LEYENDAS DEL ROCK: CRÓNICA COMPLETA DE LA PRIMERA JORNADA

Tras nuestro informe de urgencia, os traemos ahora textos más detallados de lo que fue el primer Leyendas celebrado en Villena (Alicante), de cuyo Polideportivo Municipal vino el respetable contando maravillas más allá del propio cartelazo.

Octava edición del Leyendas del Rock y un gran paso adelante para la consolidación de este festival, con el cambio de ubicación desde tierras murcianas a la localidad alicantina de Villena, en un espacio realmente sensacional y con unas instalaciones que no hemos visto nunca en un recinto nacional para este tipo de eventos. Lo primero que tenemos que resaltar es que los dos escenarios principales (el escenario Jesús de la Rosa a nuestra izquierda, y el escenario Azuzena a nuestra derecha) estaban situados en un campo de fútbol con hierba natural, con una carpa cubierta donde servían bebidas y comida en la parte izquierda y un pequeño mercadillo con puestos a la derecha. En otra carpa cubierta a unos 200 metros de los otros escenarios, se situaba el escenario Mark Reale, un poco más pequeño pero bastante amplio, donde actuaban bandas nacionales con menos tirón, en teoría pero que fue decisiva para el éxito final.

Para los más previsores y con ganas de combinar el festival con un poco de ocio, se vendieron 625 bonos de piscina, que estaba situada al lado de los escenarios principales.

Entre los grandes aciertos de esta edición fue el comenzar cada jornada a las 16:30 horas, en vez de las 12 de la mañana como otros años, evitando las horas de más calor y permitiendo comer con toda tranquilidad en cualquier sitio. También la inclusión de algunos referentes internacionales en sus estilos, le dio un mayor empaque al evento. Otros aspectos reseñables fueron el poder alquilar unas taquillas, equipadas opcionalmente con cargadores para móviles, y los precios razonables de la barra, con los minis o katxis a 5 €, los bocatas a 4 €, los refrescos y cañas a 2 €, y el agua a 1 €.

El primer día, que como todos los habituales saben, es una jornada de puertas abiertas que la organización suele ofrecer al pueblo que les acoge como acto de agradecimiento, estaría marcada por la gran presencia de bandas de versiones, que demostraron un gran nivel interpretativo y una gran calidad musical en sus miembros, y una mezcla de bandas que se postulan como relevo generacional junto a clásicos consagrados.

Arrancaron el festival los malagueños Snagora, el primer grupo de versiones, que han elegido a Sangre Azul como su señal y bandera, y cuya reunión estuvo planeando por ediciones anteriores. Sonaron realmente bien y en su repertorio estaban temas como “Abre fuego”, “Piel de serpiente”,  “América”, “Dueño y señor”, que fue muy coreado por el público, o “Mil y una noche”. Grupo muy compacto, con una importante labor en los coros de todos sus miembros, que completó su actuación con “Obsesión”, “Cuerpo a cuerpo” y “Tal como soy” contando con la colaboración de los primeros asistentes ávidos de Rock & Roll. Esperamos a ver como suenan sus temas propios en directo.

Continuando con los tributos, llegó el turno a Judas Priest, de la mano de Iberian Steel, con el gran vocalista Gaby Boente (Force, Saratoga, Punto de Mira) al frente, que hizo un gran trabajo, aunque los más puristas y acérrimos del señor Halford dirán que se encuentra muy alejado de sus tonos. El público se mostró, bastante numeroso a estas horas, y muy participativo, coreó los grandes clásicos de los británicos, desde “Rapid fire”, “Metal gods”, “Electric eye”, “The green manalishi” , “Diamond & Rust” o “The ripper”.  “Breaking the law” fue la más aclamada, con un exultante Gaby que lucía cacha y camiseta sin mangas, haciendo poses para deleite de los fotógrafos. Para el final quedaron “Painkiller”, “Living after midnight” y “Hell bent for leather”  dejando a la gente con muy buenas vibraciones.

Los siguientes fueron Zenobia, primera banda original y que repetían con respecto a ediciones anteriores ediciones. Los logroñeses siguen creciendo con cada disco y cada concierto, y se postulan como una formación que tomará el relevo de algunas que van cediendo terreno o que desaparecerán. Su Power Metal Melódico con temas pegadizos y grandes estribillos ha calado entre los jóvenes seguidores, como pudimos comprobar en el Leyendas. Desde la inicial “La legión infernal”, pasando por “Alma de fuego”, “Armageddon”,  o el emblemático tema que compusieron junto a Dünedain “Unidos por el Metal”, hasta su tema estrella el poderoso “Lo llevo en la sangre”, sus seguidores les acompañaron cantando desde principio a fin todas las canciones. Se atrevieron a meter en el set “Vuelve”, sin lugar a dudas una balada que ocupará un lugar de honor en el Rock español, y cerraron un brillante show con “La tormenta”. Excelente el gran trabajo de Jorge Berceo y de un convaleciente Javi Herrero a las baquetas.

Cambio de vestuario y teníamos de nuevo a Gaby Boente homenajeando a Gary Moore con The Loner (sólo le faltó hacerlo a Dio con su otro proyecto Rainbow in the Black para hacer triplete). De este último grupo comparte a su guitarrista Luis Calzada, que realizó una brillantísima interpretación, salvando las distancias con el maestro irlandés. El repertorio elegido se basó en nuestra época favorita, con los temas más potentes y heavys de su carrera como “Victims of the future”, “Wild frontiers”, el tema que grabó con Phil Lynnot  “Out in the fields”, y “Over the hills and far away” que suele tocar Jorge Salán en sus conciertos. No faltó la preciosa balada “Empty rooms”, donde Gaby cambio de registro y demostró ser un todo terreno en los vericuetos del Hard y el Heavy Metal.

A estas alturas apenas quedaban rastros del calor veraniego, entre la montaña, el césped y la sombra de los escenarios, momento en el que Dünedain, los de Madrigal de las altas Torres (¿habrá alguien en su pueblo que pasee tanto su nombre como ellos?), hacían acto de presencia. Al igual que con Zenobia, con los que están hermanados, un público joven y fiel, no paró de cantar todo su espléndido repertorio, ya que la banda ha ido creciendo y pueden presumir de tener temas que a otras bandas les ha costando unos cuantos álbumes conseguir. Acostumbrados ya a su pelo corto, nos ofrecieron lo más granado de su historial como la inicial “Fiel a mi libertad”, “La rosa negra”, “Noche de sueños”, “La luz de mi oscuridad”, “Una razón” o “El año de la rabia”. Melodías, estribillos que seducen y la gente cantando con entusiasmo, fueron correspondidos por la banda con un intenso y magnífico final por medio de “Mi alma sigue sigue en pie”, “Por los siglos de los siglos” y “Corazón de invierno”. Fantásticos de nuevo y en un marco que les corresponde por su trayectoria.

Momento después para unos imprescindibles en la primera jornada del Leyendas, como los cordobeses universales Medina Azahara. Unos veteranos que han pasado por muchas etapas y algunos cambios en su formación, pero con una actitud y una puesta en escena de la que tendrían que aprender muchos, y que además saben adaptarse  a una audiencia más rockera de la habitual como es la del Leyendas. Era la primera vez que los veía con los nuevos miembros, como el bajista Juanjo Cobacho, y el batería Nacho Santiago, causándome una muy buena impresión, aunque Manuel Reyes es uno de los grandes bateras de este país.  Después de su clásica intro, empezaron  a desgranar su fantástico repertorio con la preciosa “Paseando por la mezquita”, las reivindicativas “Tierra de Libertad” y “Palabras de Libertad”, continuando con “Hay un lugar”, “Favorita de un sultán” o la potente  “Niños”, donde el gran Paco Ventura saca a relucir su faceta más heavy. No faltaron tampoco la versión de Triana con “Abre la puerta”, la de Camarón con “Al padre santo de Roma”, y la de Los Módulos con “Todo tiene su fin”, además de la bellísima “El lago”, donde Manuel Ibañez homenajea a John Lord, con unas pinceladas de teclados, y dos temas finales como “Necesito respirar”, que el público corea de forma enérgica, y donde el duo de voces de Manuel Martínez y Manuel Escudero, se muestra como uno de los grandes pilares del grupo. El broche final lo pusieron con “A toda esa gente”, que es el agradecimiento a los seguidores de la banda.

El momento más álgido de la noche se produjo con la presencia de los Mojinos Escozíos, con un público muy variopinto que se congregaba de forma multitudinaria.

El Sevilla, todo un showman, y al que algunos han conocido después de su faceta televisiva, supo dar como ya es habitual en él, un magnífico espectáculo que fusiona grandes dosis de humor y gracejo andaluz, con buenas dosis de Rock & Roll. Nos presentaron un par de temas de su nuevo trabajo como el homónimo “Semos unos máquinas” y “Viva er Yeti manque pierda”, además de temas de coña generalizada como “¿Me has dicho borracho? Donde la cerveza corría por el cuerpo del Sevilla, o temas muy coreables como “Ueoh!”, “Musho guay”, “La liebre”, “La pastilla de jabón”, “Por el culo” o “No tienes huevos”. Muy curioso nos pareció el detalle de ver a un policía nacional subirse por la parte de atrás del escenario, cuyo cometido final era tirar una foto desde cerca con su teléfono móvil. La parte final fue una auténtica fiesta con todo el púbico cantando “Que güeno que estoy”, “Las niñas del colegio de la Salle” y el medley con “Sevilla capullo”, “Gordo”. “Por el culo” y la versión de los Status Quo “No vale pan ná”. Gran acierto su inclusión en este primer día.

Turno después para una banda infravalorada como Santelmo, que cuenta con uno de los mejores guitarritas, compositores y arreglistas de este país con es el señor Jerónimo Ramiro. Con dos magníficos álbumes a sus espaldas, esta formación (me recuerda un poco el caso de Banzai por lo de dos magníficos discos, aunque con cantantes diferentes) se mostró como una maquinaria perfectamente engrasada, desde la gran voz de Nacho Ruiz (Arwen, Perfect Smile) los teclados de José Paz, la experiencia de Luisma Hernández al bajo, la contundente pegada de Jaime Olivares a los tambores y como no, el gran hacer y saber de Jero con las seis cuerdas. El repertorio, que se nos hizo cortísimo incluyó temazos como “Ana y el verdugo”, “Juicio a la muerte” “Roma a las puertas”, o los imprescindibles “Los creyentes”, “Bosque de hojas muertas” y una de mis favoritas “Junio del 44”, que Manuel Escudero inmortalizó en su primer trabajo. Hubo un recuerdo a la etapa de Jero en Saratoga con la muy celebrada “”Tras las rejas” y una festiva y cañera versión del clasicazo “I want out” de Helloween. Buenísimos.

Después de Santelmo, hubo una primera estampida tras Medina (sobre todo del público no rockero), mucha gente abandonó en recinto, aunque todavía quedaba una apreciable cantidad de personas. Tengo que confesar que no soy ningún devoto de las bandas de versiones, pero tenía muy buenas referencias de las dos que venían a continuación y realmente salí muy satisfecho de lo que vi.

Continuaron los sevillanos Stingers, que no solo clavan los temas musicales de Scorpions, sino que también llevan una vestimenta que refleja la estética de los alemanes con su ropa, las gafas que Rudolf Schenker regaló a su imitador, las letras del logo de la banda, o incluso el gran aguijón que emerge detrás de la batería. Sonaron sus grandes clásicos como “Coming home”, Bad boys running wild”, “The zoo”, “Make it real”, “Big city night”, “Loving you Sunday morning”, incluida su gran balada “Still loving you” excelentemente interpretada por su vocalista. Completron su actuación con “Robot man” de su primera época, “Winds of change” y las cañeras “Blackout” y “Rock you like a Hurricane”. Muy recomendables.

El plato final eran los vallisoletanos Iron What?, que ya vimos el año pasado de día, pero realmente su show gana enteros por la noche, porque se curran un buen espectáculo con pirotecnia, telones con jeroglíficos, esculturas de Eddies momificados, además de apariciones de varios Eddies en diferentes momentos del show, llevando la ropa adecuada y hasta dos preciosas púas. Y lo principal es que son grandes músicos y realmente lo bordan. En su actuación incluyeron “Aces high”, “Two minutes to midnight”, “Can I play with madness”, “22 Acacia Avenue” y “The Trooper” con su vestimenta de soldado y la bandera de la Union Jack. No faltaron “Wasted years”, “The Wickerman”, “The number of the beast” con el diablo correteando por el escenario, “Run to the hills”, “Iron Maiden” y “Moonchild”, que fue el inesperado cierre, pues a la banda se la cortó antes de que terminara el set completo. Una gran actuación y un magnífico cierre del primer día con una banda que nos gustaría que compusieran temas propios, porque calidad tienen a raudales.

Texto: José Luis Martín

Fotos: Iñigo Malvido / Antonio Vázquez (Stingers)

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