos personajes míticos de la escena rockera de Malasaña nunca pensaron que lo que comenzó como un simple divertimento a principios de los 90 llegaría a gozar incluso de repercusión más allá de nuestras fronteras, según lo atestigua una reciente gira australiana de hasta doce fechas. Con tales antecedentes, no sorprendió que su paso por el Antzoki bilbaíno rozara el lleno absoluto, con una abundante representación de chicas con pelo recogido y camisetas arremangadas al borde del pudor.
Y con proyecciones rindiendo homenaje a las féminas elegantes de antaño con peineta y lunar, Los Coronas iniciaron el metraje de esa película en la que se transforman sus conciertos con la intensidad épica de “Adiós Sancho”, pieza homónima de su último disco en estudio dedicado en exclusiva a ese animal escénico que era Sancho Gracia. El aire tarantiniano de “Cleopatra Stomp” ya desató los primeros bailoteos por el recinto, no les hace falta ni hablar para meterse al público en el bolsillo de un plumazo y conseguir que allí suenen más palmas que en un tablao flamenco en “La Leyenda Del Solitario”.
Y si el espectáculo no cesaba abajo, tampoco arriba, con mástiles al cielo o los hachas moviéndose a ritmo de pasodoble, igual que si bailaran con la guitarra. No menos vistosa era la alucinante manera de tocar de pie del genial batera Loza, atreviéndose con ritmos ramonianos en “Rockaway Surfers” y hasta reservando el único momento cantado del show para una versión en castellano del mítico “Poison Ivy” de Leiber y Stoller registrado inicialmente por The Coasters y homenajeado por infinidad de artistas. Sin duda, de lo mejor del recital.
Su paleta de colores incluye tal variedad cromática que en ningún momento la cosa se hizo pesada, y eso que superaron las dos horas con holgura, pues del ambiente de disco casposa setentera aflamencada en “Baila Lola” se pasaba al refinamiento de los individuos que piden Martini mezclado pero no agitado en “Agente Triple”. Lo suyo es como una sucesión de variopintos filmes que se suceden ante nuestra retina con una naturalidad pasmosa y lo más impactante es que el respetable se entrega totalmente a ellos, ya sea ejecutando danzas indias que ni en honor a Manitú en “Fuerte Comansi” o esos instantes, en “Dance Danny Dance” por ejemplo, en que las féminas se descontrolaban a bailotear estilo vintage mientras los tíos observaban con notable interés y cierto acaloramiento esa inefable estampa. No era raro que en la mencionada situación los machos apenas pestañearan o permanecieran imperturbables cual insectos palo, estábamos en Euskadi.
Dieron cuenta del reciente EP ‘El Extraño viaje’ con el tema que popularizara Marisol “Corazón Contento”, artista a la que Fernando calificó como “rockera” y “sexy”. Quizás sea porque de peque nos tragamos junto a los abuelos unas cuantas pelis de aquel ángel cantarín que irradiaba luz, lo cierto es que siempre nos pareció una señora con clase al margen de las típicas divas folclóricas. Baste mencionar que en la actualidad vive alejada totalmente de la escena pública y ya a sus 15 años manifestaba su deseo de dejar el mundo de la farándula y del famoseo. Eso es dignidad.
Otras revisiones reseñables fueron “En el Lago” de Triana, casi irreconocible, con trompetas fronterizas y la peña batiendo palmas hasta la extenuación al punto de exclamar ‘olé’, o esa amalgama imposible titulada “Knights of Telstar”, que funde con precisión de orfebre el “Knights of Cydonia” de Muse con el “Telstar” de The Tornados, banda en la que tocara el padre del vocalista Matt Bellamy. Ya después de esto solo faltaba el pino puente.
Y eso quizás llegó cuando transformaron el archiconocido “Misirlou” de Dick Dale de la BSO de ‘Pulp Fiction’ en un sorprendente pasodoble, todo un alarde de originalidad. Tampoco se olvidaron de pasar por la piedra a Los Brincos, otros clásicos de la España preconstitucional, en “Flamenco”, aderezando además con imágenes políticamente incorrectas de corridas de toros. A estos desde luego no les asusta nada, sin complejos.
Para los bises salió Loza redoblando con aire marcial y levantaron polvareda del desierto en “Un Buen Día Para Morir” mientras se proyectaba un western con tipos con cara de malas pulgas. El baúl de adaptaciones surferas se antojaba inagotable y lo mismo cabían piezas tan distantes de su palo como el “Radioactivity” de Kraftwerk que dar una pirueta mortal concatenando el “Paint It Black” de los Stones con el “Day Tripper” de los Beatles. La eterna rivalidad deconstruida en un santiamén.
Impresionante lo de estos pedazo músicos a los que no les achantan los retos y cuyo universo de Madrid al mundo abarca más que cualquier cadena independentista. Una conocida dijo que son tan grandes que deberían tener una calle en la capital del Estado. Con directos de tal envergadura no le falta razón.
Texto y foto: Alfredo Villaescusa
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2 comentarios
Solo con los buenos músicos (SEX MUSEUM) que componen dicha banda seguro que harán buena música aunque nunca los haya escuchao y en su concierto se marcan buenas versiones de los ROLLING,BEATLES y TRIANA.Arrasarón en bilbo!!!
Brutal, increible y épico fue el concierto de coronas en el Antzoki. Cabrones, pero que muy cabrones, como ya no los hay. Y la crónica es de lo mejor que he leído sobre ellos, enhorabuena.