Crónica del Leyendas del Rock 2016. Jueves 11: (Anthrax, Uriah Heep, Leo Jiménez, Steel Panther…)

Segundo día leyendero y al pie del cañón estamos para ver a los daneses D.A.D (Disneyland After Dark). Aparecieron con una imagen peculiar, destacando su bajista Stig Pedersen caracterizado como Napoleón Bonaparte. Así, con su hard rock ochentero y un brillante sonido se encargaron de amenizar la jornada del jueves con temas como “D-Law”, la acústica “Laugh & Half” o su melódico y pegadizo “Sleeping My Day Away” con el que cerraron. Francamente buenos.

Alessio Garavello le apagó el fuego a Dragonforce

Se anunciaba a continuación por los altavoces que debido a ciertos problemas de salud (de los que ya se hizo eco esta web hace pocos días), el vocalista de la Dragonforce Marc Hudson había tenido que ir al hospital, contando con un sustituto. Aunque nos esperábamos lo peor, Alessio Garavello, cantante de A New Tomorrow, francamente hizo una labor bastante buena. Dieron un buen repaso a su discografía en los escasos cincuenta minutos de los que disponían, con temas como “Holding On”, “Cry Thunder” o la final “Through The Fire And Flames”, a pesar de que su tónica de power metal tocado a máxima velocidad satura un poco (hay quien los definió como música para videojuegos). No obstante, para gustos colores, y ofrecieron un buen concierto en su línea pese al marrón del cambio de cantante.

Paralelamente a cuando Dragonforce tocaban en el escenario Jesús de la Rosa, nos acercamos para ver también parte de la descarga de los suecos Bombus en el “Mark Reale – Riot Stage”, y he de decir que sorprendieron para bien. Liderados por el vocalista y guitarrista Feffe Berglund, son unos más que dignos herederos del sonido de los añorados Motörhead, certificándolo con creces con los temas de su último disco ‘Repeat Until Death’, con los que han comenzado a abrirse camino. Sonaron muy potentes, algo saturados, pero en concordancia con su estilo musical. No hay que perderles la pista con temas como “Let Her Die”, “Biblical” o la más pausada y bluesera “Into The Fire”.

De vuelta al escenario Azuzena para ver a los fineses Korpiklaani, que con su folk metal volvieron a conquistar a sus incondicionales. Con esa peculiar imagen de rastafari de su carismático vocalista y guitarra Jonne Järvelä, hicieron la delicia de sus incondicionales con violines, acordeón y temas tan festivos como “Lempo”, “Vodka” o “Wooden Pints”.

Es curioso cómo a veces (y esto hay que reseñarlo), la organización no tiene mucho ojo a la hora de poner a grupos con propuestas musicales parecidas solapándose en los escenarios, porque precisamente en el Mark Reale estaban los que para muchos son los pioneros de ese estilo de mezclar el folk con el metal (sí, antes que nuestros Mägo): los míticos británicos Skyclad. Su propuesta es mucho más accesible, y desde luego el público que se acercó a verlos no pudieron salir defraudado ante el jolgorio que armaron bailando temazos como “Anotherdrinkingsong” o su himno “Spinning Jenny”.

He tenido la oportunidad de ver a Stratovarius en infinidad de ocasiones, cuando aún limitaban en la banda su ex líder, el guitarrista Timo Tolkki, y el también ya ex batería Jörg Michael, por eso puedo ser objetivo con lo que vi ayer. El concierto de los finlandeses fue correcto y repleto de algunos de sus temas más comerciales para la ocasión, como fueron “Eagleheart”, “S.O.S.” e incluso la recuperada “Against The Wind” de 1995, pero en honor a la verdad, tuvieron un sonido algo descafeinado. Kotipelto ya no luce ese potente falsete tan característico de antaño, y aunque aún facturan buenos temas como el inicial “My Eternal Dream”, las comparaciones son odiosas con respecto a su época clásica. No obstante, me gustaron, porque “Black Diamond”, “Unbreakable” (canción con la que volví a confiar en ellos) o “Hunting High And Low” son himnos incontestables, pero la magia de antaño simplemente ya no existe sin Tolkki ni Jörg.

Con Uriah Heep sí que hay quitarse el sombrero, porque a pesar de su veteranía todavía se meriendan sin problemas a muchas bandas más jóvenes, siendo su líder y guitarra Mick Box el verdadero motor del grupo. Bernie Shaw es un cantante que conserva bastante bien su voz, nunca fue David Byron ni tampoco hace falta, pero costaría imaginar a estas alturas a la banda sin él. Respecto al repertorio, bastantes clásicos como “Gypsy”, “Look At Yourself” o “Stealin’”, aunque también hubo lugar para los temas de su último disco hasta la fecha, ‘Outsider’, como el fantástico “One Minute”. Con ellos anocheció, y aquí sí hubo magia en el escenario, con un “July Morning” intensísimo y el esperadísimo “Easy Livin’”, que sonó tan contundente como antaño. Maestros.

Steel Panther. Foto: Antonio Vázquez

Steel Panther sonaron francamente bien, lo que hace albergar dudas de si dispararon algún que otro sampler (especialmente en los coros) durante su actuación. Cierto que la banda es en parte una parodia que lleva al extremo los excesos y tópicos del glam metal de los 80, pero musicalmente son una auténtica pasada. Muchas bromas y cachondeo en español (“la tiene muy pequeña”, bromeaba el guitarrista Satchel sobre el cantante Michael Starr), y una propuesta muy teatral (impagable era ver a su bajista Lexxi Fox arreglarse el pelo con laca y un espejo, momento bien captado por las pantallas de vídeo del festival). Respecto al repertorio, muchos de sus clásicos como “Eyes Of A Panther”, “Fat Girl” o la picante “17 Girls In A Row”, en la que subieron al escenario a un montón chicas del público para que bailaran ligeras de ropa. La banda más friki del festival (con permiso de Mojinos y El Reno Renardo) triunfó, convenció, y sobre todo, nos divirtió.

Paralelamente tocaba el grandísimo maestro de las seis cuerdas Salvador Domínguez en el Mark Reale para aquellos que buscaron una propuesta más seria, nacional y leyendera, con temas de su banda de siempre, Banzai, como “Voy a tu ciudad” o “Duro y potente”. Con cortes como “Rebeldes sobre ruedas” o “Reina de la noche”, que compuso en su día para Miguel Ríos, Domínguez fue de lo mejor que se vio en ese escenario más pequeño.

Anthrax satisfechos con el trabajo bien hecho

Anthrax repetían una vez en nuestro país tras su gira junto a Slayer de finales del pasado año, y lo cierto es que facturaron otro show al nivel acostumbrado. Su repertorio está lleno de clásicos como “Caught In A Mosh”, “Madhouse” o su infaltable versión de Joe Jackson “Got The Time” (coreadísima), pero también temas de más reciente factura como el fantástico “In The End” de su anterior disco ‘Worship Music’, en el cual se proyectaron en los telones laterales del escenario sendas imágenes de Dio y Dimebag Darrell en un sentido homenaje acorde a la letra; o el “Evil Twin” de su más reciente ‘For All The Kings’. Con “Antisocial” y especialmente con la brutal “Indians” (espectacular moshing incluido visto en panorámica desde las pantallas), se despidió su vocalista Belladona triunfante tarareando a capella el “Long Live Rock & Roll” de Rainbow.

Los suecos At The Gates sonaron espléndidamente con su death metal de corte más melódico cercano al thrash y composiciones como “Death And The Labyrinth”, “Cold”, “The Night Eternal” o la infaltable “Slaughter of the Soul”, llenas de rabia, melancolía y contundencia. A la par, pude acercarme a ver un poco a los míticos Badana, que con su vocalista y guitarra Luis Miguel Rico hicieron una muy buena actuación, y es que siempre me gustaron temas como el irreverente “Parecían tontas” de su cuarto y último disco de 1995 ‘Adiós a las ruinas’, si bien la historia de la banda se remonta a mediados de los ochenta.  Espero tener oportunidad de volver a verlos de una forma más tranquila.

Inconmensurable Leo Jiménez

Llegaba el turno de Leo Jiménez y puedo decir que hizo un concierto muchísimo mejor que el que tuvo lugar hace un par de años en el mismo festival, con una banda compenetradísima, sonando de diez y un repertorio donde se fueron alternando temas de todos sus discos en solitario (eché en falta alguno de ‘Los fuertes sobreviven’). Leo está en un espléndido momento vocal, ha madurado muchísimo como frontman y vocalista respecto a la primera vez que pisó el Leyendas hace ya diez años, y conquistó a sus incondicionales terminando el concierto con un brutalísimo “Resurrección” de Saratoga y un “Hijo de la luna” con los arreglos de Stravaganzza que, junto a la original de Mecano, nunca tendrá rival con respecto a otras versiones por mucho que se la copien.

Con Hamlet llegamos agotadísimos al final de la jornada, pero aun así los que decidieron quedarse disfrutaron con su increíble descarga. La banda liderada por Molly se dejó literalmente la piel en el escenario interactuando a pie de vallas con el público, y es que con himnos como “Limítate”, “Antes o después” o “Tu medicina”, su concierto siempre es garantía de éxito, si bien no desentonaron para nada los también temazos de su último disco ‘La ira’, editado el pasado año.

Seguiremos informando…

Texto: Andrés Brotons

Fotos: Antonio Vázquez

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