Saratoga: Una noche irrepetible

“Con mano izquierda” fue la encargada de dar por empezado el espectáculo. Como el propio Tete advirtió al de unos pocos temas, se iban a cascar el álbum ‘Agotarás’ de principio a fin. En efecto, tocaron todos los 13 temas de este disco en riguroso orden. La ocasión lo merecía, y es que además de ser el 25 aniversario de Saratoga, también se cumplían 15 años dellanzamiento de Agotarás.

El público coreaba cada una de las canciones, y se volvió loco con himnos como “Tras las rejas”, “A morir” o la mítica balada y único momento tranquilo de la noche “Parte de mí”, que, cómo no, fue acompañada por mecheros y flashes de móviles. Tete no dejaba de moverse de un lado al otro ni de animar al público, además de aprovechar para hablar entre tema y tema. Por ejemplo, condenó el maltrato animal antes de tocar “El gran cazador”, o condenó la actitud de cierta gente y se sumaron al pescaíto en homenaje al pequeño Gabriel para dar paso a “Mercenario”.

Tras finiquitar ‘Agotarás’ y sin dar tregua era momento del solo de batería de Dani, que sin duda fue de una calidad técnica de altura. En medio del solo reapareció Tete y animó a que todos cantaran al ritmo del batería y siguiendo sus indicaciones.

Después del momento de interacción con el público, Saratoga volvió a la carga con la que fue la primera canción del grupo, “Grita”. Para alegría de los presentes, la siguiente canción fue uno de los himnos del grupo, y la gente se dejó la garganta con cada estrofa de “Perro traidor”, tema al que acompañó una lluvia de confeti. Llegó el turno de otro clásico, que Tete recordaba aludiendo a cuando cayó en sus manos ese disco homónimo de portada negra, el “Vientos de guerra”. Durante este tema, Novoa ya estaba desatado, cantando con un pie sobre el escenario y otro sobre la valla que separaba al grupo del público.

El final estaba cerca, pero no se fueron sin deleitarnos antes con la poderosa “Maldito corazón” o la pegadiza “El vuelo del halcón”, a la que Tete recuerda con cariño porque le lleva a 2007, su mejor etapa al entrar en Saratoga, y a volar cantando siguiendo el bajo de Niko.

Precisamente Niko fue el siguiente en demostrar su virtuosismo a las cuatro cuerdas, haciendo gala de su dominio del tapping, slide, slap y otras técnicas. Sin duda uno de los mejores bajistas del país. Acabado el solo, llegó el turno de otro cañonazo en directo, “No sufriré jamás por ti”, coreado por todo el mundo mientras público y banda se divertían golpeando los globos gigantes que volaban por la Riviera.

Saratoga abandonó el escenario para regresar poco después y tras los agradecimientos pertinentes, tocaron la última canción de la noche, “Como el viento”.

Personalmente, creo que fue un conciertazo. Aunque en una ocasión tan especial me hubiera gustado ver alguna colaboración, difícilmente se podía pedir más. Dos horas y 15 minutos de puro heavy metal e himnos musicales, unos músicos que son de lo mejorcito, cada uno en su terreno, y un buen sonido en la sala. Tuve la suerte de estar presente y salí con la sensación de haber vivido una noche histórica en el heavy metal español. ¡Espero que sigan por lo menos otros 25 años!

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