Crónica de Rock Arena 2016 con Saratoga a la cabeza

5 julio, 2016 12:39 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Zona sector 8, Urbanización Marina (San Fulgencio, Alicante)

Un año más, un verano más, llega Rock Arena, un festival alicantino que por derecho propio se ha posicionado como una de las propuestas más interesantes de la provincia. A su atractivo y variado cartel, se sumaba que, nuevamente, la entrada era libre (al igual que la del camping), resultando además la nueva ubicación ser estupenda y amplia, con aparcamientos cercanos de sobra, zona con centros comerciales y, sobre todo, un gran nivel de todos los grupos participantes.

Rock Arena: a morir y a resistir

Lo único mejorable que quizás vi fue que faltó una mejor señalización para aquellos que no eran de la provincia, porque la mencionada nueva ubicación estaba un tanto perdida en una urbanización; también los precios de comida y bebida podrían haber sido todavía más competitivos (más que nada, porque había supermercados al lado, que hicieron también su agosto). Por lo demás, en el certamen todo transcurrió de manera brillante, incluso se nos acreditó fotográficamente en el mismo día contra todo pronóstico (no supimos si podíamos desplazarnos hasta el día anterior), algo que agradezco desde aquí a Borja Alonso. Diversos puestos de merchandising y un espacio donde firmaron todos los grupos participantes, redondearon una concentración rockera en la que el tiempo también acompañó, con una excelente temperatura.

 

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Darknoise 

Darknoise se encargaron de inaugurar el festival con “Límite” de su álbum del mismo nombre, casi seguida de “Penitencia” de ese también estupendo lanzamiento que data ya del 2010.  Comienzan a presentar entonces los temas del que continúa siendo su último lanzamiento ‘Kronos’, con “Días por vivir”, “Vital” o la más sosegada y asequible “Ultima visión”. A pesar de que la banda murciana suena realmente bien, tengo que ser franco y reconocer que su propuesta me parece excesivamente similar a la de Sôber, pues hasta su vocalista Jesús Macía tiene un registro de voz o deje cantando exorbitantemente parecido al de Carlos Escobedo. Creo que si definieran más su personalidad podrían llegar lejos, porque son buenos músicos, suenan compactos y sobre todo tienen buenas canciones como el directísimo single “Chermtrail”, que cuenta con un destacado video.  Tocaron también una inesperada  versión de System Of A Down, la conocidísima “Toxicity”, que les quedó bastante bien… Respecto a la final “Sacrificio”, me hace ratificarme en lo que pienso: son demasiado “sobrios” en su propuesta y eso hoy en día les puede limitar de cara a dar el salto cuantitativo que necesitan, porque ese hueco ya está ocupado en el panorama actual. Veremos a ver el rumbo que toman en su tercer disco, pero en cualquier caso, este concierto les a captar nuevos seguidores.

Era ahora el turno de los apreciados jerezanos Overdry, que arropados por la intro “Sheol” que abre su último disco, arrancaron directamente con el brutalísimo “Quimera”. Con un contundente grito de guerra, el vocalista Alberto Díaz nos grita “¡Arriba el Rock Arena!”, para continuar precisamente con el corte que da título a su último disco editado este mismo año, “El oscuro reino del verso”, donde se alternan voces melódicas casi susurrantes con los habituales guturales del combo. “Es un puto placer venir desde el sur, ¿estáis listos?”, nos dicen para introducir la velocísima “Extinción” de su álbum de 2008 ‘El último camino’, donde una buena parte del público comienza hacer el trepidante moshing, muy presente a lo largo de toda la jornada.  “Os quiero ver botar”, nos dice Alberto, sonando a la par como una taladradora “Algo más que mentiras” del disco ‘Golem’. “¿Cómo lo estamos pasando?”, nos pregunta de nuevo, para acto seguido corresponder a todos los que apoyaron su campaña de crowfunding  con la que acaban de editar su nuevo disco este pasado mes: “nos habéis dado la vida, cabrones”, puntualiza. A continuación, vuelve a agradecer, dedicando a los organizadores del evento, Borja y Sergio, el tema del single y video lyric del mencionado álbum, en una línea mucho más melódica, la increíble “Solo”. Con otros cañonazos como “Me confieso” de su recién parido nuevo trabajo o la corrosiva “Ciudad de barro”, el grupo andaluz calentó al personal a base de tralla de la buena. Seguirán en la brecha.

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Dragonfly

Dragonfly arrancaban su repertorio con la espídica “El peso del mundo” de su último disco ‘Atlas’, con su frontman Pablo Solano animando al público con el recurrente y tópico “¡Arriba, hey, hey…!”. Enlazan  con “Te quiero olvidar” del mismo lanzamiento, que data ya del 2013, para a continuación exponer que “era un placer pasar una noche de heavy metal con nosotros”, interpretando acto seguido el tema “Siente” y arrancarse después con otro más antiguo de su tercer álbum, “Nunca camino solo”. El registro más grave del citado vocalista de la banda, Solano, fue varias veces apoyado en coros y algunas partes por su bajista Juanba Nadal, con un registro mucho más agudo similar al que pueda tener Tete Novoa, lo que quedaba muy bien en el contraste final. Nos dicen que esperan que nos guste  lo que tocarían a continuación; se trata de la melódica y coreable “Ángeles con una sola ala” de su segundo trabajo, con un teclado muy presente en la misma. La banda realmente tiene muy buenas composiciones, un buen vocalista (aunque a algunos les gustaba más el registro del bajista) y un meritorio nuevo guitarrista, Víctor González, que estuvo fugazmente en los primeros conciertos con Rafa Blas y del que, afortunadamente para él, abandonó el barco de ese proyecto aburrido de versiones trilladísimas. Respecto al directo de Dragonfly, siendo completamente objetivo y sincero, su sonido se queda un poco cojo, ya que requieren de más contundencia y ensamblaje;  quizás les falta una segunda guitarra o más rodaje y ensayos, o a lo mejor su propuesta era light entre dos grupos que daban más tralla. Interpretan el medio tiempo “Tu luz mi destino”, canción muy accesible y comercial apta para todos los públicos. Tras “Vuela conmigo”, su vocalista bromea comentando “que no sepáis nuestros temas tiene su pase, pero que no os sepáis esto…” mientras suena a la par la mítica intro del celebérrimo “The Number Of The Beast” de Iron Maiden; la interpretación del clásico de los británicos les queda algo justita con una sola guitarra, pero no obstante es bien acogida por la cada vez más numerosa concurrencia. Se despiden con un sincero “Rock Arena, muchas gracias” y el primigenio y barroco “No lo verán caer”. Personalmente me gustaron, y si Saratoga les eligieron de acompañantes en su gira americana el pasado año, por algo sería (incluso cuentan con más de 60.000 fans en su Facebook), pero estos valencianos pueden y deben hacerlo mucho mejor.

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In Mute

Llegaba la hora de otro combo de Valencia, demostrando la buena salud rockera de la capital del Turia, en este caso los cada vez más consolidados death metaleros melódicos [In Mute], con la vocalista femenina Steffy liderando en escena la formación. Abren con la bestial “Unusual” y es inevitable compararlos con los Arch Enemy; además, cuentan en su currículum con el aval de que son de las pocas bandas españolas ganadoras en la “Metal Battle” del Wacken Open Air. Sin paliativos, su frontwoman nos suelta “¡hemos venido a partiros vuestro puto cuello!”, para arrancarse con la metalera “One In A Million” de su todavía última entrega. Como único punto negativo, las presentaciones introduciendo los temas interpretados quedaban un tanto artificiales y forzadas en contraste con las canciones, que sí resultaban todo un puñetazo en la cara. “Gracias a la organización, veo muchas caras conocidas entre el público”, nos dicen para después arrancarse con el clásico “Imperium” de Machine Head. Tras espetarnos un “¿Habéis calentado ya, cabrones? Ha llegado mi momento favorito de la noche”, nos apartamos y en el centro del foso una gran parte de la audiencia congregada comienza de nuevo a juguetear con el reclamante moshing, sonando un “Out Of Control” de fondo con sus excelentes solos de guitarra. “¿Estáis sudando ya? ¡Tenemos preparado para vosotros un tema incluido en el álbum que editaremos en otoño, hijos de puta!”, asevera Steffy, adelantando la novedosa “Disease”.  En su interpretación,  pude comprobar cómo hasta la vocalista Roxy Death de los alicantinos Vladek empezó a hacer headbanging como una loca, pues estaba presente entre el público junto a otros componentes de bandas célebres, como los murcianos La Skala de Richter o los albaceteños Sovengar. Recuperan un tema del EP 'One In A Million', “The Cake”, animándonos a ver el lustroso video que les grabó Metalovision (presentes en el festival), filmado en parte en el Resurrection  Fest y también en el Leyendas del Rock. Se despiden con un agradecido y sincero “Nos vamos, gracias por quedaros hasta el final…”, animándonos a ver al resto de las bandas de la jornada con mención especial para todas ellas, y despidiéndose, melenas al viento con molinillos headbangeros incluidos, arrollando con “Waiting”.  Y es que ciertamente, habrá que “esperar” para vivir otra descarga metálica enérgica similar, que nos dejó literalmente “enmudecidos”.

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Tete Novoa (Saratoga)

“Buenas noches Alicante, somos Dawn Of The Maya y venimos desde Pamplona”. Así de categóricos y vigorosos se presentaron el jovencísimo combo iruindarra, que puso uno de los toques más contemporáneos y hardcore al festival, abriendo fuego con “Everest” y “Heavenly Fire”.  Su propuesta sónica es muy americana, con retazos de nu-metal mezclado con partes casi death, haciendo una vez más acto de presencia entre el público el previsible moshing en el tercer corte, “Wake Up The Species”. Nos dieron las gracias afirmando que aunque habían estado en otros lugares de la comunidad como Castellón y Valencia, era su primera vez en la provincia alicantina. Dieron también sinceras muestras de agradecimiento a la organización, así como al resto de bandas, y sobre todo, pidieron al público que apoyasen a los grupos nacionales comprando el merchandising, que aunque era duro, muchos de ellos podían subsistir gracias a eso. Su vocalista Igor Fernández demostró ser un activo e imparable frontman, emanando además sencillez, humildad, y conectando con el público al cien por cien. Nos presentan toda una canción de superación del anterior álbum, con un video grabado de nuevo en Resurrection Fest (su primigenia edición), “The Balance Is Broken”.  Igor nos suelta un “¿Os está gustando la puta cera que os estamos dando?”, para continuar bromeando con que seguramente les estarían escuchando hasta en su tierra que estaba a 700 km, cerca de los Pirineos, y arrancarse acto seguido con “Endless Void”. Nos cuentan que hace escasamente unos días habían estrenado un nuevo single y video, “Old Statues”, preguntando entre la audiencia quién había tenido oportunidad de visionarlo. Recalcó que este anticipo del nuevo disco que se editará en septiembre era muy importante para ellos, definiéndolo como un cambio significativo dentro del sonido de la banda, como así se escuchó; corte más sosegado, con retazos de rap metal y muy melódico. Una propuesta cercana a Linkin Park pero mucho más aplastante. Nos piden que quieren “ver como movemos las putas cabezas” al unísono de cuando el vocalista se moviera y nos lo reclamase. Vamos llegando a la recta final y presentan “Desolated Cosmos”, un tema de su disco de 2010 en la que, aseguran, será una de las últimas interpretaciones del mismo en la historia de la banda ante el reajuste del repertorio con respecto a la edición del nuevo disco. Se despiden sin tregua con “The Age Of Darkness”, solicitándonos: “abrid ese puto lugar y ya sabéis lo que tenéis que hacer”. ¡El mosh vuelve a escena! Acaban así, de ese modo elegante y reiterado de manera idéntica a su presentación: “Somos Dawn Of The Maya, somos de Pamplona, sed felices, y hasta la próxima”.

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Niko del Hierro (Saratoga)

Llegaba el turno de los auténticos cabezas de cartel de este evento, Saratoga, arropados por su nuevo trabajo que ha sido recibido por el público de una manera fulminantemente triunfal. Así, el primer componente de la banda en aparecer en escena es el ampliamente vitoreado Dani Pérez, que comienza a marcar la intro pregrabada que suena al ritmo de sus timbales y redobles. Entra entonces el bajista Niko del Hierro y casi de seguido, el guitarrista Jero Ramiro. Finalmente aparece entre ovaciones Tete, al compás del riff de guitarra de Ramiro que aunque al principio se me antoja similar al “Heaven And Hell” de Black Sabbath, no es sino el del nuevo tema que abre su último disco, el cañonazo “Perseguido”. Sin tregua, prosiguen con el primer clásico de la noche, “Contigo, sin ti”, donde es Niko el que toma el relevo en los coros del estribillo ante la invitación de Tete con un concluyente “¡Fuerte, Niko!”. Comienza hablando Novoa bromeando con su socarronería habitual “Joder, ¡qué ambientazo que tenéis aquí, hostia!” para pedir a continuación un fuerte aplauso para Rock Arena “y otro para vosotros, ¡cabrones!”, sonando el apabullante “A morir”, con improvisado grito gutural final. El frontman nos dice que “ya estamos calentitos” para arrancarse a entonar un típico “¡uoh,oh, oh, oh…!” a capela junto al público, con una reconocible melodía que introduce lo que ya es un clásico más de la banda y única concesión a la anterior formación del grupo: coreadísimo fue ese “No sufriré jamás por ti”, presentación final para Niko del Hierro incluida. “Estáis a tope, cabrones”, nos dice Tete, contando que además estrenaban nuevo “pedazo de telón”  con la bonita portada del nuevo disco, “justo detrás de Dani Pérez”, lo que fue seguido de un fuerte aplauso; concluye pidiéndonos que hoy quieren que les acompañemos en su mundo, llamado “Etérea”. Alguien de mi lado comenta “lo está haciendo muy bien”, como si aún hubiera gente que dudase del gran salto cualitativo tan inmenso que ha pegado Tete en estos casi diez años desde que es el vocalista de la banda. “¿Sabéis lo que de verdad nos pone los pelos de punta?” dice mientras lo explica alzando los brazos y consiguiendo que el público le siga, nuevamente a capela, canturreando el ya mítico “No hay cadenas en mis brazos, simplemente hablo claro…” de otro apabullante himno que es toda una declaración de intenciones, “Heavy Metal”, cantado a pleno pulmón por todos. “¡Saratoga, Saratoga…”, corea todo el público entusiasmado, a lo que Tete les responde con un contundente “¡esto es Saratoga, esto es “Vientos de guerra”!”, en el que uno se da cuenta cuando interpretan el mítico corte que encabezara su ya clásico disco de 1999, que los madrileños nunca han sonado tan compactos, sólidos y engrasados como en este presente. Tete sigue introduciendo algún que otro breve cambio gutural en algunos versos del tema, por lo que aquellos que lo acusan de “moñas” o “salsero” deberían de comprobar su versatilidad actual en vivo.

Novoa nos explica que no es nada fácil hacer un festival año tras año, pidiendo “un fuerte aplauso para el esfuerzo a la mejor música”, con palabras de agradecimiento al Ayuntamiento de San Fulgencio, al Rock Arena y a su colega Borja Alonso, dedicando asimismo el siguiente tema de nueva hornada a aquellos que por circunstancias de la vida se habían tenido que ir fuera del país y que “Volverán”; otra de las que prometen quedarse fijas en el setlist, porque sonó de lujo. Llega un breve remanso de tranquilidad, pues Tete se ausenta unos instantes fuera del escenario para reaparecer con su melena recogida interpretando el bellísimo “Lejos de ti”, la gran balada compuesta por Niko para el disco 'Mi ciudad' de 1997 y donde Jero clavó una vez más el inspirado solo que nos sigue erizando el vello. Se quedó en el tintero la otra esperada pieza lenta, “Si amaneciera”, pero esto es un festival y habían venido para dar caña de la “Salvaje”; reconvertida esta mentada pieza desde hace tiempo en instrumental, Saratoga incluyó interludios en los que cada uno de los músicos se lucen con su instrumento. Pudimos reconocer fragmentos como “Enter Sandman” de Metallica, el bajo de “Another One Bite The Dust” de Queen, otras breves percusiones de clásicos por Dani, así como el  “Smoke On The Water” de Purple y el “The Number Of The Beast” de Maiden. Enlazaron ese bonito tributo con la potentísima “Con mano izquierda” de su álbum ‘Agotarás’, que con Tete a la voz la han sabido llevar a un nuevo nivel, con una dicción increíble que no tiene la versión original de estudio.

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Killus

Fue realmente remarcable cómo la gente tarareó los nuevos temas como si de clásicos se trataran, pues fueron en general muy bien recibidos, salvo por algún troll (los que menos) que se quejó cuando “Morir en el bien, vivir en el mal”, tema homónimo de su último disco, hizo acto de presencia. De seguida, otra pieza de reciente factura, compuesta en esta ocasión para condenar nos dicen “esa maldita violencia de género”, y que fue dedicada cortésmente por Novoa a todas las mujeres presentes entre el público: la increíble “El vals de la rosa herida”. Especial mención cuando Tete muta su registro a la tesitura dulce de la grabación del disco por Aroa Martin en la parte donde ella canta, demostrando su increíble versatilidad. Bromea una vez más con un “¿Os ha llamado vuestra madre que tenéis que volver a casa, no? ¡Os estáis portando muy mal!”, para ipso facto presentar a “la jodida locomotora del grupo”, Dani Pérez, que juguetea con su pegada vitoreado nuevamente por el público. Sigue presentando a la banda refiriéndose al guitarrista como “el sonido de Saratoga y la musicalidad de su guitarra, el grande Jero Ramiro”. De Niko comenta que “siempre lo veremos con un bajo encima del escenario, el rock corre por sus venas, él es Niko del Hierro” y éste a su vez empieza a tararear el típico “Oé, oé, oé…” para recíprocamente referirse a su compañero vocalista como “y al frente de todo esto, Mr. Tete Novoa”, arrancándose todo el combo con la potentísima “Resurrección”.  Llegamos al final y suena sin presentación ni pausa el potentísimo single “Como el viento”, para después abordar los primeros compases del, esta vez sí, último tema de la noche: “¿Estáis ahí, sabéis brincar?¿Sabéis botar? ¡Todo el que no bote, será un jodido “Perro traidor!”, con inesperado estallido de tiras de confeti incluido que magnificó todavía más este grandísimo concierto. Su paso por Rock Arena legitima que la banda madrileña está mejor que nunca, y encima, afianzando su presente con un inmenso nuevo álbum en el que apostaron en su gran mayoría sin que el concierto perdiera fuelle ni se resintiera en ningún momento (incluso se echó de menos algún tema como “Mi venganza”). Grandísimos Saratoga que seguro al día siguiente, que ya era domingo, "se comieron un arroz con bacalao en lo alto del puerto" con MR. Borja Alonso.

Con su peculiar estilismo con maquillaje cadavérico incluido, y desde Villarreal, emergían en el escenario cual muertos vivientes los imprevisibles Killus, siendo el grupo que se encargaría de la ardua labor de finiquitar la amplia jornada festivalera veraniega. Con más de diez años de historia y su teatral puesta en escena, facturan un rock de raíces muy industriales y reminiscencias góticas, con innegables influencias a White Zombie, NIN, Ministry, Marilyn Manson o incluso a The Doors en algunos pasajes instrumentales. “Venga, joder, que la gente que esté en su puta casa durmiendo se dé cuenta que esto aún no ha acabado”, nos espetaban presentando los temas de su último y quinto disco ‘Ultrazombies’. Al cantante Supersixx no se le escuchó demasiado al principio en algunos cortes, pero superó esos inevitables fallos técnicos con creces gracias a su actitud y ganas de comerse el escenario, interactuando constantemente con el público y bajando varias veces entre el mismo. Entre tanto, su bajista Premutoxx era también toda una exhalación que no paró ni un segundo: se movía, escupía, le pegaba lametazos al vocalista… Tuvieron en contra que Saratoga estuvo firmando durante su estancia con una larguísima cola de gente esperando, pero aprovecharon muy bien sus cincuenta minutos con una audiencia algo más escasa pero entregadísima, con canciones que serán futuros himnos como “Welcome To My Madness”,  “Satanachia”, el homónimo “Ultrazombies” o el ya clásico “Fuck ‘n’ Roll”.  Killus demostraron ser una propuesta musical diferente y un broche de oro a otra jornada, un año más, irrepetible, casi de diez. El Rock Arena afianza su estatus y sobre todo, lanza “arena metalera” a los ojos para que aquellos promotores festivaleros que no apuestan por muchas de las formaciones en las que su organización ha confiado este año, los abran y espabilen. ¡Por muchos años!

Texto: Andrés Brotons
Fotos: Marisol Huertas

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