Crónica de Sebastian Bach: 18 y vida, otra vez

27 octubre, 2016 2:51 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Teatro Flores (Buenos Aires, Argentina)

Sebastian Bach, vocalista original de la banda de glam metal Skid Row, ha regresado más salvaje que nunca. Así lo demostró en El Teatro del barrio de Flores, desplegando su itinerario de shows por Latinoamérica en este denominado "Give ‘em Hell Tour". Lo que se anunció como una gira basada en su carrera solista, se convirtió en un desglose de los mejores cásicos de su banda de finales de los 80 y 90, logrando un flashback emocional que nos trasladó a esos tiempos en los que la juventud te vuelve salvaje.

Tras cuatro años de no visitar Argentina, Sebastian Bach volvió, azotando con su voz y esa larga cabellera rubia que tanto lo caracterizó desde épocas tempranas. Su carisma y presencia siguen estando, pero sobre todo destaca un talento a prueba de balas con el cual ganó un merecido reconocimiento a nivel mundial que lo respalda hasta el día de hoy. Previo paso por Colombia y Chile, era el turno de hacer vibrar a una de las audiencias más pasionales que deben existir con respecto a este género musical, comprobándolo por la lealtad y euforia desatadas.

Karkaman, Neuroina y A.P.G. entretuvieron y movilizaron a los primeros en llegar, mientras el lugar iba llenándose de a poco; pero cuando las luces violáceas y azules volvieron a encenderse, los pesados telones se corrieron esta vez para soltar una espesa cortina de humo que invadía un espacio en el que, de fondo, se leía el nombre del anfitrión con grandes letras de fuego. Quince minutos antes de las 22 horas, Bobby Jarzombek, integrante de Halford en la batería, Brent Woods en la guitarra y Rob De Luca en el bajo ya estaban apostados, esperando al dueño de la potencial voz que, luego de jugar a esconderse detrás de su bajista, extendió su brazos despertando el delirio.

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Primero fue "Little Wing" de Jimi Hendrix, ya adaptado a Skid Row hace largos años. Golpeándose el pecho y girando el pie del micrófono, se acomodó a una de sus típicas poses, brindando su emoción y simpatía casi infantil. Entonces ensayó un saludo en español: "¡Hola, Buenos Aires! Estamos contentos de tocar en su hermosa ciudad ¿Les gusta Skid Row? Aquí hay una canción que conocen", en alusión a "Breakin’ Down" de su placa 'Subhuman Race'. Sonrió y, con su alegría genuina, activó un "Olé, olé, olé" espontaneo desde todos los sectores.

"18 & Life" anticipaba un setlist semejante al de sus shows más recientes, comenzando con baladas y siguiendo con temas más heavies. El sonido acopló en algunos tramos haciendo aullar a los parlantes, pero fue menguando hasta llegar a su punto ideal pasada la mitad de la noche. "Esta es una canción especial para Buenos Aires, no la hemos cantado en años. Por favor, canta" introdujo la melodía de "Wasted Time", y los suaves matices de la garganta del vocalista pronto se convirtieron en una tormenta de gritos dando la sensación que el recinto entero se venía abajo, gracias a ese inmenso poder que tiene la música. Ganándose al público desde el principio, apoyándose en sus apuntes para expresarse con frases en español, acercándose y tocándole la mano a los que se apoyaban sobre la valla, tuvo que interrumpir "I Remember You" cuando recién comenzaba, a causa de unos incidentes que se apaciguaron con facilidad. Luego de un breve intervalo, mientras "Back in the Saddle" de Aerosmith sonaba re-versionado por el artista canadiense de 48 años y la vitalidad de un teenager, el vocalista regresó con la furia de un león enjaulado, tomando carrera para atrapar el micrófono, revoleando su pelo a la vez, para entonar la ultra pesada "Slave to the Grind", seguida por "Sweet Little Sister" y "Piece of Me".

La gente, levantando los puños, acompañaba el juego propuesto por este showman y autentica mole humana de casi dos metros de altura. Una efectiva rehabilitación y un fuerte entrenamiento que le han devuelvo prácticamente su voz y carisma, permitió que el teatro se convirtiese en un hervidero.

sebastian-bach-argEn un concierto plagado de clásicos de Skid Row, el mayor descontrol se encendió con "Monkey Business", envuelto en un chaleco de cuero y cordones. Con la leyenda Bastard Hollywood en la espalda y una remera de Kiss, el autoproclamado ferviente fan de la banda liderada por Gene y Paul, además de amante de la música de sus compatriotas de Rush, se marcó la versión de "Tom Sawyer" que también grabó para "Subdivisions".

Con una bandera argentina lanzada desde lo alto de los palcos, se aproximaba uno de los instantes más esperados, señalando su tatuaje en el antebrazo e invitando a la audiencia a corear la emblemática frase: "Youth Gone Wild". Participando en su totalidad, el temblor en el recinto de la avenida Rivadavia se hizo sentir. "My Nasty Reputation Takes Me Everywhere" siempre definió su estilo de ghettos, barrios marginales y rebeldía. "Espero volverte a ver la próxima vez", pronunció con su natural gracia y de inmediato añadió: "No podemos irnos ahora con este magnífico público esta noche", dando la pauta de que la fiesta aun no terminaba. "T.N.T." de AC/DC fue la indicada para la despedida.

Entre los periodistas siempre tuvo fama de reacio, acrecentándose aún más el mito cuando en 1996 debió abandonar Skid Row por diferencias con sus compañeros. Lo que no puede ponerse en duda es el potencial de su voz, increíble en vivo, y su sólida figura: la de un agitador de masas. Sebastian, el más heavy de todos, encontró en tener a Bobby Jarzombek entre sus filas la excusa perfecta para corear unas estrofas de "Living After Midnight". Los aplausos y reverencias para los músicos fueron más que merecidas.

Su cara de niño bonito no hizo más que patear traseros y cerrar bocas durante décadas, rugiendo como una de las voces más poderosas del metal sin que ni siquiera el transcurso del tiempo lograra hacerle estragos. Desde su primer álbum homónimo en 1989 cuando apenas eran unos jóvenes de 18 y 19 años, estaban decididos a rockear y poner el mundo a sus pies. Con su cara de ángel y voz de demonio, se apoderó de esa gloriosa y callejera magia de Skid Row.

Habiendo demostrado con creces su multifacético talento, protagonizando varios papeles en obras musicales de Broadway, programas de televisión y series como The Gilmore Girls, ‘Baz’, tal como lo llama su gran amigo Axl Rose, a quien acompaña de vez en cuando a la hora de interpretar "My Michelle", deja en claro que donde haya rock 'n' roll siempre habrá un lugar cómodo para él.

Logrando retrotraernos en un concierto de poco más de una hora, y luego de haber creado un asombroso salto en el tiempo, Sebastian Bach nos hizo sentir que muchos teníamos 18 años de vida, otra vez.

Texto: Lucy Dávalos (@lucydavalosOk)
Fotos: Sancho Zho

Setlist: Little Wing (Jimi Hendrix cover) / Breakin' Down / 18 and Life / Wasted Time / Quick Sand Jesus / I Remember You / Slave to the Grind / Sweet Little Sister / Big Guns / The Threat / American Metalhead (PainmuseuM cover) / Piece of Me / Monkey Business / Tom Sawyer (Rush cover) / Rattlesnake Shake / Youth Gone Wild / T.N.T. (AC/DC cover)

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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