GBH + M.C.D.: LA INTENSIDAD DE LA LLAMA

20 mayo, 2015 11:24 am Publicado por  1 Comentario

Sala Stage, Bilbao

M.C.D.

M.C.D.

Las siglas dominan nuestra vida. Desde las de partidos políticos que quisiéramos olvidar hasta aquellas con las que convivimos sin apenas darnos cuenta y que forman ya parte indisoluble del paisanaje urbano tipo VPO, RGI y tantas otras que reflejan esa odiosa burocracia de los trámites interminables que tan bien relatara hace un par de siglos Larra en su soberbio artículo ‘Vuelva usted mañana’.

Pero hay algunas palabras o acrónimos que no deberíamos olvidar nunca, esas cuya significado busca sacudir las aborregadas cabezas de los adalides de la corrección política, los mismos que coartan derechos en nombre precisamente de la libertad de expresión. Porque reconozcámoslo o no, por desgracia seguimos viviendo en un país de fachas, en el que se pide respeto hacia unas victimas mientras se humilla a otras, a la par que es necesario ponerse pieles de cordero para engatusar a los incautos.

Por eso continúa siendo más necesaria que nunca la rebeldía punk, desafiar el orden establecido, tenga uno 20 años o 40. Como Colin Abrahall, el carismático cantante de GBH que pese a sus pintas de señor mayor conserva todavía intacta la incendiaria actitud juvenil, impertérrito con su chupa de cuero, sus pantalones ceñidos y sus botas militares, un icono en el rollo de envergadura similar a aquella portada de Paul Simonon golpeando su bajo Fender Precision.

Ya se han pateado en repetidas ocasiones la península, pero siempre es interesante contemplar a unos de los máximos representantes de esa vertiente del punk que adoptó la mala leche intrínseca y la contundencia del hardcore, caso de Discharge o The Exploited. De hecho, hay fans que incluso se piensan que las siglas GBH responden a “Great Britain Hardcore” y no a “Grievous Bodily Harm” (lesiones corporales graves), cargo por el que imputaron a su bajista de los primeros tiempos Sean McCarthy.

En un ambiente plagado de veteranos, acompañaron a los de Birmingham los no menos míticos M.C.D., que presentaban su flamante doble disco ‘Con un par’. Desde que ficharan a Iñigo de Txapelpunk a las voces viven una segunda juventud que se palpa en redondas composiciones nuevas tipo “Como un perro” o “Imposible”, donde el personal aplaudió a rabiar y algunos hasta se la sabían, pese a que lleve escasos meses en el mercado.

Con la marcada personalidad de su vocalista, que seguramente sea el mejor que han tenido desde los tiempos de Rockan, se marcaron un repertorio antológico con clásicos absolutos del calibre de “No hay sitio para ti”, “Barrenkalle”, “Puta cerda”, “Ruido de sables”, muy apropiada justo unos días después de que un perturbado uniformado hablara de ilegalizar partidos, “Todo por nada” o el colofón etílico en “Entre Borrachos”. Podrían haberse cascado un concierto entero tranquilamente, muy grandes.

GBH

GBH

Rindiendo homenaje a los caídos apareció Colin Abrahall al mando de GBH, portando camiseta de Joe Strummer, con su legendaria pose apoyado en el micro cual Cristo crucificado que debería figurar en museos. No tardaron en desatarse pogos a la vieja usanza a medida que avanzaban un cancionero que quizás no varíe demasiado de una vez a otra, pero que se revela tremendamente efectivo, basta que se arranquen con “Necrophilia” “State Executioner” o “Alcohol” para que el entusiasmo de la parroquia se desborde y los punkis de pedigrí muevan levemente la cabeza con satisfacción.

Conservan intacta la actitud a las tablas y Abrahall se consolida como una influencia enorme en multitud de jovencitos y algunos talluditos, ahora mismo nos acordamos de Txarly Usher de Los Carniceros del Norte o Podri de Rat-Zinger, dos ejemplos palmarios que recogen la puesta en escena de este decano rubiales.

Sin apenas pronunciar palabra ni charlas inútiles, consumieron casi en un suspiro su tiempo a las tablas, a piñón fijo, sin aflojar la marcha un instante, apabullantes cual locomotora, con paradas de sobra conocidas, caso de “Give Me Fire”, “Drugs Party In 526” o el ineludible dúo “City Baby Attacked By Rats/ City Baby’s Revenge”. Todo un despliegue de autenticidad como pocos se pueden ver hoy en día.

Y respetaron la tradición rememorando el trallazo “I Feel Alright” de Iggy Pop & The Stooges, piedra angular del protopunk que se convirtió en una verdadera descarga de adrenalina. El final fue apoteósico, con Colin cediendo el micro a un entregado fan de las primeras filas y saliendo escopetado de allí, casi como si le persiguieran. Ni despedida ni nada, esas cosas son para flojos de espíritu, caña y punto.

Aquella idea preconcebida que situaba a los punkis muy alejados del blues y otros estilos se confirmó errónea de los pies a la cabeza cuando rompieron su sepulcral silencio para anunciar un tema dedicado a B.B. King, fallecido precisamente el día anterior. Y así sorprendieron con el rock n’ roll “Cadillac One”, con punteos al tuétano y hasta paso del pato de Abrahall. Una manera más de confirmar ese principio inmutable que asevera que al rock n’ roll original lo único que le hacía falta era más volumen.

Finiquitaron con “Maniac” un recital en su línea, un bofetón en la cara a divagaciones, idas de olla y demás formas de amuermar al personal. En ocasiones no es necesario mucho más, sino simplemente asegurarse de que la intensidad de la llama sigue siendo la adecuada. Que nunca anden escasos de lumbre.

Texto: Alfredo Villaescusa
Fotos: Marina Rouan

Etiquetas: , ,

Categorizado en:

Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Dos historias bandas (MCD and GBH) que con el buen punk rock que siempre atesoran realizaron un cojonudo concierto en bilbo además es de elogiar que los ingleses GBH se tocaran un tema del gran BB KING en forma de homenaje al Maestro fallecido.Dos bandas imprecindibles para entender lo que significó en sus días el PUNK!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *