JOHN FOGERTY:"CANTAD, BAILAD, MALDITOS..."

Lleva razón el radionauta seguidor de nuestra web que me daba el cante por la tardanza en publicar esta crónica de una de esas noches donde los planetas de la magia rokera se alinean para vivir junto a otros tres mil una de esas citas que recordaremos todos por muchos años. Se juntaron muchas cosas. El excelente escenario en plena Casa de Campo madrileña montado para estos Veranos de la Villa, la predisposición de los "carrozas" y mucho nuevo rokero... pero sobre todo que fuera la primera vez que Fogerty visitaba Madrid además de otras tres ciudades, un tipo que ha compuesto y cantado un generoso puñado de los mejores temas de rock para varias generaciones sin etiquetas que los corearon y bailaron hasta desgañitarse.

A cada arranque de los "Green River", "Suzie Q", "Down On The Corner", "Proud Mary", "Have You Ever Seen the Rain" y el largo etcétera de su set de dos horas el recinto explotaba en júbilo y fiesta. Gente que no se había visto en su vida se abrazaba y bailaba como poseída. Poco que ver con los Metallica de ese día y el siguiente en el Palacio de la calle Goya, pero el mismo encanto y poder de la guitarra electrificada, que en manos de genios como Fogerty y Hetfield / Hammett elevan a la concurrencia al mismo planeta del rock más enloquecido y envolvente, como para que mi viejo amigo y fundador de la "Heavy Rock" Yeyo González, que estaba entre los sentados, bajara a la zona de los de a pie, donde yo mismo y la la peña que me rodeaba no parábamos de celebrar y bailar cada tema, incluido memorable "air guitar" en "Born On The Bayou" o "Rockin' All Over The World".

Fogerty marca un concierto que ya tiene ganado desde que pisa el escenario, porque son muchos años de escucharle con su Creedence sin que diera la cara por estos lares. Así las cosas, la predisposición es máxima, y él la eleva más con un super combo de esos músicos americanos que pueden ir del country y el blues al heavy sin despeinarse, pero sobre todo dando lecciones de cómo se toca rock & roll. Inolvidable experiencia bebiendo de las raíces de un movimiento que perpetua su reinado, no sólo con los grandes nombres del momento, sino que se reinventa en cada regreso de pionero d ela talla de este sesentón (64) que saldó con creces su deuda de más de cuarenta años con los fans de aquí. Otro que ya es de casa.

FOTOS: Antonio Martín