ELTON JOHN: POR LA SENDA DE LADRILLOS AMARILLOS
3 noviembre, 2014 7:00 pm 9 ComentariosBEC, Barakaldo (Bizkaia)
Es de sobra conocida aquella metáfora de la vida como un camino por el que transitas tranquilamente hasta llegar a una bifurcación, entonces te paras, y muchas veces por instinto, escoges esa opción desde la que se acierta a distinguir cierta luz al final. No dejarás de preguntarte sin embargo qué hubiera pasado si te hubieras decantado por la ruta contraria, si hubieras tomado tal o cual atajo, o incluso si de veras merece la pena volver a pasar por el mismo itinerario de nuevo.
Allá por 1972, fecha en la que sacó su fundamental doble álbum ‘Goodbye Yellow Brick Road’, Elton John todavía no era Sir y su travesía en el mundo de la música apenas había despegado, le faltaba una piedra angular que consolidara su fama creativa y eso lo consiguió con un trabajo que abarcaba rock n’ roll primigenio, reggae, restos de soul, ínfulas neoclásicas, y por supuesto las baladas, ese género con el que deslumbraría décadas después y que de la mano del asombroso compositor Bernie Taupin lo encumbraría a lo más alto.
Aprovechando la reedición del mentado disco a principios de año, el bueno de Reginald Kenneth Dwight lleva un tiempo considerable interpretando varios cortes en directo y conmemorando ya de paso el cuarenta aniversario de su lanzamiento. El hombre se siente tan a gusto en ese terreno y va tan sobrado que hasta es capaz de interpretar piezas frenéticas mientras le chivan por un pinganillo los resultados del último Mundial de Fútbol, tal y como cuentan que sucedió en su visita veraniega a Gerona.
Tras una intentona fallida con motivo de la inauguración de la Plaza de Toros cubierta de Vitoria en 2007, el carismático pianista regresaba al País Vasco por primera vez desde 1986. Era todo un acontecimiento de alto copete para gente adinerada, si tenemos en cuenta el precio de las entradas, y los habituales de los eventos multitudinarios no se lo podían perder.
Ya nada más salir del metro te daban propaganda de un exclusivo gimnasio, luego uno entraba al recinto y se daba de bruces con una joyería por la que revoloteaban los pudientes, un artículo de necesidad acuciante, desde luego. Y la guinda la ponía esa norma de la organización de obligarte a cambiar moneda por un importe mínimo de quince pavos si querías beber algo. Priba a precio de club de alterne, oiga.
Al margen de esta y otras costumbres de la casta, hubo unos teloneros llamados Bright Light Bright Light que no pegaban demasiado con la velada pues le daban a un anodino electropop que a la mayoría de los espectadores se la traía al pairo. Y es que incitar al bailoteo discotequero en un pabellón repleto de sillas resulta un tanto complicado.
Con puntualidad digna de caballero británico, a las nueve en punto se apagaron las luces y comenzó a sonar la introducción ampulosa de “Funeral For a Friend” antes de revelar a Elton John sentado en su colosal piano de cola ataviado con una chaqueta roja de lentejuelas que ponía por detrás la palabra “Fantastic”. La extravagancia habitual del cantante venía además reforzada por unas gafas de montura azul para no desentonar con tan llamativo atuendo.
En un perfecto estado vocal, enlazó con “Love Lies Bleeding” y ahí ya sobresalió su banda de acompañamiento, con mención especial para su pulcro guitarrista de melena blanca. El respetable ya estaba entregado a su figura desde el primer momento, pero el mito no dudó en hacer una reverencia previamente a “Bennie and The Jets”.
Había comenzado el viaje por la senda de ladrillos amarillos y no se desvió de la ruta establecida con la conocida “Candle In The Wind”, dedicada originalmente a la glamourosa Marilyn Monroe, aunque luego grabara una nueva versión en honor a la prosaica Princesa Diana de Gales, cuyo single alcanzó los 33 millones de copias, que se dice pronto. Era una gozada escuchar cortes de su época dorada de los setenta como la trepidante “All The Girls Love Alice”, una historia de inadaptación sobre una adolescente lesbiana acompañada de imágenes de una silueta femenina danzando con peinado a lo Siouxsie.
Otra vieja conocida entre el rockerío sería “Levon”, versionada por Jon Bon Jovi en el disco homenaje ‘Two Rooms’ y que el propio cantante de New Jersey ha confesado que es su canción preferida de todos los tiempos. Y los que hayan visto la peli ‘Casi Famosos’ no podrán tampoco olvidar a la luminosa Penny Lane y al himno groupie “Tiny Dancer”, pese a que la intención original del letrista Bernie Taupin fuera retratar a las mujeres hermosas que poblaban la California hippy.
Elton hizo un alto en el camino con “Believe”, que resultó estremecedora con sus pomposas orquestaciones y su voz cual eco retumbando de una montaña a otra. Tal vez como guiño a su público hispano incluyó asimismo en el repertorio “Daniel”, ya que el soldado herido en Vietnam que da nombre a la canción se refugia en la península.
Recién operado de la rodilla, se notaba que el hombre no estaba para muchos trotes cuando al terminar alguna pieza se levantaba del piano, saludaba, elevaba un poco las manos y se volvía a sentar, igual que si fuera uno de esos muñecos con resorte que surge de una caja de sorpresas. Con todo, tuvo el detalle de acercarse de vez en cuando al lado opuesto del escenario y al final dedicó un buen rato a firmar entradas y vinilos que le pasaban desde las primeras filas.
Admitió que en un recital suyo no podía faltar “Your Song”, probablemente una de las composiciones más emotivas de la historia de la música y que si no fuera por nuestra pose de tipo duro fan de Bukowski habríamos derramado hasta alguna lagrimilla. Y otra imprescindible era “Rocket Man (I Think It’s Going To Be A Long, Long Time)”, que cualquier persona seria debería conocer, y que aparece por cierto en la serie ‘Californication’, según apuntó la fotógrafa.
Los clásicos de radiofórmula con nostalgia ochentera estuvieron presentes con “Sorry Seems To Be The Hardest Word” o “I’m Still Standing”, con un vídeo en el que aparecían fotos de Elton John de todas las épocas, desde aquella primeriza glam de gafas extravagantes hasta la de apacible señor mayor deseoso de mirar obras. De hecho, confesó que ahora disfruta más que nunca tocando por tener a su lado a un compañero maravilloso y a un par de hijos. Por fortuna, lejos quedaron los tiempos en que se intentó suicidar a base de pastillas y le salvaron la vida casi de milagro.
En la recta final siguieron tirando de la pulsión rockera de baldosas amarillas con “Your Sister Can’t Twist (But She Can Rock N’ Roll)”, algo ralentizada respecto al estudio, y “Saturday Night’s Alright For Fighting”, con el guitarra de melena blanca colocando su espalda a la de Elton John. Después de darse el baño de masas ante los fieles dando la mano y señalando a diestro y siniestro, volvió para los bises con “Sacrifice”, que bien podría haberse ahorrado por “Somebody Saved My Life Tonight”, por ejemplo, y puso la pica con “Crocodile Rock”, aunque cedió a la entregada audiencia esa parte de falsete del estribillo que ya no puede cantar, como ha confesado en alguna entrevista.
Dicen que escribir una novela es ir deteniéndose por un camino, algo similar hizo aquella noche el histórico hombre del piano repasando su obra maestra ‘Goodbye Yellow Brick Road’, citando únicamente de refilón su edulcorada etapa ochentera y corriendo un tupido velo sobre su reciente material de estudio. Ojalá este inimitable artista repita en el futuro más iniciativas como esta con otros álbumes con los que nos ganó el respeto para la posteridad. Otra hazaña del Capitán Fantástico.
TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: MARINA RUANO
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9 comentarios
La verdad que éste músico ni el estilo que hace sean santo de mi devoción pero hay que reconocer que en sus primeros años ELTON tuvó una etapa rockera aunque luego ya sepamos por el rollo que se tiró después de lo que no me interesa para nada.En su concierto de barakaldo según he podio leer por aquí dio una digna actuación tras el piano que al parecer no se despega de el ni pa mear y es que con este instrumento hay pocos artistas que puedan igualar a ELTON a no ser que seas JERRY LEE LEWIS o BOB DYLAN!!!
¡¡¡Bob Dylan!!!. ¡Hombre Juandiegos!. Bob Dylan es un albañil de algunos instrumentos, se sirve de ellos para hacer canciones, como también hace Neil Young..., pero de ahí a meterlo en la categoría de pianista... Jack Nitzsche, por ejemplo, si es un buen pianista.
Elton John tiene muy buenos discos en su comienzos. La verdad es que me sorprende el talento que tenía y en lo que se convirtió de los 80 para acá. Pero está claro que no se le ha olvidado tocar el piano. La voz la tiene ya un poco cascada.
Me parece patetico. Esto cada vez es mas pop y menos rock
¿qué pinta Elton John aquí? a lo mejor soy un paleto musical, pero nunca he escuchado una canción rockera de este tipo, solo baladitas de piano.
Escucha sus primeros discos.
espero que la redacción me resuelva esta duda aun teniendo inicios,,,rokeros me parece que este no es sitio para Elton john no entro en que sea malo,,,,mi pregunta es por que sale aqui elton john y en mas de doce años comprando ya sea la kerrang/heavy rock nunca habeis comentado un disco o directo de u2 la verdad que agradecería esa contestación a la pregunta.
En nuestra radio sí sonaron y todo es posible.
gracias buscaré el programa y lo escucho
Yo creo que esta página si que es no es tu sitio PRINGAO (vetonto)!!!