HELLFEST: BIENVENIDOS AL AVERNO
28 junio, 2011 12:05 pm 2 Comentarios¡Vamos al Hellfest! Ya lo habían dicho Barón Rojo, “los rockeros van al infierno”; pero no será el demonio el que nos reciba en este “festival del infierno”, sino un sacerdote que nos dará su más sincera bendición, Judas Priest. Para aquellos que desconozcan el Hellfest, diré que es un festival metalero que arranca en 2006 y se celebra cada año en la vistosa y monumental localidad francesa de Clisson, cercana a Nantes.
En esta edición, la masiva asistencia, más de 70.000 personas, y la calidad de su impresionante cartel, con más de cien bandas que representaron a todos los estilos del rock, auguran un futuro muy prometedor para este evento. Añádase la claridad del sonido –ni me zumbaron los oídos lo más mínimo-, la amplia oferta de bebidas –varios tipos de cerveza y vinos- y comidas –desde bocadillos y kebabs hasta platos elaborados-. Dispusimos además de un amplio mercado rockero, una sala de la empresa francesa de instrumentos musicales Woodbrass en la que podías tocar la guitarra y entrar en sorteos, espacio para firma de autógrafos por parte de las bandas, una hoguera nocturna para los más frioleros… Por lo demás, la pega de que el recinto del camping –por cierto, rodeado de viñedos- y la zona de conciertos se quedaron bastante cortas.
Podría contar maravillas de Clisson, pero me limitaré aquí a hacer un pequeño repaso de lo que fue el festival. Había dos escenarios principales y dos carpas, una de ellas dedicada al metal más extremo y la otra más alternativa. Dado la imposibilidad de cubrir a todas las bandas, centraré esta crónica en las más significativas, aunque sea éste un concepto relativo.
VIERNES
A las cinco y cuarto aparecen THE CULT en el primer escenario. Como bien dijo el ahora barbudo y barrigudo cantante Ian Astbury –me recordó un poco a la metamorfosis de Zakk Wylde de Black Label Society- no es ésta una banda metálica, pero sí saben algunas cosas sobre rock and roll. Creo que dejaron claro que siguen siendo una banda de culto, valga la redundancia. Era la primera vez que los veía en directo, y aunque me costó reconocer a Ian entre el matojo de pelos de su cabeza, pronto comencé a vibrar con las primeras notas de “Rain”, mientras el propio Astbury movía la pandereta. Lo siguiente fueron unos emocionantes tres cuartos de hora en los que no faltaron clásicos como “Sweet Soul Sister” o la mítica “She Sells Sanctuary”.
THE EXPLOITED continúan en el segundo escenario, a escasos metros del primero. La verdad es que estos escoceses saben bien cómo incitar al público con su potente puesta en escena y sus directas letras de protesta, a caballo entre el punk y el thrash metal. Wattie Buchan, el vocalista que siempre luce su típica cresta punk, se desgañitó durante todo el concierto, y el público vociferó las habituales “Fuck the USA”, “Sex & Violence” y “Beat the Bastards”, entre otras, al tiempo que se desmadraba delante del escenario. Simplemente, fue un concierto demoledor.
Nada más acabar The Exploited, salían los esperados DOWN en el otro escenario. Juro que se me acaba de ir la luz, y he de decir, además, que durante el concierto de esta banda no paró de llover, lo cual, a mi parecer, tiene mucho que ver con las cualidades interpretativas de Phil Anselmo, líder de la banda, pero es que la misma palabra “down”, suele tener ya bastantes connotaciones negativas. Inevitablemente, al ver a esta banda a uno le viene a la cabeza Pantera, y no faltó un comentario de Anselmo recordando y glorificando al gran guitarrista Dimebag Darrell. Hay que reconocer que los músicos de Down ejecutaron su repertorio con maestría, y la influencia de Black Sabbath en el sonido fue palpable. Anselmo se mostró muy sociable con el público, aunque su figura no es ningún ejemplo a seguir, sirva como ejemplo su consejo de que, si no fumamos porros, quizá deberíamos empezar a hacerlo, dicho ello delante de niños de todas las edades, pues hubo una buena concurrencia juvenil.
Llegaron las nueve, e IGGY AND THE STOOGES también. Cumplieron con su cometido, aunque para mi gusto el concierto resultó un tanto aburrido. Como siempre, Iggy no paró de hacer contorsiones y tirarse por los suelos, además de insistir en pedir botellitas de agua que apenas probaba. Sonaron temas como “Raw Power”, “Penetration” o “I Wanna Be Your Dog”, y parece que Iggy, que no se despidió sin antes enseñar el culo a la audiencia, está algo mayor para hacer lo que hace, quizá debido a los excesos que cometió de joven.
A las once y cuarto le llegó el turno a ROB ZOMBIE. Más que por la belleza de sus canciones, me quedé sorprendido por su teatral puesta en escena, iluminación e indumentaria. Me quedo con la canción “Living Dead Girl”, amenizada por unas chicas semidesnudas, y el solo de John 5.
IN FLAMES se encargarían de cerrar la noche, pero su crudo sonido no fue suficiente droga para sostenerme después de una larga jornada inicial.
SÁBADO
Ya de mediodía sonaban los ANGEL WITCH, banda poco conocida pero que perteneció a la New Wave of British Heavy Metal. Me impresionó su actuación y no pocos corearon los estribillos de sus canciones, como la homónima “Angel Witch”. Buen comienzo para una jornada que prometía.
Cerca de las dos de la tarde HAMMERFALL subían al escenario. El público, entre el que se podía ver a varios padres con sus hijos, los esperaba con ansiedad, y demostró su contento coreando los temas más emotivos, como el himno “Hearts On Fire” o la consagrada “Let The Hammer Fall”. Efectivos y dinámicos, Hammerfall no defraudaron.
Justo antes de las tres y media, saltaban al mismo escenario principal los míticos UFO. El cantante, Phil Mogg, se mostró muy simpático con el público, y dio pruebas de estar en plena forma, pues tanto él como el resto de la banda se entregaron por completo, y demostraron que son buenos músicos. Viejos rockeros sí –entre la audiencia también brillaban muchas canas-, pero con la misma vitalidad de unos chavales que empiezan con ilusión. No dejaron de sonar grandes temas, algunos más conocidos que otros, hasta que las notas del asombroso guitarrista Vinnie Moore introdujeron la más que esperada “Doctor Doctor”, canción del disco ‘Phenomenon’ que, como su nombre indica, es fenomenal. En una palabra, triunfaron.
Con el listón muy alto puesto por UFO, aparecían THIN LIZZY, una de las bandas más esperadas de la jornada. Los años de Phil Lynott han quedado muy atrás, pero la vitalidad y el carisma del guitarrista y cantante Ricky Warwick, que por momentos recuerda a Lynott, ayudan a que Thin Lizzy sigan siendo una leyenda viva dentro del mundo del rock. Al igual que ocurre con UFO, la edad no supone un problema, sino una ventaja, tal como sucede con los buenos vinos añejos. Canciones como “Jailbreak” o “Whiskey in the Jar” sonaron muy contundentes, y uno comprende por qué grupos de la talla de Iron Maiden y Metallica honran a las viejas bandas con sus versiones (Iron Maiden versionó “Doctor Doctor” de UFO y Metallica hizo lo propio con “Whiskey in the Jar” de Thin Lizzy, aunque en realidad la pieza es un clásico folk irlandés).
DESTRUCTION hicieron honor a su nombre, y dejaron huella de un poderío impresionante, tanto que por primera vez en el festival, recurrí a unos tapones para mitigar la potencia decibélica que emanaban los instrumentos de estos alemanes.
Seguidamente, se presentaron APOCALYPTICA en el primer escenario. Son un pedazo grupo de violonchelistas, pero cada vez que los veo no hacen más que recordarme lo buenos que son Metallica, pues en una hora de actuación no faltaron versiones de los temas de “Master Of Puppets”, “Nothing Else Matters” y “Seek & Destroy”, sin desmerecer temas propios como “Grace”.
En el escenario contiguo surgieron SODOM. Es una de esas bandas que, aún siendo contundentes en directo, ofrecen pocas sorpresas y uno ya sabe a lo que atenerse; no obstante, gozan de una gran vitalidad y no dejo de mover la cabeza con “Agent Orange” y demás clásicos de los germanos.
El ambiente comenzó a caldearse un poco más antes del inicio de BLACK LABEL SOCIETY, y se veía abundancia de chalecos de cuero negro. Zakk Wylde no destaca ni mucho menos por sus dotes de vocalista, aunque ha ido mejorando, pero es innegable que el sonido de su guitarra otorga una fuerza extraordinaria a la banda; de todas formas, ya suena algo monótono, y no es de extrañar que Ozzy no quisiese un sonido a lo BLS en su propia banda. Todos los temas sonaron con propiedad pero, aparte de lo musical, me hizo mucha gracia Zakk con una corona de plumas en la cabeza que le otorgaba un aspecto muy indio.
KREATOR fueron los siguientes en salir al escenario, y se respiraba tensión en el ambiente, mezcla de la expectación por ver a Scorpions y de la brutalidad que desprenden los propios Kreator. Pareció declararse una guerra en el público, mientras Petrozza, convertido en una bestia enfurecida, escupía trallazos de thrash metal a través de sus cuerdas, tanto vocales como de guitarra. “Endless Pain”, dolor infinito, define muy bien la filosofía musical de estos alemanes que, al lado de Destruction y Sodom, hicieron una fiesta para los seguidores del thrash.
Y después de las once, más tarde de la hora programada, llegaron SCORPIONS. Fans de todas las edades se dispusieron a ver a estos otros alemanes, que nada tienen que ver con los anteriores. Es la gira de despedida de esta titánica banda, y da rabia saber que unos músicos con tanta energía y creatividad quieran poner punto y final a un grupo que tanto éxito ha cosechado gracias a sus grandes canciones. La voz de Klaus Meine, que fue el que menos participó en el concierto, ha ido perdiendo poderío, aunque ello no quita que haya sido una de las mejores voces en la historia del rock. Tanto los guitarristas Matthias Jabs y Rudolf Schenker como el batería James Kottak, que hizo un enérgico solo, estuvieron pletóricos. No faltaron las archiconocidas “Holiday”, “Still Loving You” y “Rock You Like a Hurricane”, pero sí se echó en falta alguna que otra canción, como “Wind of Change”, y es que tocaron una media hora menos de lo que se esperaba. Pese a todo, merecieron bien el aplauso del público.
Ya de madrugada, los suizos CORONER cerraban la segunda jornada de festival. Es un grupo potente en directo, aunque esta vez, puede que condicionado por el cansancio acumulado, me resultaron un poco monótonos, y más de uno se marchó a mitad de concierto. Con todo, los que decidimos quedarnos pudimos escuchar temas como “Reborn Through Hate” y “Divine Step”.
DOMINGO
A las dos menos veinte tocaron FIREWIND, grupo griego en el que milita Gus G., el ahora guitarrista de Ozzy Osbourne. Desconocía esta banda casi por completo, pero me causó muy buena impresión, tanto por su vitalidad como por la calidad interpretativa de sus componentes. Un buen entrante para la que para la mayoría fue la gran jornada del festival.
LOADED, banda del bajista Duff McKagan, subieron al escenario a las 3 y cuarto. Lo que es sonar, sonaron bien, pero no es banda de mi gusto -musicalmente, no me dicen nada, y hubiera preferido ver a Velvet Revolver-, así que opté por irme a comer, pues lo mejor estaba por llegar.
A las cinco de la tarde comenzaron a tocar CAVALERA CONSPIRACY. Nunca veo sus conciertos enteros, y esta vez no fue menos. Max Cavalera y los suyos tocan de una manera muy enfadada, como si estuviesen en contra del mundo, y el sonido que producen es tan crudo que no se digiere fácilmente. El público la montó a lo bestia, y no me extrañaría que más de uno saliese lesionado –al final del festival, alguno que otro lucía ojos morados y tiritas por la cara-. A mi parecer, lo que hace esta banda se acerca mucho más al ruido que a la música, pero aun así disfruté con viejos temas de Sepultura como “Roots Bloody Roots”. Lo mejor fue cuando un pequeño sobrino de Max salió al escenario a saludar al público. Gustos aparte, la entrega de la banda fue total.
Cinco minutos después de las seis aparecían ANATHEMA. La música más bien pausada que hacen estos músicos de Liverpool sirvió como descanso a nuestros oídos después de la tralla recién recibida. Algunos aprovechamos para sentarnos y disfrutar de un recital bien ejecutado, aunque por momentos uno se olvidaba de que estaba en un festival de rock.
Dieron las siete, y aparecieron MR. BIG. Conciertazo. No pensaba que me fuesen a gustar tanto, pero me equivoqué. El cantante, Eric Martin, parece un chaval a pesar de sus ya cincuenta años, y, a juzgar por su brío y la fuerza de su voz, como tal se comportó. Ni que decir tiene que el bajista Billy Sheehan, el más veterano de los cuatro, hizo gala de un dominio asombroso de su instrumento, especialmente cuando tocó un solo que acabó a dúo con el guitarrista Paul Gilbert. Me gustaron especialmente “Baba O’Riely” y la versión que hicieron de The Who. Me faltó “To Be With You”.
Al poco de finalizar Mr. Big, llegaban DORO con su diosa del metal, Doro Pesch. Durante todo el concierto nos hicieron vibrar, desde la inicial “Earthshaker Rock” hasta la final siempre presente “All We Are” de Warlock. Doro sabe como meterse al público en un puño, que participó activamente con los coros. Especialmente emotiva fue la canción “Für Immer”, y muy de agradecer la sincera y permanente sonrisa de la cantante. Comienzo de la apoteosis que culminaría con las siguientes bandas.
¡¡JUDAS PRIEST!! Hay nombres que debieran ser escritos en oro, y éste es uno de ellos. Gira también de despedida de una de las mayores leyendas vivas del rock. Se notó la ausencia de K.K. Downing, que hace dos meses abandonó la banda, pero Richie Faulkner, su sucesor, supo cumplir bien con su misión. Halford sigue siendo un monstruo del metal, aunque, igual que le sucede a Klaus Meine, su voz ya pasó sus mejores momentos. Un gran telón negro con el nombre de “Epitaph”, que es la última gira, incrementaba la enorme expectación del público por ver a la banda, que tocó el inicio de “Rapid Fire” escondida detrás del telón. No faltaron una muy emotiva “Blood Red Skies”, “Hell Bent For Leather” con la usual motocicleta que monta Halford, “Painkiller” y “Nightcrawler”, “Breaking The Law”, “You’ve Got Another Thing Comin’” e incluso “The Green Manalishi (With The Two-Pronged Crown)”. Los estridentes gritos de Halford ya no son tan agudos ni tan duraderos, pero la sensación que le queda a uno en el cuerpo después de ver a Judas es más que placentera. Mi aplauso a una banda que lleva cuarenta años regalándonos los oídos con su electrizante heavy metal.
Los suecos THERION hicieron de ecuador entre Judas Priest y Ozzy Osbourne. Su teatral actuación fue bastante entretenida, y la definiría la música que interpretaron como dinámica y alegre, pero los ánimos ya estaban más puestos en el concierto inminente…
OZZY OSBOURNE. La última vez que había visto a Ozzy en directo fue en el Monsters of Rock celebrado en Zaragoza en 2007. Esta vez su actuación fue mucho mejor, y tampoco enseñó el culo al público –para eso, ya estuvo Iggy Pop el primer día de festival-. Ni siquiera la ausencia de Zakk logró minar el poderío que tienen Ozzy Osbourne, pues Gus G., el nuevo militante de la banda, supo tocar los temas a la perfección. Pudimos ver a un Ozzy brillante, con una voz digna de sus mejores momentos y un vigor en escena solo atenuado por los temblores de su enfermedad. Inauguraron el concierto con “I Don’t Know”, y fueron sucediéndose los clásicos hasta finalizar con la canción de Black Sabbath “Paranoid”, echándose en falta temas de sus últimos discos, que suplieron otros de Sabbath: “Iron Man”, “War Pigs”, “Fairies Wear Boots” y la ya citada “Paranoid”. Todos los demás temas tuvieron gran protagonismo: “Mr. Crowley”, “Shot In The Dark”, “Crazy Train”, “Bark At The Moon”, etc., incluidos solos de guitarra y de un simpático batería, Tommy Clufetos, y amenizados por esporádicos chorros de espuma que mojaban a los fotógrafos y a los que estábamos en las primeras filas. Hora y media de concierto que supo a poco, por lo bien que lo hicieron. Que sigas por muchos años, Ozzy.
Ya para despedir el festival, tocaron OPETH. Fue poco tiempo el que los vi tocar, así que no puedo decir cómo lo hicieron. Según me han contado, bien. Bueno, y aquí se termina esta crónica de un festival que, si sigue esta trayectoria, creo que se convertirá en una cita ineludible en los años venideros. Larga vida al Hellfest.
Texto y fotos: Artur Iglesias González
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2 comentarios
aki javimetal a ver si algun promotor tiene huevos de montar un puto festival asi en spain i ke dure años a nivel un poco menor estavan el metalway kobetasonik metalmania monster of rock etc.. donde coño estan año si año no desaparecen ademas kaen en las mismas fechas no entiendo nada si hubiese organizacion i buen cartel ja iria gente ya lo ke mira spain es asi lo ke digo a ver si alguien ke tenga huevos aga un festival asi pero bien organizado buenos servicios i las fechas ke no coincidan con demas festivales tenemos todo un año i siempre en 3 meses ochenta festivales juntos ala hell benth for leather
¡¡Que gran cartel y cuan excelente ha sido vuestra crónica!! Aunque esperaba también una breve reseña sobre el concierto de los Maximum, que tocaron en ese pedazo festival también.
Coinicdo con javimetal: España necesita un festival como el Hellfest de Francia YA.