DÜNEDAIN: iMPARABLES

Sala Caracol, Madrid

Todavía recuerdo el día que llegó a mis manos ‘La Luz de Mi Oscuridad’, el segundo disco (con varias canciones del primero re-grabadas) de unos Dünedain que sorprendían con la frescura y el brío de sus canciones, y que desde entonces no han parado de crecer. Hoy, con su cuarto álbum bajo el brazo, ‘Mágica’; siguen cosechando éxitos y depositando sus actas de candidatos a alcanzar, más pronto que tarde, una posición de privilegio en nuestro panorama reservada a pocos elegidos.

Tan solo una semana después de la presentación en directo de su reciente ‘MMXII’, los madrileños Phoenix Rising eran los encargados de abrir para una banda cuyo estatus parece su siguiente escalafón. La noche tuvo un sabor agridulce para ellos, pues la mala suerte quiso que Miguel González, vocalista y guitarra, tuviera su garganta seriamente perjudicada por una gripe que llevaba varios días afectándole considerablemente. Con fiebre y con lo justito de voz, el vocalista y el resto de la banda cumplieron en un alarde de profesionalidad que bien merece aplauso y consideración, salvando los muebles con gran dignidad en una breve pero meritoria actuación. El repertorio se repartió entre su reciente obra, de la que sonaron “Agoraphobia” y “La Profecía”; y su debut discográfico ‘Ne Bis In Idem’, que editaron aún bajo la denominación de Quinta Enmienda y del que sonaron “Mi Libertad” y “Dulce Prisión”, encaminada a ser un clásico. Entre medias, un solo de teclado de Jesús M. Toribio y muchos ánimos y reconocimiento para un Miguel que mantuvo con creces la compostura y que no tardó en disculparse por su coyuntura y afirmar su pretensión de darlo todo. También se les rompió un ampli en esta noche de gafe para ellos, pero el hábil guitarrista Daniel Martínez sacó a relucir el coraje de una banda cuya energía no solo reside en sus composiciones: “No pasa nada, ¡somos heavys!”. Seguro que se resarcirán pronto.

Con un aforo bordeando la media entrada, Dünedain salieron a escena pletóricos de fuerza, echando a andar su show con “Buscando el Norte”, la cual abortaron al llegar a su interludio de un modo ciertamente antinatural para ser el tema inaugural de la gala. Nos dejaron con la miel en los labios, pero pronto nos endulzaron los oídos de nuevo con la brillante interpretación de las magníficas “Fiel a Mi Libertad” y “Noches de Sueños”, cargadas hasta los topes de esa vitalidad deslumbrante que desprenden por los cuatro costados.

El máximo artífice de la banda, Tony Delgado, ejerció de maestro de ceremonias saludando con llaneza a su gente y haciendo referencias a la crisis antes de acometer “Jugando a Ser Dios”, para después dedicar la alentadora “Valor” a aquellos que le siguen echando huevos a la vida. Cabe destacar, como cada vez que se reporta un show de esta banda, la inusitada agilidad de Tony a la guitarra, un animal de las seis cuerdas cuyos dedos se ventilaban con voracidad virtuosos solos no exentos de melodía, que clavan la mirada de más de uno sobre el mástil. Y si parpadeas, te pierdes algo.  A veces da la sensación de que su instrumento es una prolongación de sí mismo, y eso siempre es buena señal. Tiempo atrás era Jacin, el bajista, quien se encargaba de la mayoría de las voces y ocupaba el centro de la escena. Hoy es Tony quien, con solvencia, protagoniza esta faceta del grupo entendiéndose muy bien a los coros con el primero.

Sobre un amor imposible versa “Para Siempre”, que dio paso a la reafirmante “Mi Alma Sigue en Pie”, cuyo vibrante estribillo al más puro estilo Happy Metal, por supuesto, sigue cantando con eficacia Jacin, que conserva todas sus partes. Con ácida ironía, el bueno de Tony dedicó “a la clase política tan fantástica que nos ha llevado a esta situación de bonanza” la no tan irónica y sí más bien afilada “El Año de la Rabia”, con un puntito más de contundencia. Fue después el momento de recalcitrar hasta aquel ‘La Luz de Mis Oscuridad’ para brindarnos el que tal vez sea el corte más insigne de su trayectoria, la excitante “Caídos”, que Tony comenzó cantando a capela antes de cederle el testigo de la voz a su compañero. Con palmas en alto, la batería arrancó “La Rosa Negra”, que en directo funciona fenomenal. Figuras instrumentales como las del solo que se marca Tony invitan a imaginar por un instante cómo sería un álbum en solitario de este hacha.

Tras retirarse de la escena dejando sonar la intro de “Mágica”, de acústica y violín, y regresaron como si estuvieran saliendo por primera para acometer esta canción, la más larga de su discografía. Sus trece minutos de duración no merman su redondez. Con una base rítmica más robusta se presenta “El Principio del Fin”, que precedió a la pegadiza “Una Razón”, en cuyo solo doblado quedó patente la calidad del otro guitarrista, Mariano. Aunque con un líder claro, la banda exhibe buena sintonía y se notan las tablas adquiridas durante todo este tiempo.

Llegados ya a la recta final de la actuación, la formidable “Corazón de Invierno” se ganó las aclamas de un público entusiasta al que Tony le hizo repetir lo que él cantaba con una chispa de buen humor siempre agradecida. Y la chispa que prendió la traca final fue la segunda canción que sonó en toda la noche de un primer disco que, esperemos, vayan repasando en sucesivas giras. “Por los Siglos de los Siglos” puso el broche de oro a un concierto tan sublime como lo esperado por parte de una banda que no deja de crecer. ¡Que no pare!

Jason Cenador

• Acerca de
• Últimas entradas

Redacción

El equipo de redactores de MariskalRock te trae toda la información del mundo del rock y del metal, en todas sus vertientes.

¡Síguenos!

       

Últimas entradas de Redacción (ver todo)

• Bolsa de noticias: Scorpions y The Beach Boys (Starlite) - Rock por Valencia - Haches - Más Madera en Cádiz - 27 noviembre 2024
• Avantasia presenta todos los detalles de "Here Be Dragons", su décimo disco, que ya tiene conciertos de presentación en España - 27 noviembre 2024
• Crónica de Mother Resides + Prime Creation + The Tragic Company en Granada: Noches de heavy metal - 27 noviembre 2024