Crónicas

Whisky Caravan: La música nos volvió a salvar

«Después de recorrerse la geografía española con La Desbandada y Gritando en Silencio, Whisky Caravan ponía fin a la gira de ‘Lo que nunca encontraré’ en casa»

Sala Caracol, Madrid.

Texto y fotos: Anna Moher

Sin teloneros ni ningún tipo de preámbulo, las telas se abrieron hacia las nueve y media.

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“Escombros” fue el tema elegido para abrir la noche, seguido de “Agujas a un reloj”, la canción que acuña una de las frases mejor acogidas por “la caravana” (aka los fans del grupo): “la música anoche me volvió a salvar”. Las voces del público se elevaron para entonar “mi corazón como un cascabel, tu corazón jugando con él”. Desgraciadamente, “no duró para siempre” pero Danny dio la noticia de que el 4 de diciembre entraban a grabar el tercer disco, del que ya pudimos escuchar más tarde un adelanto con “De este naufragio” y “Aviones”.

Continuaron con “Días de niebla”, una de las canciones más potentes del último plástico. “Sigo buscando lo que nunca encontraré, qué pensarás de mí” fue la parte en la que el micrófono volvió a pertenecer a los asistentes. Nos hundimos y nos dejamos el aire cantando “Vidas de un solo tren”. Al contrario de lo que dice la letra, pudimos agarrarnos al primer invitado de la noche: Dave Gómez, vocalista de Evohe, situado en la parte derecha del escenario, entre Víctor y Danny, que se colgó la guitarra acústica.

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Marcos (Gritando en Silencio) participó en el show

El instrumento regresó a su sitio para mantenerse con “A salvo en el dolor”, pero no tardó en volver a escena de la mano de “Donde ella duerme”. Ataviado con gorra y gafas y colocándose la letra cerca por si acaso, hizo acto de presencia el segundo colaborador: Alfre Camarote, que presenta su disco ‘Las idas y venidas de los monstruos’ el próximo 3 de noviembre.

Se tomaron un instante para hacer una mención especial a Sergio Luna, anterior bajista del grupo y ahora en No Konforme, antes de que subiesen al escenario Jimena y Jezabel, con violín y chelo en mano respectivamente, para tocar “No estás muerta”.

Nos quitamos el sombrero ante los cinco integrantes por su actuación en la desgarradora “Genie”. Danny bromeó con no querer volver a coger la acústica (seguramente porque con ella no podía taparse la cara con las manos… ¡Qué difícil conseguir una foto en la que se le vea!) y cuando el público gritó un “que la coja”, la afortunada en un primer momento fue la cerveza.

“Fuego y gasolina” fueron los ingredientes principales de la actuación junto a Marquitos de Gritando en Silencio, en la que acabaron todos en el suelo. No sé si fue casualidad o era premeditado, pero ese tema consiguió “arder” con el “Rock ‘n’ Roll de Barrabás” de Gritando, momento estelar en el que aparecieron Santos y Jorge Correa, guitarrista y batería respectivamente del grupo sevillano. Así, se formaron dos tríadas mientras Danny se paseaba por el escenario y acompañaba a Correa a la batería. Una conformada por Santos, Marcos (batería de Whisky Caravan) y Jorge; y otra integrada por Alberto, Marcos (cantante de Gritando) y Víctor. Los seis volvían a revivir la gira conjunta en la que Whisky Caravan teloneó a Gritando en Silencio (y con la que les descubrí en la Copérnico).

El ruido se convirtió en “Solo un susurro para después hacernos vibrar de emoción y nostalgia con “Aquí y ahora”. Poder escuchar en esta pista la espectacular voz de Morti (InMune, Skizoo) junto a la de Danny sin duda fue uno de los momentos cumbre. El siguiente no fue para menos, puesto que toda la energía y el hermetismo se convirtió en rabia y deseo contenido en “Quiero”, que volvió a contar con la presencia de violín y violonchelo. Inevitable no cerrar los ojos y dejar que las mariposas aleteasen (he de reconocer que casi se me escapa una lagrimilla).

Envueltos por la magia llegamos al momento de la despedida con “Hacia ningún lugar”, en la que se fueron subiendo todos los colaboradores de la noche y el público no dudó en unirse al “y vámonos los dos hacia ningún lugar”.

La presencia de edades de lo más variadas -el niño de la segunda fila con su camiseta del grupo y cantando las canciones como el que más fue una imagen increíble- es una firme muestra de que Whisky Caravan ha encontrado su lugar: transmitir sentimientos y hacer de cada tema en directo una experiencia sensorial con la que oír el exquisito sonido de los instrumentos junto a la profunda voz de Danny, ver la enigmática figura de este o a Jorge con el bajo pasearse por todo el escenario y, sobre todo, sentir. Sentir con cada uno de los rasgueos de Alberto Martínez y Víctor Fraile a las guitarras y el groove marcado por las baquetas de Marcos Martínez. Introversión y extroversión que conjugan a la perfección para cantar experiencias que llegan muy dentro. Enhorabuena chicos, nos volvisteis a salvar.

Texto y fotos: Anna Moher

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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